Justicia por dedazo
Freddy Sánchez martes 18, Jun 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Que las universidades, colegios de abogados y asociaciones civiles participen en la discusión sobre una reforma constitucional en materia de justicia es algo saludable.
Lo sería también que en esos sectores surgieran las propuestas para nombrar a los candidatos que el voto popular, pudiera convertir en ministros, magistrados y jueces, en caso de que eso sea lo que se apruebe en el Congreso.
Ahora que quizás lo más importante sería determinar a quiénes no debería corresponderles la designación de candidatos a puestos de elección popular en cargos relevantes para la administración de la justicia.
Y es que la más mínima posibilidad de que surjan candidaturas de “dedazo” obligando así a los electores a escoger a prospectos previamente “palomeados” con base en intereses políticos, anularía la independencia de los futuros encargados de resolver asuntos judiciales.
En ese contexto, es de mencionar que algo por estilo suele ocurrir con los diputados y senadores, además de aquellos otros que siendo apoyados por grupos de poder, aunque tengan el respaldo del voto popular, en apariencia actúan en defensa de quienes los proponen para sus respectivos empleos.
Al respecto, hay que citar el caso de los que en el Poder Legislativo se han distinguido en el actual y anteriores sexenios por su actitud de transigir en todo cuanto se les pide en el Poder Ejecutivo o los partidos políticos que los hicieron candidatos a puestos de elección popular y además los pueden seguir manteniendo en ejercicio de dichos encargos.
Y es que siendo los partidos políticos la vía para nombrar prospectos para ocupar puestos electorales y al mismo tiempo estar supeditados a la voluntad del Poder Ejecutivo o de los grupos políticos y económicos que influyen en sus decisiones, lo electores poco o nada podrán influir en lo que decidan sus representantes en cargos de gobierno y legislativos, ya estando en funciones de elección popular.
En ese tenor, hay que preguntarse quiénes son los verdaderos jefes de los que llegan al poder por el voto electoral.
La versión “romántica” podrá sugerir que es “el pueblo sabio” es el que manda, pero los hechos demuestran una realidad diferente.
El caso de los consejeros electorales del INE es otro ejemplo a considerar, puesto que cuando estuvo Lorenzo Córdova no paraban las acusaciones del gobierno y Morena sobre supuestas inclinaciones del presidente consejero para favorecer a la oposición, lo que ahora sucede con la señora Tadei, diciendo que es “palera” de la 4T.
Y algo parecido puede mencionarse de algunos integrantes del Tribunal Federal Electoral y la Suprema Corte de Justicia, que igual llegaron a los empleos de magistrados y ministros con apoyo del Presidente en turno o de los que mandan o mandaban en los partidos políticos. Qué más entonces se puede abonar a la idea de que los hombres o mujeres que asuman funciones electorales, siendo con antelación los candidatos de quienes detentan el poder político, difícilmente podrán actuar con indubitable independencia.
De ahí que antes que definir una reforma constitucional para aprobar nuevas normas legales para el Poder Judicial, es preciso eliminar de cualquier proyecto los conflictos de interés evitando que los ministros, magistrados y jueces sean candidateados por el Poder Ejecutivo, el Legislativo y los partidos políticos.
Eso si en realidad queremos contar con un Poder Judicial autónomo, independiente e imparcial que impida a toda costa que en México exista una justicia por dedazo.