La cárcel caguama, buena idea
¬ Francisco Reynoso jueves 7, Mar 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
Si lo vemos sin antipatías, la idea de Xóchitl Gálvez Ruiz de construir una cárcel caguama para los pollos gordos del crimen organizado no es tan descabellada.
Muchos se han pitorreado de ella. Quien más ha hecho sorna de la candidata presidencial de la alianza PRI-PAN-PRD es Jorge Álvarez Máynez, el fosfo-fosfo que Dante Delgado ha convertido en el payasito de la política.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la extorsión es uno de los delitos que más lesionan a la sociedad mexicana. Las estadísticas oficiales lo ubican en tercer lugar de importancia con un promedio de 5 mil extorsiones por cada 100 mil habitantes.
En 2021 se contabilizaron casi 10 mil extorsiones con un incremento de 12% respecto al año anterior.
Sin embargo, la cifra negra en extorsiones llega a casi 98%. Es decir, de cada 100 extorsiones que se cometen, 98 no se denuncian ante el Ministerio Público.
La jefa Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública, reveló hace días que 97% de las llamadas de extorsión —obviamente las localizadas y monitoreadas— se hicieron desde nueve de las 284 cárceles estatales que operan en México.
Los sabuesos de la Guardia Nacional, de la Fiscalía General de la República y de la Secretaría de Seguridad Pública tienen un listado de números telefónicos reportados, sospechosos y en investigación que pasan de 25,000. De ese total 20,000 se han desmontado e inutilizado.
La jefa Rosa Icela hizo hincapié en que de los penales federales: del Altiplano, Tamaulipas y Puente Grande, no hay evidencias de que los presos lideren pequeños y grandes organizaciones dedicadas a la extorsión.
Con estos antecedentes, parece lógico que la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México quiera depurar las cárceles estatales y sacar a los delincuentes federales.
En los reclusorios estatales, la verdad sea dicha, los pollos gordos de los cárteles del narcotráfico viven como reyes y tienen a guardias, celadores, administradores y autoridades penitenciarias a sus distinguidas y generosas órdenes.
No es un secreto para nadie que las cárceles son la guarida perfecta para la operación de peces gordos del crimen organizado.
Recuérdese cómo vivía Rafael Caro Quintero en el Reclusorio Oriente. Para hablar con él, director y subdirectores tenían que solicitar audiencia con muchos días de anticipación.
La jefa Rosa Icela dice que en los penales de alta seguridad los peces gordos tienen poca o nula posibilidad de hacer sus fechorías. Sin embargo, de dos de ellos se fugó Joaquín Archivaldo Guzmán Loera. Primero salió en un carro de ropa sucia del penal de Puente Grande y años después por un túnel kilométrico del penal de Almoloya de Juárez.
La propuesta de Xóchitl Gálvez no es tan absurda como quieren hacerla ver los adversarios políticos de la ingeniera hidalguense. Construir una gran cárcel para capos de la delincuencia organizada podría evitar que siguieran ordenando extorsiones, ejecuciones, secuestros y otras pillerías.
Lo que tendrían que revisar los estrategas y asesores de la candidata del bloque opositor es si la cárcel caguama podría ser privada, es decir, construida y operada por particulares y que no le costara tanto al Estado y, sobre todo, a los contribuyentes.
El crimen en la política
Más le vale al gobierno de David Monreal atender con prontitud y responsabilidad la petición que Geovanna Bañuelos hizo ante el pleno del Senado. El proceso electoral 2023-2024, calificado por muchos como el más grande e importante en la historia de México, podría ser el más violento y mortífero. La zacatecana, coordinadora de la bancada del PT en la Cámara alta, exhorta al gobierno del López Obrador y a los gobiernos estatales a brindar protección a los candidatos de todos los partidos y a todas las posiciones. Geovanna plantea esa urgencia después del asesinato de su camarada Alfredo González, candidato a presidente municipal en Atoyac de Álvarez, Guerrero, tierra dominada por las organizaciones del crimen organizado, al igual que otros muchos territorios de México.
Cinco asesinatos en Zacatecas
Conteos diversos consignan que el actual proceso electoral en México arroja un saldo espantoso de 36 asesinatos de precandidatos, candidatos y personas relacionadas con políticos y partidos. En la tribuna del Senado, Geovanna Bañuelos ofreció cifras escalofriantes.
“La violencia no distingue partidos políticos o convicciones ideológicas, hasta el 3 de marzo, se han reportado (los) asesinatos de 18 aspirantes en el país. Entre los que destaca el Alfredo González Díaz, quien era aspirante a la alcaldía de Atoyac de Álvarez, Guerrero”, mencionó la zacatecana. Y abundó: “En los últimos días, siete candidatos del estado de Michoacán tomaron la decisión de “bajarse” de la contienda (…) prefirieron salvaguardar su vida antes que ejercer sus derechos políticos”.
En Zacatecas, ya son cinco los asesinatos vinculados al proceso electoral: Cuauhtémoc Rayas, líder de la Unión Ganadera y esposo de ex subsecretaria de Ganadería y precandidata del Partido Verde, Lindyana Bugarín; Juan Pérez Guardado, cuñado del senador Ricardo Monreal, quien aspiraba a ser candidato a la presidencia de Fresnillo; Jorge Antonio Monreal, sobrino del gobernador David Monreal; Chilo Murillo, aspirante a la presidencia municipal de Sombrerete, y Pepe Olvera, precandidato de la alianza PT-PES-Panal en ese municipio.
En esa contabilidad tenebrosa debe incluirse el atentado criminal que sufrió Enrique Bernáldez Rayas —primo de Cuauhtémoc— precandidato de Morena a diputado federal.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos