Por el milagro
¬ Claudia Rodríguez martes 23, Ago 2011Acta Pública
Claudia Rodríguez
La balacera sabatina que se suscitó en Torreón, Coahuila, en el exterior del estadio Santos Modelo al momento que se efectuaba la justa deportiva entre el equipo sede y el Morelia, no hubiera recorrido las fajas noticiosas de gran parte del orbe, de no haber estado en el contexto de la propia transmisión de televisión que se hace para los seguidores y espectadores de este deporte.
Las escenas grabadas en vivo y repetidas por diferentes medios de comunicación una y otra vez, permitieron que el hecho llegara rápidamente a muchos a quienes incluso, no son televidentes
Luego de que en los meses anteriores comenté con varias personas sobre las balaceras que se suscitan en varias partes de la República y escuchar de la mayoría de mis interlocutores que eso de la violencia generalizada es una exageración, parece que tras escuchar de fondo una balacera en el audio y ver correr, gritar y resguardarse a quienes se encontraban el sábado en un estadio en Torreón, la percepción se ha modificado. No he encontrado alguien que tras el conocimiento del evento no manifieste algo cercano al miedo y horror. Pero la administración calderonista sólo atinó a enviar un comunicado antes de las doce de la noche de ese día, puntualizando que no hubo heridos que lamentar.
Un poco más tarde Felipe Calderón envió el siguiente twitt: “Disparos afuera de estadio del Santos provoca pánico en el partido Santos-Morelia. La situación está bajo control. No hubo víctimas fatales”. Después de eso, nada, sólo Alejandro Poiré, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional tratando de dar explicaciones.
Pero muy conmovido en su expresión, se le vio a Calderón el domingo en la nunciatura apostólica que se ubica en la ciudad de México en donde acompañado de su familia observó las reliquias del beato Juan Pablo II que llegaron al país la semana pasada.
La oficina de la Presidencia también emitió un comunicado de esta parte de la agenda dominical de Calderón, en la que apuntó que éste contempló “la cápsula de sangre extraída a Juan Pablo II durante su enfermedad, así como vestiduras pontificias hechas por artesanos mexicanos y que están colocadas sobre la figura de cera del beato”,
Más en honor a la verdad, no creo que el señor Calderón sólo haya observado las reliquias de Juan Pablo II, más bien creo que fervientemente le pedía un milagro. La pregunta es sí era sólo para él o para todos los mexicanos.
Total, yo también creo que es más fácil que alguien nos haga el milagro a que nos gobiernen con temple y justicia.
Acta Pública…“Es urgente que se deje de lado la argumentación política y se hagan acciones contundentes en beneficio de la sociedad”, afirmó Alejandro Poiré.