Nerviosismo en Palacio Nacional
¬ Francisco Reynoso martes 30, Jul 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
Un día sí y el otro también, el embajador Ken Salazar está metido en Palacio Nacional.
Y ni modo de que acuda para visitar a funcionarios de medio pelo. Necesariamente, en la mayoría de los casos, Andrés Manuel lo invitará a tomar café, a echarse una ronda de dominó o a por lo menos platicar de beisbol y de cómo van los mexicanos en las grandes ligas.
Después del desayuno, los dos ya no tienen urgencias de estar en la oficina… pueden entrar en el relax.
No se entiende, entonces, por qué la operación “Mayo en julio” le pasó de noche al presidente López Obrador y a los más altos funcionarios de la cuarta transformación.
Ken Salazar, su cuate del alma, se hizo de la vista gorda y no le pasó corriente. Y lo dejó hacer el ridículo.
¿Cómo es posible que los gringos entren en su casa, reborujen el estiércol, hagan sus arreglos y no le avisen nada? ¿Creerán que el gran líder de la transformación de México está pintado o que es un desgraciado florero?
Y el culpable de ese “oso” que hicieron López Obrador y la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, no es otro que el embajador Salazar.
Según la secretaria Rodríguez, fue él quien les dio el pitazo, pero en la tarde del día de los hechos. Y para ese entonces ya “El Mayo”, Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López estaban detenidos por la justicia federal de los Estados Unidos.
Ahora sólo falta que el presidente López Obrador, como anunció, llame por teléfono a Joe Biden para exigirle una explicación, información fidedigna de cómo estuvieron las cosas y el excandidato demócrata le responda: ¡ah caray, caray… no me digas que Zambada ya está detenido¡ ¿Cuándo pasó eso?
De facto, López Obrador estará igual que Biden sin saber a ciencia cierta qué pasó en el caso “Mayo en julio”. ¿Zambada, viejo y enfermo, decide rendirse y entregarse al gobierno de Estados Unidos? ¿A cambio de qué?. O bien Joaquín Guzmán López lo engaña, lo secuestra y los lleva a Estados Unidos para entregarlo a cambio de convertirse en testigo protegido, con los muchos privilegios que tienen?. Tercera posibilidad: Autoridades del gobierno de Estados Unidos, llámense DEA, FBI, Seguridad Nacional o CIA, negociaron en México la entrega de Zambada y Guzmán López?
Cualquiera que sea la realidad en la cúpula de la cuarta transformación debe haber nerviosismo, temor, incertidumbre.
“Zacatito pa’l conejo”.
Hay que recordar que el año pasado se destapó la cloaca de la narcopolítica en México. Y uno de los actores principales fue López Obrador. Varias investigaciones periodísticas denunciaron que el Cártel de Sinaloa, liderado por Arturo Beltrán Leyva, en ese entonces confederado con “El Mayo” Zambada y “El Chapo” Joaquín Guzmán Loera, financió la campaña política de AMLO en 2006.
Se afirmó y la información se atribuyó a una investigación del Departamento de Justicia de EU, que entre López Obrador y la gente de ese cártel había buenas relaciones y que de ellas provenía la estrategia de abrazos no balazos.
Como siempre, López Obrador capoteó la tempestad y salió más o menos bien librado.
Empero, la versión de que Ismael Zambada se entregó para convertirse en testigo protegido y, por ende, puede soltar la lengua y cantar tres áreas de ópera, tiene nerviosos a más de uno en la Cuarta Transformación.
Por lo pronto, más que nervioso, el presidente López estará encabritado… encabritado con su “amigo” Ken Salazar, porque ya se dio cuenta que es más falso que un billete de 25 dólares. Anda de metiche en Palacio Nacional, pero no para fortalecer los lazos de amistad y ver en qué puede ayudar. Husmea en los rincones del poder para ir de chismoso a Washington.
Anda oliendo para estornudar.
Le cayeron en la movida
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México confirmó que hay indicios contundentes de que el atentado criminal que sufrió Alessandra Rojo de la Vega fue planeado por ella misma.
¿Cuáles serían las consecuencias legales si esta afirmación del fiscal encargado Ulises Lara se comprueban plenamente? Rojo de la Vega ya recibió constancia de mayoría como ganadora de la elección para alcaldesa en la alcaldía Cuauhtémoc. ¿De resultar culpable le cancelarían la constancia?
Por lo pronto, la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó el recuento de votos en 73 casillas. Rojo de la Vega dice que la diferencia que podría arrojar ese recuento no variará los resultados. Catalina Monreal tiene confianza en que sí.
Las cosas en la Cuauhtémoc se están poniendo calientes y coloradas.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos