Más de lo mismo
Freddy Sánchez martes 4, Jul 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“El título lo es todo”…
Eso decía un publicista al asegurar a sus colaboradores que si querían vender tendrían que convencer con un nombre o un mensaje inicial atractivo que haga pensar al comprador en el contenido de lo que está comprando.
Algo similar se puede pensar con respecto a toda clase de ventas.
Y tratándose de cuestiones políticas, sin lugar a dudas.
Los lemas de campaña suelen ser la llave maestra para abrir las puertas del convencimiento entre los electores potenciales cuando lo que se anuncia llama la atención y atiende a las expectativas del receptor del mensaje.
Así las cosas, uno tiene que formularse la pregunta de por qué Morena utiliza las palabras “proyecto de nación” en lo que al mismo tiempo se reconoce como un nuevo plan sexenal que tiene el propósito de intensificar la Cuarta Transformación.
Y es que “un proyecto de nación” es el que los allegados y hombres de confianza de Andrés Manuel propusieron y aprobaron justo antes de que comenzara la administración actual.
De modo que volver a hacer lo que ya se hizo, se antoja innecesario y ocioso por decir lo menos.
Un cambio de proyecto supliendo la deficiencias del anterior por nuevas ideas y planes de gobierno, sería perfectamente entendible e incluso plausible si la finalidad fuera reconocer desaciertos y ofrecer una nueva alternativa de solución a problemas no resueltos o de plano agravados por errores cometidos a los largo del presente régimen.
Es evidente pues que no hace falta un “proyecto de nación” distinto al que se puso en marcha en el 2018, salvo que se reconozca públicamente su fracaso y se plantee la necesidad de realizar uno nuevo.
Pero, si consideramos que en Morena existe la convicción de que muchas de las cosas realizadas en este gobierno fueron las requeridas para forjar un país diferente en el que “primero los pobres” teniendo como meta “el bien de todos”, sencillamente habría que seguir y profundizar lo que mediante una ponderación autocrítica logre un consenso de aprobación creíble por la población en general.
Dicho de otro modo: Meter el acelerador en lo que en verdad favorezca a la mayoría y eliminar todo aquello que vaya en su contra porque a estas alturas es preciso reconocer que México demanda soluciones apropiadas para cada sector de la sociedad.
“Un proyecto de nación” otra vez como si se quisiera partir de cero y a ver qué sucede para después nuevamente recomenzar de nuevo y así sucesivamente solucionando a medias algunos problemas y agravando otros, evidentemente sería inconcebible e inaceptable.
Por eso convendrá que en Morena se realice un ejercicio de evaluación honesta de lo que ha estado funcionando bien o mal como consecuencia de las políticas de gobierno y, a partir de un análisis objetivo y no autocomplaciente, se le ponga remedio a lo que sigue sin atenderse como es debido.
La seguridad, salud y educación por sólo poner tres ejemplos ameritan cambios que permitan visualizar en el corto plazo que en realidad se ha tomado la ruta correcta para enmendar las fallas y adoptar nuevas acciones que demuestren su efectividad.
En ese sentido también hay que preguntar por qué los llamados a integrar el ”proyecto de nación” son quienes mayormente están considerados como “incondicionales” del Presidente. Será que el nuevo plan simplemente será más de lo mismo.