AMLO no logra atraerse a la CNTE, que considera insuficiente el aumento salarial
Miguel Ángel Rivera martes 16, May 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Desde antes de conquistar el poder, Andrés Manuel López Obrador ha tratado de llevar a su lado al rebelde sector del magisterio que se agrupa en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pero hasta ahora no ha logrado sumarlos a la llamada Cuarta Transformación.
Esto se confirmó ayer, cuando el presidente López Obrador anunció un aumento de 8.2 por ciento a los salarios de los profesores y, sobre todo, destacó que ningún educador ganará menos de 16 mil pesos mensuales.
El primer mandatario tuvo a su lado a la dirigencia del oficialista
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que, de momento, no manifestó ninguna reacción.
En cambio, la combativa disidencia afiliada a la CNTE de inmediato expresó su desacuerdo con lo que considera un raquítico aumento de salarios, que está lejos de cumplir la vieja demanda magisterial de un incremento que realmente compense el esfuerzo que realizan los profesores, pues como es ampliamente conocido, su compromiso no se reduce a las horas que pasan en las aulas, sino que deben dedicar muchas horas extras a preparar el material didáctico y revisar las tareas.
En su tradicional conferencia mañanera, que esta vez coincidió con la celebración del Día del Maestro, el jefe del Ejecutivo federal presumió el esfuerzo de su administración por conceder un aumento del 8.2 por ciento a los salarios de los profesores, que en realidad apenas compensa la pérdida del poder adquisitivo de los salarios como consecuencia de la inflación que supuestamente se ha reducido a últimas fechas, pero es bien sabido por las amas de casa que los indicadores oficiales siempre quedan por debajo del verdadero aumento de los precios de los productos de primera necesidad.
Sólo como referencia, cabe recordar que, de acuerdo con estudios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un aumento anual de 6.3 por ciento, seis décimas menos que el mes anterior, pero de cualquier forma está a menos de dos puntos por debajo del aumento concedido a los maestros.
En ese sentido, el Presidente de la República aprovechó la presencia de algunos maestros para criticar al Poder Judicial, al que acusó de estar del lado de intereses creados en los tiempos en el que se reformó el sistema educativo con fines privatizadores.
En respuesta, el dirigente nacional del oficialista SNTE, Alfonso Zepeda Salas, manifestó el apoyo de los maestros del país al proyecto de gobierno del presidente López Obrador.
“Señor Presidente, nunca dude usted que los cientos y cientos de miles de trabajadores de la educación de México lo apoyarán hasta el último momento para que se haga realidad la Cuarta Transformación que tanto anhelamos”, dijo en su discurso en Palacio Nacional.
La 4T mantiene las mismas prácticas
negativas de conservadores y neoliberales
Si la respuesta del dirigente del oficialista SNTE seguramente resultó satisfactoria para el primer mandatario, no lo fue tanto la reacción de la combativa CNTE y lo peor para López Obrador fue que los disidentes comparan a su gobierno con los pasados conservadores y neoliberales, lo cual contradice su insistencia en asegurar que “son diferentes”.
Para empezar, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rechazó el incremento salarial del 8.2 anunciado por el titular del Ejecutivo Federal.
“El incremento del salario se ve superado por la inflación que es de más del 10 por ciento, por la pérdida del poder adquisitivo que en este sexenio lleva más del 40 por ciento. En cifras concretas el incremento del salario anunciado, ya desglosado, no supera el 6.3 por ciento”, destacó Pedro Hernández Morales, secretario general de la Sección 9 de la Ciudad de México, quien destacó que ha sido una tendencia desde los gobiernos panistas y priistas de incrementar el salario del magisterio por debajo de la inflación y del poder adquisitivo.
Afirmó que que no son suficientes los discursos gubernamentales en los cuales reconocen y hasta “ensalzan” la labor educativa mientras en la vida diaria los trabajadores de la educación siguen enfrentando una serie de problemas que tienen que ver con las condiciones de salario insuficiente, inseguridad laboral, falta de seguridad social, la imposibilidad de una participación más activa en el diseño del modelo educativo y muchas más.
Los maestros disidentes no se quedaron inmóviles. Por el contrario, para conmemorar el Día del Maestro organizaron una nueva movilización, que inició del metro San Cosme con destino al Zócalo capitalino.
Los integrantes de la Coordinadora aseguraron no sólo que los incrementos salariales son insuficientes, sino también que los programas de basificación avanzan lentamente, el derecho a elegir una representación sindical legal y legítima es inexistente. Esto, además de que carece de una asistencia médica y social que responda a sus necesidades concretas y enfrentan planes y programas de estudio “impuestos nuevamente” desde los escritorios de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Por ello, demandaron al gobierno federal establecer una mesa de negociación, donde no solamente se les escuche, sino que se dé respuesta puntual a cada una de las demandas que la representación democrática le ha presentado. “Es indispensable para que nosotros contemos con elementos para resolver problemas tan graves como es el rezago educativo que vivimos desde hace décadas”.
El magisterio disidente demandó asimismo un presupuesto mayor para educación, con la finalidad de tener mejores condiciones de trabajo y estudio, así como un salario digno para todos los trabajadores y trabajadoras de la educación.
“Exigimos la abrogación de la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (SICAMM) que ha venido a violentar el derecho a la seguridad laboral, sin olvidar la ilegal aplicación de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) que lesiona las pensiones, afectando el bienestar y seguridad de las y los jubilados”.
El tema de los programas de estudio impuestos contradice directamente uno de los aspectos abordados por López Obrador en su conferencia mañanera.
“Vamos a seguir defendiendo nuestros postulados, nuestros principios, nuestros ideales. Si no, no tendría caso estar aquí, llegar a la Presidencia para ponerme al servicio de la oligarquía, de los potentados, de las minorías, de los que tienen un pensamiento clasista, racista, discriminatorio, de los que no le tienen amor al pueblo. No. Llegamos aquí para transformar y ofrecemos disculpas por las molestias que causan nuestras posturas, pero vamos a continuar impulsando la transformación de México”, dijo el jefe del Ejecutivo.
AMLO insiste: no hay tapados ni dedazo
En su mañanera de ayer, el presidente López Obrador insistió en uno de sus temas favoritos, la sucesión presidencial.
Aunque él mismo bautizó a los precandidatos presidenciales de Morena de “corcholatas” y, por consiguiente, se confirió la condición de “destapador”, el líder y guía de la llamada Cuarta Transformación trata de marcar diferencias respecto de sus antecesores, sobre todo los surgidos del PRI.
En México, dijo el mandatario, “ya no hay tapados ni dedazo, todas esas prácticas antidemocráticas, porque las cosas ya cambiaron, son otros tiempos”. Sin embargo, no solamente ha dado a conocer los posibles candidatos de su partido, sino que inclusive trata de influir en la lista de aspirantes de la oposición.
Ayer, por ejemplo, mencionó a Gabriel Quadri, ex candidato presidencial del casi extinto Partido Nueva Alianza (PANAL), ahora afiliado al PAN. López Obrador opinó que el PAN no debería postularlo.
Mientras tanto, una de las “corcholatas” oficiales, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien reiteradamente ha demandado “piso parejo”, ahora pidió a los gobernadores de Morena no convertirse en promotores de aspirantes
“No se vale que quieran las dos cachuchas”, dijo Ebrard, quien precisó que no se puede ser mandatario estatal y a la vez promotor. Sí se desea lo segundo, “se vale”, pero llamó a renunciar.
Por su parte, la también “corcholata”, el titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández reafirmó que será el próximo Presidente y que será quien continúe la transformación.