La marcha de ayer
Armando Ríos Ruiz lunes 27, Feb 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La concentración de ayer, no fue como dijo el Presidente: en defensa de Genaro García Luna. O para impedir que el país avance, como machaca. O para acondicionar el regreso de los corruptos. Es para que México no termine peor que como estaba cuando lo recibió y desde entonces ha llevado al desastre en sólo cuatro años. Poco le falta para asestarle el tiro de gracia.
Sus incondicionales no ven nada de lo anterior, porque tienen un billete bimensual en sus ojos. Además, no resulta difícil advertir que pensar que es en defensa del corrupto policía recién enjuiciado, es una idea descabellada, que sólo puede discurrir un enfermo de la mente. Respecto al avance, México ha retrocedido y sobre los corruptos de ayer, hoy son superados con creces.
Hoy, a cuatro años de administración morenista, la corrupción ha crecido a niveles insostenibles. Y eso que su combate es el tema insignia. Este es un asunto que inclusive, han criticado muchos países del mundo, que califican a nuestro gobierno de caprichoso y autoritario, de contradictorio y cantinflesco. Sus hijos son prueba fehaciente, sin contar a todos sus colaboradores, que predican lo mismo y visten ropajes que ni Obama tiene.
El movimiento de ayer se traduce como la forma de solicitar a la Suprema Corte, no dejar pasar el “plan B”, cocinado en el laboratorio del más alto poder, para complementar la reforma electoral del primer mandatario, que quiere a toda costa legitimar su prurito de convertir a todo México en su lacayo, dispuesto a permitirle todos los atropellos que se le ocurran en el futuro cercano.
No le ha bastado tener un Congreso a su favor. Pretende ahora cambiar las leyes que impiden el paso al autoritarismo absoluto y a la dictadura, que forman parte de una enfermedad que subyace en la mente del Presidente, para acabar a toda costa con el organismo que le impide consumar su capricho, largamente acariciado y ahora a muy breve distancia de su egolatría desbordada.
Se trata de un plan sumamente ligero y por lo mismo, lleno de faltas a la Carta Fundamental, como estila el mandatario cada vez que desea desarreglar lo que costó muchos años y pleitos arreglar. Pero en esa mente no cabe el razonamiento ni la inteligencia. Caben el instinto. El autoritarismo. La Imposición. Únicos elementos a disposición de quienes carecen de luces intelectuales.
Un consejero del INE, conocedor del tema, enumeró una lista de “contravenciones” a la Constitución y a la autonomía del Instituto, “por lo que pone en peligro el voto libre en elecciones auténticas”, dijo. Lo más grave, sostuvo: abolir la estructura ejecutiva indispensable del INE para hacer elecciones. La Constitución define que: “Los órganos ejecutivos y técnicos dispondrán del personal calificado necesario para el ejercicio de sus atribuciones”.
En suma, la intención es acabar con la autonomía del INE. Achicarlo en todos los sentidos que le dan fuerza y vida e imponer un nuevo organismo manejado a su antojo y capricho, con personal impuesto por su decisión y que sirva para legitimar todas las trampas desde la misma Presidencia de México.
¡Mentira que es para ahorrar! Si eso quiere, que pare de inmediato sus “modelos” de obras cuya construcción sólo ha causado daños severos por todos lados, cuyo costo ya se multiplicó a niveles no concebidos.
Ya dio su consentimiento de que sea una mujer la nueva encargada de esa institución y de inmediato varias consejeras levantaron la mano. Algunas han sido críticas de las acciones del Consejero presidente, en manifiesta postura de llegar al cargo y de hacer notar que están en condiciones de trabajar para satisfacer las ocurrencias del que manda.
Un asunto tan delicado como la destrucción del INE, y con ello la pérdida de la confianza de los mexicanos en sus instituciones, ha quedado ahora en manos de la Corte. Los mexicanos están en espera de que el gesto de extrema conciencia y mexicanidad se refleje en esa resolución. Para esto fue la marcha de ayer.