Hacia un nuevo pacto social
¬ Luis Ángel García lunes 17, Jun 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Pasada la euforia de las elecciones, de la borrachera triunfalista de la 4T se llegó a la cruda realidad de la amenaza de un continuismo revanchista y de odio que impediría a la nueva mandataria el ejercicio pleno del poder. Por ello, si la ex jefa de Gobierno quiere realmente gobernar debe liberarse de la herencia autoritaria de un régimen que abandonó las políticas públicas para imponer un populista proyecto político.
Para ello, quien deberá conducir los destinos nacionales tendrá que sacudirse la influencia y presión del tabasqueño y no creer que cumplirá con su promesa de refugiarse en su rancho al término de su mandato. Así que podría optar por asegurarle un exilio dorado como en su momento lo hizo Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles, Luis Echeverría con Gustavo Díaz Ordaz, José López Portillo con el propio Echeverría, Ernesto Zedillo con Carlos Salinas de Gortari. Claudia Sheinbaum se debe legitimar y mostrar que goza de autonomía y respeta el Estado de Derecho.
Así que su primera medida debe ser convocar a una actualización del pacto social que refrende la voluntad popular de preservar el marco legal para convivir en comunidad de manera armónica y pacífica. Eso implica que retome el Estado su función primigenia de garantizar el respeto a la vida y el patrimonio de los ciudadanos. También que existan instancias que controlen los abusos de poder y que la población cuente con mecanismos legales para defenderse de los excesos de la autoridad. Tendrá que ser —a diferencia del autoritarismo de AMLO que destruyó los contrapesos constitucionales y alentó la opacidad en el quehacer público—, respetuosa del Estado de Derecho y devolverle la dignidad al poder Legislativo y permitir la actuación de ministros, magistrados y jueces.
Si realmente quiere ejercer un liderazgo democrático —ya que presume su origen de luchadora estudiantil y social—, deberá desmarcarse de la ofensiva que hay para desintegrar el Poder Judicial. En pocas naciones del mundo existe el voto popular para elegir a los impartidores de justicia y no necesariamente la gente escoge a los más preparados para ejercer la función de retribuirle a los ciudadanos sus derechos y defenderlos de los abusos de autoridad. Hoy para ser juez se requiere de una gran preparación académica y conocimiento profundo de la Constitución y las leyes que de ella emanan. No más ministras Batres.
El gran problema de los políticos mexicanos es que lejos de combatir las imperfecciones o vicios de la administración pública, acaban con las instituciones, pero no castigan ni erradican los delitos o excesos de los servidores públicos. Cuando se creó el Servicio Secreto para combatir a la delincuencia, muchos de sus integrantes sometieron a los criminales de manera ilícita y actuaron como un poder supraconstitucional, además de dedicarse a administrar el delito. Cuando el clamor popular exigió se controlara a ese cuerpo policial, lejos de detener y sancionar a los malos elementos se optó por desaparecer al Servicio Secreto que, finalmente, cumplía con su cometido de atacar a los delincuentes. Si existe corrupción de algunos jueces, que se penalice a esos malos impartidores, pero que no se crea que con desaparecer a la Corte se resuelve el conflicto. Por el contrario, el sufragio popular abre las puertas para que el crimen organizado controle al Poder Judicial y se solapen sus actividades al amparo de la misma ley. Es fundamental en una democracia que se respete el Estado de Derecho.
Por eso la nueva presidente debe convocar a un nuevo pacto social que logre la unidad nacional, reunifique a la sociedad y deseche la polarización y el odio como forma de gobierno. Es importante que los sectores sociales dejen de verse como antagónicos y olviden la visión maniquea de la historia, no se trata de una lucha de clases de buenos contra malos. Para reactivar la economía debe llamarse a empresarios y trabajadores a caminar con el mismo rumbo, aumentar la productividad y el crecimiento. Mientras que el gobierno debe garantizar la certeza jurídica y combatir la corrupción e inseguridad. Esperemos que la nueva mandataria tenga el valor de convocar a ese nuevo pacto social.