Triana y Enrique unen sus vidas ante los ojos de Dios
* Especiales, Espectáculos lunes 1, Ago 2011- Terminada la fiesta, los novios se escaparon para disfrutar su viaje de luna de miel a las encantadoras playas de Cancún
Gloria Carpio
“A este mundo nosotros hemos llegado solos, sin embargo en el difícil camino de la vida nuestros corazones de repente se cruzaron y el día de hoy decidimos unir nuestras vidas ante los ojos de Dios, familiares y amigos”, con estas palabras fue como la bella Triana Sánchez Lara y su media naranja Enrique Ortiz Martínez, hicieron cómplices a las personas más cercanas a sus vidas y corazones para comenzar a escribir la historia de la hoy familia Ortiz Sánchez, que seguramente estará fortalecida con amor, lealtad, apoyo y felicidad, sentimientos que se reflejaban en el brillo que destilaban en sus ojos los novios el día de su boda.
Familiares y amigos (quien esto escribe, honrada de ser partícipe) fuimos testigos de su unión y juramento de amor, un juramento de amor que no fue para toda la vida sino para más allá de la vida y por esos motivos el medio judicial también estuvo de fiesta por el matrimonio de Triana Sánchez Lara con Enrique Ortiz Martínez, y parte de la gran convocatoria obedeció a que la novia es la secretaria de la Juez 38 Civil del Distrito Federal, Leticia Medina Torrentera.
La pareja unió sus vidas en una solemne ceremonia religiosa desplegada en la Parroquia del Perpetuo Socorro de Tlalnepantla, donde el sacerdote que ofició la misa les expresó a los hoy esposos, así como a sus padrinos de velación María del Refugio Soria Vega y José Guadalupe Uribe Guevara que la familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida. Que en la familia se exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad. Después de recibir la bendición de Dios, los novios e invitados se dirigieron a Santa Mónica, en donde se realizó la recepción, con una serie de detalles singulares que concurrieron para que todos compartieran la celebración, celebración que fue también encabezada por los padres de los novios, por parte de ella: Macaria Lara Castellanos, Bernardino Higinio Sánchez Enciso; de él: Minerva Martínez Padrón y Enrique Ortiz Flores. Los padres de Triana y Enrique manifestaron que hay momentos en la vida que son especiales por sí solos y que era para ellos un honor compartirlos con las personas que más quieren porque se convierten en inolvidables como la unión de los seres que más aman: sus hijos.
Como toda una bella boda no pudieron faltar los rituales de la buena suerte como brindar con los invitados, romper las copas que significa romper con cualquier mala vibra; los tradicionales juegos como la víbora de la mar: la novia aventó el ramo y el novio lanzó la liga para que los solteros con intenciones de casarse tuvieran una ligera ayuda de la suerte.
La orquesta en vivo hizo que los novios e invitados le sacaran brillo a la pista de baile y con globos, antifaces, sombreros entre otros adornos hicieron que el ánimo, felicidad y gozo, no faltara en ningún momento pues la felicidad de los novios contagió a todos los presentes. Y ni qué decir del mariachi que llegó de sorpresa para enamorar aún más a Triana y Enrique.
Fue una inolvidable noche que se prolongó hasta la madrugada, no sin antes disfrutar de una exquisita cena que consistió en una crema de calabaza, espagueti, carne en chile pasilla, y un delicioso pastel acompañado de refrescantes bebidas nacionales e importadas.
Terminada la fiesta, los novios se fueron a disfrutar su luna de miel a las encantadoras playas de Cancún, e iniciar esta nueva etapa de su relación.