Un peligro para Nuevo León
Ramón Zurita Sahagún jueves 13, Oct 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La gestión de gobierno de Rodrigo Medina de la Cruz es el mejor ejemplo de los yerros y excesos cometidos por los gobernadores priístas que, en busca de protección, colocan a sus esbirros como sucesores.
Siendo un político sumamente inexperto, pero cercano al afecto de J. Natividad González Parás, Medina de la Cruz obtuvo la candidatura priísta sin grandes blasones políticos o administrativos, pero sí con la confianza y respaldo del gobernador en funciones.
La simbiosis entre Nati y Rodrigo motivó que en tres años, el segundo, consiguiera ser diputado federal secretario de Gobierno y candidato al gobierno, en una carrera meteórica.
El gobernador mostró ser un buen jefe de campaña, aunque también contó a favor del priísta un mal candidato de Acción Nacional (Fernando Elizondo) y una serie de errores cometidos por el entonces dirigente del PAN, Germán Martínez Cázares.
Con Medina de la Cruz operó una campaña benéfica, ya que su perfil fue comparado con el de Enrique Peña Nieto, por tratarse de un candidato joven, bien parecido, sin gran trayectoria, pero que podría convertirse en una revelación como gobernante, si era bien guiado.
Rodrigo ganó bien, aunque los resultados en las otras elecciones celebradas en la misma fecha no fueron tan halagüeños, ya que perdieron Monterrey, San Pedro y otros municipios de importancia, al igual que otras posiciones, tanto en el Congreso federal como el estatal.
Con todo eso, Medina de la Cruz contó con el beneficio de la duda, pues se consideró que tenía la gran oportunidad de consolidarse políticamente en el cargo y realizar un buen gobierno.
No ocurrió así y en dos años el bono democrático otorgado en las urnas se extinguió peligrosamente, mientras el gobernador se encuentra entrampado, sin saber a quién recurrir o como actuar.
El estado se encuentra bajo el acoso del crimen organizado, el que se refleja impunemente cada vez que quiere dejar constancia de ello.
Claro que no se puede cargar toda la responsabilidad al actual gobierno, ya que la presencia notoria del crimen organizado se da desde la etapa de gobernante de Fernando Canales Clariond y siguió durante el sexenio de J. Natividad González Parás, aunque en la actualidad los números rojos son impresionantes en relación a los de los antecesores de Medina de la Cruz.
Rodrigo se perdió en medio del éxtasis del poder y no por encontrarse en “la plenitud del pinche poder” como aseverara otro priísta distinguido. No, el gobernador de Nuevo León se extravió porque no estaba preparado para gobernar.
Desatendió sus labores, se impactó por la violencia y prefirió hacerse a un lado y dejar todo el peso de las responsabilidades en funcionarios menores.
Para algunos Rodrigo se perdió entre las brumas del poder, las delicias del mismo y se mareó al subirse en un tabique del que no quiere siquiera bajarse.
Durante su primer Informe de Gobierno, la violencia se hizo presente y la delincuencia mostró su poderío al salir a las calles, bloquear avenidas, sin importar que el gobernador se encontrara de anfitrión de personajes políticos y empresariales de alto nivel.
Doce meses más tarde, en ocasión de su segundo Informe de Gobierno, políticos de la oposición pidieron el relevo del gobernador del estado, mediante una salida diplomática y legal, como lo es la licencia para separarse del cargo.
No es la primera ocasión que se pide la salida del joven gobernante, ante su incapacidad para gobernar, las fallas y omisiones cometidas y una serie de acciones y excesos que han sido mostradas de manera pública.
La diputación panista en el Congreso del estado solicitó la revocación del mando estatal, ante los graves problemas de inseguridad que vive el estado, por lo que, demandaron, si no puede cumplirle al pueblo de Nuevo León que se vaya.
El estado es cada vez más inseguro, aumentó la deuda pública, hay más corrupción, más desempleo y más ineficacia gubernamental, dijo la diputada Jovita Morín Flores.
Pero la legisladora no hizo una declaración al aire, ya que se lo espetó al propio gobernante, durante su segundo informe de gobierno y precisó, urge cambiar el rumbo, romper la inercia, hacer las cosas diferentes, dejar de refugiarse en el extranjero, ponerse a trabajar y convertirse en un líder real y no de fantasía, le pedimos señor Gobernador, que por favor ponga orden en el estado”, manifestó.
Añadió que ante la obligación constitucional de garantizar seguridad, paz y tranquilidad a los ciudadanos “si no puede cumplirle al pueblo de Nuevo León, por favor retírese”.
Y es que según versiones, ante la violencia imperante en el estado, el gobernador decidió sentar su residencia fuera del mismo, para garantizar la seguridad de su familia.
Por eso, no es raro verlo en parques de diversión, en horas de la oficina, disfrutando con su familia.
Para muchos correligionarios, Medina de la Cruz se convirtió en una piedra en el zapato que puede frustrar los planes del retorno a Los Pinos y en un peligro para el pueblo de Nuevo León que requiere de un gobernante eficaz y comprometido con la ciudadanía.
ALDF
Siguen las comparecencias de los funcionarios del gobierno capitalino ante la ALDF, donde algunos corren con mejor suerte que otros.
Uno de ellos fue el secretario de Educación, Mario Delgado, quien salió bien librado de la reunión sostenida en comisiones.
Delgado fue bien recibido por los diputados a la ALDF, dejando en claro que es una de las cartas fuertes del sol azteca para la competencia electoral del próximo año.