Chipote con sangre
Freddy Sánchez jueves 25, May 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Larrea, Ferrosur, “Napito”, López Obrador, corrupción, abuso del poder, ajuste de cuentas, complicidades, encubrimiento y naturalmente: codicia, envidia, resentimiento, venganza e inmoralidad.
Acaso: ¿“todo en una bolsa”’. O cómo es que unos ven lo que quieren ver y encuentran de todo en el conflicto entre el gobierno federal y uno de los hombres más ricos de México.
El señor Larrea que a decir de quienes cuestionan sus riquezas se ha dedicado a traficar con sus relaciones de poder porque los jugosos negocios que ha hecho comúnmente estuvieron concertados “a la sombra” de relaciones con personajes poderosos del gobierno.
Aunque no es el único con esa etiqueta, puesto que otros empresarios igual son señalados de hacerse multimillonarios en los complejos terrenos de la política y los negocios.
La lista si no mayúscula tampoco se reduce a los dedos de una mano si se trata de visualizar a los hombres de empresa que aliados en apariencia con influyentes del poder pasaron de ser prósperos y en cierta forma exitosos hacedores de empresas redituables a auténticos ganadores de miles y miles de millones de pesos.
La suma de actividades lucrativas que de la noche a la mañana pasaron a estar en manos de unos cuantos sobresalientes empresarios deja el rastro de que en algunos de esos crecimientos económicos exponenciales, aparentemente, hubo arreglos con personajes encumbrados en cargos institucionales.
Y lógicamente con la generación de ciertas inmensas riquezas debieron ser muchos los lastimados. Así que los cobros de facturas son inevitables por excesos, atropellos, abusos, desconsideraciones, triquiñuelas, entre tantas otras maniobras probablemente encajosas o deshonestas que suelen asociarse con individuos poseedores de capitales en abundancia.
Y aunque no está a la vista que algo así sea la verdadera razón de las diferencias entre el señor Larrea y el gobierno en turno, no deja de haber suspicaces que se lo imaginan.
De ahí el supuesto juego de asperezas para “ablandar” un radicalismo opositor de una u otra parte hasta que se logra un acuerdo mediana o ampliamente satisfactorio para ambos lados.
Mucho se ha dicho de lo que acerca o separa al presidente López Obrador del empresario mencionado y hasta donde se puede juzgar no todas las desavenencias están superadas, pero en opinión de algunos se encontrará el medio de resolver el desencuentro.
Hay naturalmente los que no dejan de creer que una confrontación más dura se puede dar con el millonario Larrea de parte del gobierno de Andrés Manuel y de éste, posteriormente, con diversos acaudalados antes de que concluya el actual sexenio.
Esa lectura han querido darle a las palabras del Presidente algunos que lo escucharon decir que lo malo está por venir.
Como en los cierres sexenales de tiempos anteriores existen analistas que suponen una brusca ruptura con algunos hombres de negocios y el reforzamiento de los acuerdos con otros.
Porque es una idea entre quienes han visto con malos ojos el desarrollo de la presente administración que al jefe del Ejecutivo no se le da el entendimiento con el empresariado nacional o extranjero, salvo cuando se somete a sus deseos y las reglas que impone su gobierno.
El caso es que aquello de “ánimo cabrones, que lo feo está por venir”, a unos los tiene en alerta y atemorizados, prestos naturalmente a defender sus intereses y a otros probablemente más que contentos en espera de que la 4T se declare abiertamente enemiga de los grandes del poder económico como parte de la defensa de los pobres.
Y el grave problema de que algo así llegara a ocurrir es que en los “encontronazos” los más débiles son los habitualmente perdedores por más que algunos ricos pueden terminar con lo que sería: “chipote con sangre”.