Chocolates Morena
Freddy Sánchez martes 14, Mar 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La gente no compra productos sino marcas.
Eso que decía un funcionario de la Conasupo hace muchos años parece estar vigente y no únicamente con respecto a alimentos y bebidas. También en lo concerniente al espectáculo, los deportes y la política. Porque “los productos” más conocidos y publicitados son los que el público suele dejarse convencer de que son lo mejor y por eso “los consume”.
Y es que como decía aquel servidor público las personas se esmeran en poseer un Nescafé y no un café granulado o una Coca Cola y no un refresco de cola.
Los mismo pasa entonces con los artistas, deportistas y políticos de moda: sus éxitos los llevaron a la fama y eso basta en algunos casos para que sigan siendo los preferidos de la gente que se resiste a tener lo que no conoce prejuzgando sobre posibles deficiencias de calidad. Y justamente cuando lo conocido decepciona o deja de atraer surge la necesidad de probar algo nuevo, necesariamente promocionado como una nueva y exitosa “marca” en el mercado de consumo.
Diversos alimentos y bebidas de una predilección en decremento entre los consumidores, del mismo modo que ciertos actores o cantantes, atletas y personajes dedicados al ejercicio de la política, perdieron popularidad y por lo tanto muchas personas declinaron su interés en poseerlos o seguirlos al no hacerlos más parte de sus vidas.
Así que otros ahora ocupan su lugar.
Los que llegaron arropados por la propaganda que “valida su alta calidad” o una vez que lograron competir y se ganaron el gusto de la sociedad.
De modo que al igual que unas papas fritas de las que “no puedes probar sólo una”, los consumidores comen y beben habitualmente lo que les sigue agradando y lo mismo se puede decir de su común predilección de los deportistas, artistas y políticos que se ganaron su voluntad y no la han perdido.
El encanto de “estrellas”, naturalmente, no dura para siempre e incluso en no pocos casos es fugaz. Y cuando se apaga la luz que tanto brilla hace falta buscar un nuevo atractivo que ilumine la vida propia.
Eso último es lo que da cabida al surgimiento de nuevos gustos por la comida y la bebida y el seguimiento y el “consumo” de lo que ofrece el espectáculo, los deportes y la política.
Con un mal hábito que a veces echa a perder la buena imagen de lo exitoso entre las masas: “haz fama y échate a dormir”.
Algo que justamente lleva al traste con cualquier popularidad porque más temprano que tarde los consumidores se percatan de que lo que fuera un “producto de calidad”, ya no lo es y por lo mismo cambian de preferencia.
Que lo digan si no los vendedores de mercancía que ha dejado de consumirse, así como diversos personajes famosos que dejaron de tener aceptación entre la gente.
En particular, los que se han dedicado a la política y que por una creciente decepción en su desempeño perdieron la confianza electoral y andan “de capa caída” mendigando una nueva oportunidad entre los electorales intentando que vean que los que están en su lugar no son mejores sino peores.
Al menos esa ha sido la letanía repetida constantemente por el PRI, PAN y PRD confiados en que para el 2024 si no logran mediante una alianza recuperar la presidencia por lo menos volverán a tener una influencia mayoritaria en las cámaras legislativas para marcarles el paso a sus opositores morenistas.
Estos últimos, obviamente, engolosinados con sus triunfos pensando que el electorado nacional les volverá a dar la confianza porque los considera “la marca” política por excelencia en el momento actual como si se tratara de algo así como los ampliamente gustados “chocolates” de Morena.