¿Por qué es Xóchitl la kryptonita perfecta para AMLO y su 4T?
Roberto Vizcaíno viernes 21, Jul 2023Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
La respuesta es simple: Xóchitl Gálvez es mujer, de raíces otomíes, nacida en 1963 en Tepatepec, en pleno Valle del Mezquital, Hidalgo. De niña vendió gelatinas en el mercado de su pueblo y luego fue escribiente en el Registro Civil local para poder pagar sus transportes y estudios primarios en su pueblo y secundaria y prepa en el no tan cercano Mixquiahuala a donde tenía que ir todos los días.
Al concluir todo eso, se trasladó al entonces DF para ubicarse en un cuarto de azotea en Iztapalapa y trabajar como telefonista en el Inegi y poder estudiar ingeniería computacional en la UNAM. Al concluir se especializó en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía
Todos sus estudios los hizo en tiempo y forma. No los difirió.
En 1992 crea High Tech Services, para el desarrollo de proyectos de alta tecnología en diseño de edificios y áreas inteligentes, ahorro de energía, automatización de procesos, seguridad y telecomunicaciones. Fundadora y directora general de la empresa OMEI, dedicada a la operación y mantenimiento de infraestructuras inteligentes.
En 2000, un cazador de líderes la lleva a la mesa del entrante Presidente de México Vicente Fox, quien la incluye en su equipo para la atención de comunidades indígenas.
Todo lo demás es conocido para ser hoy el principal prospecto de la oposición para la Presidencia de México 2024-2030.
¿Pero por qué es kryptonita pura para AMLO?
Bueno, porque la senadora Gálvez es la muestra de que los indígenas y pobres sí pueden salir de su marginación y pobreza a través de estudios e inclusión laboral, y de que lográndolo, lo más seguro es que opten por un esquema de desarrollo personal y empresarial neoliberal.
Todo ello dentro de una actitud absolutamente aspiracioncita.
Frente al ejemplo dado por la senadora Gálvez la propuesta asistencialista de AMLO y su 4T sólo es un engaño electorero.
Ciertamente los abuelitos, los jóvenes sin perspectivas y pobres, y los otros segmentos de población a los que llegan los recursos del bienestar, requieren de ellos, pero no sólo eso. A estos apoyos se necesita agregar otros elementos como estudios, becas, aprendizaje de idiomas, capacitación y programas de financiamiento empresarial.
Y sí, Gálvez, sin duda, representa la punta de lanza del regreso del neoliberalismo salinista-zedillista-foxista-calderonista y peñista, pero con una visión social distinta. La que le da a Gálvez el surgir de una comunidad y familia otomí y haber pasado por todo el sistema gubernamental de atención oficial del indigenismo en México.
¿Una nueva disputa por la nación?
No lo veo tan complejo y profundo. Pero, a lo que hoy nos enfrentamos es algo de eso.
Una confrontación de una visión rancia de un socialismo castrista-guevarista absolutamente fracasado, adosado por un chavismo y elementos bolivarianos que forman un margallate ideológico en Andrés Manuel López Obrador, y la posible restauración de un esquema ideológico y administrativo-gubernamental neoliberal que si bien profundizó marginación y pobreza, atraso social y educativo, en otros aspectos propicio un importante desarrollo económico para las mayorías nacionales.
El ascenso de Andrés Manuel López Obrador al poder en 2018 fue el colofón para muchos de aquel movimiento de los 80 que venía a su vez del 68 y que -teorizado y explicado por Carlos Tello y Rolando Cordera en su libro México, La Disputa por la Nación– abría la posibilidad para una serie de reformas sobre el desarrollo nacionalista y el liberal.
En Alemania este dilema se ha resuelto con la socialdemocracia.
Aquí el reclamo de justicia social para aliviar marginación y pobreza y TLC para darle curso a un sólido desarrollo económico y productivo del país.
Carlos Salinas —quien junto a su hermano Raúl y otros cercanos pasaron por el maoísmo de Línea de Masas, ideología traída al país y al grupo por Adolfo Orive Berlinguer—, luego de ir a Harvard planeó e impulsó ambas cosas. Por un lado creó Sedesol para atender todo lo referente a marginación y pobreza y lo referente a justicia social, y por el otro estableció las bases para un poderoso impulso a empresas, reformó la Constitución y permitió la venta de ejidos y otros muchos sectores y en forma central impulso el TLC.
Existen fuertes indicios de que incluso estuvo detrás del surgimiento del EZLN como un factor de autopresión hacia el Estado para moderar las exigencias neoliberales de EU y Canadá y otros.
Hoy, todo ello está tras la inclusión de José Ángel Gurría e Ildefonso Guajardo y otros muchos en las proyecciones para lo que sería el primer gobierno de coalición, si es que la oposición gana en 2024 y si como se ve Xóchitl Gálvez resulta ser la candidata presidencial.
Si esto ocurre, sin duda la 4T y AMLO pasarán a un archivo histórico muy confuso de algo que dijo podía ser y no fue.
Habrá que ver que gane quien gane en 23 gubernaturas habrá mandatarios estatales surgidos de la 4T que concluirán sus mandatos en 2027 y 2030 y que podrán ser utilizados por el tabasqueño para hacerse presente en la primea parte del siguiente sexenio.
Hoy la mayoría de estos gobernadores sólo se han mostrado como leales seguidores del Presidente. Ya veremos si tienen voz propia luego de que este deje Palacio.
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