Los partidos no aprendieron la lección
¬ Luis Ángel García lunes 19, Feb 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
A pesar de que el sistema pluripartidista mexicano sufre una grave crisis política, de credibilidad, de hartazgo social, sus dirigentes —que ven a sus institutos como franquicias, club de amigos o “sindicatos” gansteriles—, no entienden los mensajes de la ciudadanía y se empecinan en administrar negocios, cubrir cuotas de poder o venderse al mejor postor. En el caso del PRI, partido de gobierno por casi un siglo, desaprovechó la nueva oportunidad que le dio el votante, luego de darle la espalda para posibilitar la alternancia, y regresó efímeramente a Los Pinos en 2012, tras el escandaloso sexenio de corrupción que caracterizó a la administración de Enrique Peña Nieto. La 4T canalizó entonces el humor social y se supo vender con la bandera de combatir los latrocinios, meter a la cárcel a los corruptos y acabar con la pobreza; sin embargo, también desilusionó a los sufragantes y lejos de cumplir con las promesas de campaña, resultó más deshonesto y bandolero que los otros, no ha encarcelado a nadie y tampoco acabó con la pobreza, aunque literalmente extinguió a los pobres al generalizar la miseria.
Por eso en el 2021, los electores le dieron otra oportunidad a los partidos de oposición, quieren parecía haber aprendido la lección y canalizaron de nueva cuenta el humor social, el desencanto de quienes votaron por AMLO, quien les ofreció una quimera y compraron la imagen del redentor, del que venía a salvar al país. La sociedad le dio la espalda al falso mesías que tocaba a los malos para hacerlos buenos, para multiplicar el pescado y el pan, pero al contrario desató la felonía de sus colaboradores y familiares, quienes depredaron a la nación. Por ello, los desesperanzados, los clasemedieros, los “aspiracionistas” se sumaron a los fifís y a los neoliberales para arrebatarle la CDMX y la mayoría en el Congreso. Resurgía la ilusión de que los opositores, los partidos políticos, retomaran el rumbo correcto y rescataran al país del retroceso que se vive. Supusimos que los dirigentes habían dejado atrás sus ambiciones personales y de grupos, que surgía un proyecto ciudadano común más allá de ideologías y posiciones partidistas, que contaban con una estrategia para sacar a la 4T de Palacio Nacional y se tendría un programa más allá de los nombres. Pero, después de la borrachera de democracia vino la cruda realidad y los dueños o gerentes de los partidos mostraron su verdadera personalidad y sacaron las uñas, su ambición de alcanzar el poder por el poder mismo, ver en sus organizaciones la facilidad para hacerse de dinero y de negocios, de mantenerse en cargos de elección popular en búsqueda de impunidad, de pagar favores a familiares y amigos, regresar al nepotismo y la herencia de posiciones políticas, el pago de cuotas a grupos y patrocinadores, la prostitución y mercantilismo de las franquicias . La partidocracia se empoderó y anuló la ciudadanización en los procesos electorales.
Como en la fábula de la rana y el escorpión, los líderes mostraron su verdadera naturaleza, lo mismo los del PRI, que los del PAN o el PRD, el Movimiento Ciudadano o los de la 4T y no se diga de las rémoras del PT y el PVEM. Los dirigentes hasta arriba en los cargos legislativos, luego sus cortes, los saltimbanquis o chapulines, los hijos de políticos que ahora compiten bajo siglas distintas a las de sus progenitores, patrocinadores, gente con problemas penales, viudas, ex gobernadores, hasta peñistas y otros arrepentidos. De todo tipo de fauna, como en la viña del Señor.
Queda claro que la partidocracia no aprendió la lección del humor social e insisten en sepultar lo que tanto trabajo costó, la ciudadanización no solo de la organización electoral, sino la participación social que reclama más espacios y la exigencia de que quienes sean electos, realmente resuelvan los graves problemas nacionales.