Cuestión de imagen
Ramón Zurita Sahagún miércoles 21, Sep 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El 1 de septiembre de 1993 se supo que Luis Donaldo Colosio sería el candidato presidencial del PRI.
Su llegada a la sede de San Lázaro, en víspera del V Informe de Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, fue impactante. El senador con licencia había mudado de imagen.
Los trajes sueltos, los zapatos de goma y el ensortijado cabello, formaban parte del pasado. Ese día el primer secretario de Desarrollo Social se mostraba distinto.
Traje bien cortado, a la medida, zapatos de calle, pelo corto y relamido, formaban parte de su nuevo atuendo.
Las pistas estaban sembradas y los asistentes a la ceremonia del informe presidencial comprendieron que la transformación del sonorense se debía a una sola razón, con anticipación había sido informado de que el “fiel de la balanza” se estaba inclinando hacia ese lado.
Colosio dejó sentado un precedente sobre la mutación que deben sufrir los políticos de alto nivel que desean impactar entre la ciudadanía, para obtener el respaldo necesario que les permita acceder a los altos cargos públicos.
El lunes por la noche, Enrique Peña Nieto mostró que él también sabe de lo importante que representa el proyectar una imagen propia a los potenciales electores.
A eso fue Peña Nieto al noticiario de Joaquín López Dóriga, a mostrar la frescura de su figura, ya que de sus intenciones de competir por la candidatura presidencial de su partido y, eventualmente, por la Presidencia de la República, todos estábamos enterados.
Despojado de su investidura de gobernador, Peña Nieto sufrió un pequeño cambio de imagen en el peinado, donde lució un copete menos esponjado y mantuvo la vestimenta impecable, con la que la ciudadanía lo tiene plenamente identificado.
Es cierto que el ex gobernador mexiquense tenía necesidad de abrir sus expectativas y declarar públicamente que se encuentra listo para participar en la contienda interna de su partido, ajustándose a las disposiciones del PRI sobre las reglas existentes que privarán para la selección del candidato presidencial. Peña Nieto mantenía vivo un compromiso de ir a la televisora y manifestar sus intenciones, pero su decisión motivó especulaciones sobre lo mismo.
Sabido es que antes del ex gobernador mexiquense, desfilaron por los mismos estudios de televisión varios de los aspirantes presidenciales de los diversos partidos.
Ernesto Cordero acudió a manifestar sus proyectos personales el mismo día que renunció a la Secretaría de Hacienda, sin que nadie especulara sobre el porqué eligió esa plataforma para hacerlo.
El senador Manlio Fabio Beltrones gozó ya de ese mismo privilegio, como también lo disfrutaron la diputada con licencia Josefina Vázquez Mota y el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, quienes expusieron sus planes futuros, entre ellos la búsqueda de la candidatura presidencial de sus respectivos partidos.
Los tiempos para desarrollar la política se han recortado y se encuentran plenamente identificados dentro de la ley, por lo que los aspirantes a los distintos cargos de elección popular deben ajustarse a los mismos.
Precampañas y campañas cuentan con tiempos justos para desarrollarlas, por los que los aspirantes deben hacer uso de toda su imaginación para penetrar en el electorado.
Tres (los principales) de los cuatro panistas que pretenden la candidatura presidencial de su partido buscan abiertamente el respaldo de los militantes, aunque lanzan proclamas para que se abra la consulta a toda la ciudadanía, situación que se advierte sumamente difícil.
Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero Arroyo se separaron de sus respectivos cargos para buscar francamente el respaldo necesario que les allegue la posibilidades de abanderar a su partido en la contienda presidencial del año próximo.
Andrés Manuel López Obrador se encuentra en la misma búsqueda desde hace cinco años y más antes, cuando fue candidato presidencial de la izquierda.
Por eso, Enrique Peña Nieto liberado ya de las limitantes condicionadas en su cargo de gobernante podrá dedicarse a la misma búsqueda, aunque su condición de favorito en las encuestas para facilitarle más la tarea.
Marcelo Ebrard, Emilio González Márquez y Manlio Fabio Beltrones se mantienen todavía en los cargos públicos para los que fueron electos, por lo que no pueden desarrollar de la misma forma que los otros la labor de convencimiento de los militantes de su partido o de los electores en general.
LOS LOGROS DE EBRARD
Mejor escenario no pudo tener Marcelo Ebrard para la rendición de su informe de gobierno, donde fue arropado por el rector de la UNAM, José Narro, el gobernador mexiquense, Eruviel Ávila; el de Oaxaca, Gabino Cué y el de Michoacán, Leonel Godoy, entre otros y por la gestión administrativa y política de cinco años.
El perredista se sintió a sus anchas en la ALDF, donde Alejandra Barrales fue la encargada de responder al informe presentado por el jefe de gobierno y aspirante a la candidatura presidencial de las izquierdas, como dan en llamarle a la alianza entre los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia).
Ebrard Casaubón destacó los logros alcanzados en lo que se refiere a la protección de mujeres, adultos mayores, discapacitados, estudiantes y desempleados y presumió la entrega de útiles escolares y beneficios de salud, entre otros puntos.