López Obrador para rato
¬ Francisco Reynoso jueves 25, May 2023Triple Erre
Francisco Reynoso
Legalmente, Andrés Manuel López Obrador termina su mandato el 1 de octubre de 2024.
Ese día, después de entregar la banda presidencial a quien haya ganado la guerra de las “corcholatas” o a un milagro de la oposición, se irá a su rancho en Chiapas. Y -jura- se retirará de la política; ni audiencias, ni consejos, ni mano negra. Nada. Se convertirá en un anacoreta consagrado a la meditación, la lectura y la escritura.
Si acaso le echará un lazo a Beatriz. Y a su hijo menor.
Pero… el pero que nunca falta, el prietito en el arroz, ¿quién le cree a López Obrador que se cortará la coleta, como los toreros?
El bienamado es un “animal político” y sólo podrá estarse quieto cuando se muera. Y eso quién sabe. Muy probablemente regresará por las noches a jalarle las patas a quienes se porten mal y no obedezcan al testamento político.
Echemos un vistazo al pasado, a la historia, para revisar algunos casos similares al de su alteza serenísima.
Elba Esther Gordillo
Uno light. El 24 de abril de 1989 la maestra Elba Esther Gordillo Morales asume el mando en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Y como esa posición era temporal por estatutos, la chiapaneca también ocupó la presidencia nacional del SNTE que había inventado Carlos Jonguitud para eternizarse.
Así, la maestra Gordillo estuvo al frente del magisterio hasta 2013, es decir, 24 años. Y hubiese durado otros 24 años si no se pelea con el presidente Enrique Peña, quien le movió el tapete para meterla a la cárcel.
Daniel Ortega
Otro caso que podría reflejar más la historia de vida que quisiera el caudillo es el de Daniel Ortega.
En 1985 llegó a la presidencia de Nicaragua. Concluyó en 1990. En 2006 volvió a la silla presidencial y hasta la fecha permanece en ella, gracias a cuatro reelecciones “democráticas”.
Es uno de los gobernantes del mundo que sin pertenecer a una familia real ha durado más años en el poder.
Ortega Saavedra tuvo que reformar la Constitución de Nicaragua para darle validez y legalidad a todas sus tropelías. Este año, la inconformidad y la oposición en Nicaragua ha crecido de manera casi incontrolable. Ortega tuvo que recurrir a extremos graves de violencia para aplacar a sus adversarios neoliberales, fifís, hipócritas y corruptos.
En los últimos meses el gobierno represivo de Ortega ha encarcelado a casi 100 opositores, entre ellos precandidatos a la presidencia. Y para que vean que no se anda con medias tintas ni le tiemblan las rodillas, ha despojado de su nacionalidad a figuras de la cultura nicaragüense que lo han calificado públicamente de tirano, represor y sanguinario.
Leónidas Trujillo
El tercer caso es el de Rafael Leónidas Trujillo, presidente y dictador de República Dominicana.
Llegó al poder en 1930 y concluyó en 1938. Como sucesor impuso a un títere: Jacinto Bienvenido Peynado, pero poco después murió y Trujillo sentó en la silla a otro títere: Jesús Troncoso.
En 1942 “el chivo” Trujillo regresó a la presidencia y permaneció en ella 10 años. En 1952 convocó a elecciones pero no contendió él. Sino su hermano Bienvenido Trujillo, al que hizo renunciar por los excesos y abusos en que incurrió. Leónidas llamó a otra de sus “corcholatas”: Joaquín Balaguer.
Desde su aparente retiro y como jefe del Partido Trujillista, Rafael Leónidas gobernó República Dominicana hasta 1961, año en que militares confabulados lo asesinaron.
Xi Jinping
¿Cómo podría López Obrador mantenerse en el poder sin reelegirse al estilo Daniel Ortega, Leónidas Trujillo, Porfirio Díaz o Benito Juárez?
Una posibilidad es que, como en el SNTE, Morena cree un puesto de presidente vitalicio plenipotenciario. Algo más o menos parecido al que ejerce Xi Jinping. Es, simultáneamente, Presidente de la República Popular de China, secretario general del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de China —el que realmente truena sus chicharrones— y presidente de la Comisión Militar de China.
Ahí no más, para que vean que los chinos no se andan por las ramas.
Así que el caudillo López Obrador tiene para escoger. O más aún, hacer una mezcla de los cuatro ejemplos y meterla a la licuadora de la Cuarta Transformación para perfeccionarla. Por ejemplo, que la elección sea a mano alzada o mediante consulta al pueblo sabio.
De lo que no hay duda es que tendremos López para rato.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos