La oportunidad de Manlio
Ramón Zurita Sahagún lunes 19, Sep 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acercan los tiempos de selección de candidatos presidenciales por parte de los partidos, los aspirantes a serlo van ampliando sus espacios públicos, buscando insertarse en el ánimo de sus militantes.
Se espera que no haya mayores sorpresas ni invitados de última hora, por lo que los prospectos de cada partido están plenamente identificados, unos con mayores oportunidades que otros.
Por eso, resultan importantes los movimientos que se realicen para mantenerse vigente en la mente de los ciudadanos, especialmente, por ahora, en la de los militantes de cada uno de los partidos con registro.
Los ocho aspirantes identificados se encuentran en plena efervescencia y cada uno, a su estilo, reafirma su presencia ante quienes quieren impactar para conseguir su propósito.
Es cierto que Enrique Peña Nieto aventaja a los otros siete aspirantes presidenciales de los partidos en contienda, pero también lo es que al ex gobernador mexiquense le bajarán un poco el switch de los reflectores. Por eso, si hay un tiempo que esperaban sus adversarios para internar acortar las distancias, es el actual, donde se vive un receso de la figura del priista, luego que culminó su administración estatal.
Lo vivido el pasado jueves por Peña Nieto será recordado por siempre, pero eso ya quedó atrás y estos son nuevos tiempos de posicionamiento, en los que tendrá que ajustar su estrategia.
Como señaló su adversario interno (en un intento de autoengaño), Manlio Fabio Beltrones, los gritos de Enrique presidente eran un reconocimiento al trabajo realizado por el gobernante saliente y expresados por un 95 por ciento de sus paisanos, reunidos en el sitio de transmisión de poderes estatales.
Ahora, las cosas son distintas, Peña Nieto ya no es gobernador, lo que abre dos vertientes, la primera referente a que se alejará un poco de los espacios publicitarios naturales inherentes a su cargo, aunque por el otro podrá desplazarse en tiempo y espacio a los sitios que requiera para afianzar su popularidad y conseguir el respaldo de los militantes de su partido. Sin embargo, la intención de Peña Nieto es bajar, por un tiempo prudente, su exposición mediática, para reforzarla más adelante, lo que abre un espacio para sus adversarios, tanto internos como externos.
Eso lo sabe bien el senador Beltrones, quien decidió aventar su resto en este relax, presentando su propuesta para la creación de un gobierno de coalición.
Manlio sostuvo que con un mecanismo como éste se garantizarán resultados, pues las políticas públicas que planee el Ejecutivo se aprobarían en el Congreso y no habría más gabinetes de cuotas ni cuates, sino acuerdos transparentes.
El senador por Sonora y coordinador de la fracción tricolor considera que un gobierno de coalición facilitará los acuerdos y la solución de los problemas a partir de una mayoría plural, con objetivos comunes y un gabinete de calidad.
Según Manlio, con un gobierno de coalición se solucionarían problemas como los que se han presentado en administraciones recientes.
Y viniendo la propuesta de parte del partido que viene siendo marcado como amplio favorito en las encuestas, lógicamente que es bien recibida por los otros actores políticos. Por eso, la iniciativa de ley para los gobiernos de coalición presentada por Manlio fue avalada por los coordinadores de las otras fracciones José González Morfín (PAN) y Carlos Navarrete Ruiz (PRD).
Con esto, el senador priísta muestra de nueva cuenta su oficio político, con una serie de iniciativas que su fracción ha llevado a la discusión y que pretenden mejorar el entorno político del país y obligar a los gobiernos a que lleven a la práctica mejoras para la población, en todos los sentidos.
Lo difícil de esto es que las propuestas y reformas de ley sean aprobadas, cuando menos en lo que resta de la presente administración o vigencia de la Legislatura LXI.
Pero Manlio, que cuenta con un colmillo político largo y retorcido, conoce de tiempo y espacios y sabe cuando actuar, aunque se encuentra consciente de que le será difícil emparejarse en popularidad con el mexiquense.
Sin embargo, hay otros recursos válidos dentro de la búsqueda de la nominación de su partido y éstos se refieren a la estructura partidista la que, aparentemente, será la que defina el nombre del abanderado del partido.
Las opciones de los priístas para definir a su candidato apuntan hacia varias vertientes, aunque será más adelante cuando definan por cuál de ellas optan.
Puede ser la variante de candidato de unidad -la más socorrida para evitar fracturas-, consulta a la base de militantes, convención de delegados o abrir la consulta a toda la ciudadanía.
De acuerdo a la situación actual que marcan las tendencias, el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto superaría por mucho al ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones en cada una de esas variantes, aunque, tal vez, la más competida podría ser la de convención de delegados, por los alfiles que Manlio tiene situados en la CNOP, Fundación Colosio, CNC y dirigencia de los jóvenes.
Por lo pronto, Beltrones deberá aprovechar este remanso que tendrá la televisión en torno a la figura de Peña Nieto, para intentar atraer un mayor número de simpatizantes dentro de su partido y hasta ajenos al mismo.
EL ARREGLO DE ESPARZA
Todo lo que se pueda arreglar con dinero es barato, reza una de las principales reglas de la política, misma que fue aplicada al arreglo del gobierno con el SME, de Martín Esparza.
La lección de esto es que varios grupos más buscarán el método que puso de moda desde inicios de los 90 Andrés Manuel López Obrador para obtener de las autoridades lo que buscaba.