El PRI no entiende
¬ Luis Ángel García viernes 3, Feb 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La ciudadanía se ha cansado de darle nuevas oportunidades al otrora partido aplanadora, al partido hegemónico, al partido-gobierno, porque una y otra vez, el PRI defrauda al electorado. No aprendieron la lección cuando después de casi ocho décadas de gobernar este país, llegó la alternancia a la Presidencia en el 2000. Los votantes fieles le dieron la posibilidad de regresar a Los Pinos 12 años después, para entregar la plaza a Morena, incluso mucho antes del cambio de banda presidencial. Casi al día siguiente de conocerse el resultado electoral, el último priista abdicó y dejó que la 4T controlara la administración pública cinco meses antes de la toma de posesión formal.
Desde el 2000, el tricolor ha ido en picada y en los últimos 22 años perdió la CDMX, la mayoría en el Congreso, 29 gubernaturas, el control de las Cámaras locales y la mayor parte de los municipios. En algunas localidades es la tercera o cuarta fuerza política y es derrotado en casi todos los comicios. Su militancia se ha visto muy debilitada por las sangrías que han hecho partidos como el PRD y Morena, que han incrementado su plataforma política con el capital humano formado por priistas; recientemente, los últimos mandatarios estatales del partido fundado por Plutarco Elías Calles entregaron sus gubernaturas a cambio de puestos públicos, representaciones diplomáticas o la promesa de no ser perseguidos ni pisar la cárcel.
Han sido casi dos décadas de permanente agobio para la otrora llamada marea roja. Sin credibilidad, con una imagen de corrupción y el desencanto por las promesas de gobierno incumplidas, el electorado migró a otras opciones políticas, como fue en su momento el PRD, el PAN o Morena, incluso un fortalecido Movimiento Ciudadano o rémoras como el mercenario Verde Ecologista, que hasta se hizo del gobernador de Chiapas.
A pesar de todo, el votante todavía tiene la esperanza de que vuelva el PRI, por su experiencia en el manejo de la administración pública y los dejos de ser forjadores de verdaderos programas sociales que no eran paliativos para mantener a la gente en la pobreza. La gente reconoce que las grandes instituciones fueron creadas por gobiernos priistas como el IMSS, el Infonavit, el Fonacot, Pemex y la CFE —cuando eran rentables—, IMSS Solidaridad que devino en el Seguro Popular —mucho más eficiente que el malogrado Insabi—, Conasupo, los Institutos Nacionales de Salud, entre otras dependencias que imprimieron desarrollo al país y facilitaron una mayor y equitativa distribución de la riqueza.
Amén de la ciudadanización de los comicios, a través del INE. La democratización del sistema político mexicano fue impulsada por la gran reforma política propuesta por el ideólogo Jesús Reyes Heroles, quien posibilitó la representación de la oposición en el Congreso y sacó de la clandestinidad al proscrito Partido Comunista de México. Gracias a todo ello, la ciudadanía da una nueva oportunidad al PRI, para que retenga sus dos últimas gubernaturas, tenga más presencia en el Congreso y en alianza con otros partidos, arrebate la presidencia a la 4T.
Pero, el PRI tropieza con la misma piedra, sus “dirigentes” no entienden el mensaje ciudadano y persisten en mantener y pelear por sus intereses personales, de grupo, intereses facciosos. Cuentan con un dirigente que ha traicionado a su militancia, ambicioso, sin una estrategia política para recuperar el poder, con arreglos cupulares, entreguista al gobierno cuando le conviene y sumiso para que no lo metan a la cárcel.
Ese es el líder que puede hacer sucumbir nuevamente al PRI, pero un nuevo fracaso ya no se le perdonaría el electorado y entonces se extinguirá un partido que representó a la mayoría de los mexicanos, al partido de centro-izquierda —como lo definía Adolfo López Mateos—, que creo la clase media y que dio estabilidad política al país por décadas. Ojalá y la gente talentosa que todavía milita en el tricolor frene las ambiciones del campechano y su divisionismo.