De Benito Juárez a Xóchitl
Alberto Vieyra G. lunes 24, Jul 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMLO pasará a la historia como el Presidente de la República más mentiroso, más simulador, más grosero, más misógino, más violador de las leyes y más destructor de las instituciones nacionales.
Sí, AMLO comenzó como jefe de Estado prometiendo cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan y termina como jefe de campaña de Xóchitl Gálvez, con la burlona frase “no me salgan con que la ley es la ley”
AMLO está empeñado en destruir a Xóchitl Gálvez con todo el poder del Estado, usando todo el aparato de comunicación del Estado mexicano a través de las mañaneras, burlándose de ella o exhibiéndola como una corrupta sólo por haber creado 2 o 3 empresas con las que celebró contratos con el gobierno, incluyendo el del propio AMLO y, de pilón, se mofa de la oriundez indígena de Xóchitl Gálvez. Todo eso constituye un delito que se tipifica como violencia política de género.
Con esa infame metamorfosis de jefe de Estado a jefe de campaña, AMLO termina despreciando a las leyes que juró cumplir y hacer cumplir. Por ello, la autoridad electoral le ordenó que cierre el pico y se deje de injurias contra sus adversarios políticos y que ya le pare a su carro con una elección de Estado en favor de sus “corcholatas”. Pero como AMLO es un renegado, le da la vuelta al asunto y, como la burra, vuelve al trigo.
Ahora, en el “circo” de Palacio Nacional se creó una mamila sección titulada “no lo dijo yo”, en la que AMLO usará patiños, incluyendo a sus adictos de la 4T para seguir destripando a Xóchitl Gálvez. AMLO sigue sin entender que su estrategia es totalmente equivocada porque la sociología nos dice que la gente, siempre estará con la víctima y lo que AMLO está haciendo es convertir a Xóchitl en víctima o para decirlo sin rodeos, en Presidenta de México. Sienten escalofríos en Palacio nomás de pensar de Benito Juárez a Xóchitl.
El indígena Benito Juárez sería el primero en llegar a la Presidencia de México. Después, Victoriano Huerta Márquez de origen huichol por la vía del golpe de Estado y no hay duda que AMLO convertirá a Xóchitl Gálvez en la primera Presidenta indígena de la nación azteca.
Xóchitl Gálvez tiene ya en el bolsillo el probable voto de más de 30 millones de compatriotas de la llamada clase media, a la que AMLO vomita por aspiracionistas, más unos 5 millones de jóvenes que votarán por primera vez y faltará ver cómo entusiasma a unos 20 millones de abstencionistas. AMLO es partidario de la ignorancia y de la gente a la que se le pueda manejar como una marioneta.
Las últimas encuestas registran casi un empate técnico con Claudia Sheinbaum, quien también odia a los aspiracionistas a pesar de que ella estudió una carrera científica en cuestiones ambientales. Los estudiosos y observadores políticos no dudan en que, de seguir así las cosas, López Obrador entregaría la banda presidencial a Xóchitl Gálvez.
En Palacio, el nerviosismo de AMLO es evidente porque en la revocación de mandato su partido solamente logró 6 millones de votos y calculan que cuando mucho los programas asistenciales le darían otros 6 o 7 millones de sufragios, con lo cual sería imposible obtener más de 30 millones de votos como él lo hizo en el 2018 y el pánico se agiganta por la debacle que sufrió en las elecciones del 2021 cuando perdió la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Así que los números no le alcanzan a AMLO y menos si sigue haciendo mártir a Xóchitl Gálvez.