¡Bravo!, los abrazos funcionan
Armando Ríos Ruiz miércoles 1, Feb 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Como se ve diariamente, la estrategia de abrazos, no balazos, funciona. No a favor de la ciudadanía, sino de los grupos delincuenciales que, gracias a ella, se multiplican a lo largo y ancho del territorio mexicano. Ha contribuido visiblemente con su incremento, ante la negativa del gobierno de cambiar la táctica, seguramente porque existe un pacto que muchos mexicanos advierten.
El país está prácticamente rendido ante el potencial criminal que exhiben los numerosos grupos delictivos. Cada día se sabe de los cuantiosos crímenes que cometen, ante la sordera de las autoridades federales y ante la ceguera de las locales, que no hacen más que permanecer expectantes, como la ciudadanía inerme, sin responder para nada a su compromiso de perseguirlos.
El domingo pasado, un nutrido grupo de policías estatales realizó cateos en casas del poblado de El Parotal, en la zona serrana del Poblado Santa Rosa de Lima, aparentemente en busca de dos delincuentes pertenecientes al cártel de la Familia Michoacana. El suceso no es particular de esta entidad. Hechos así ocurren todos los días en el país, siempre con saldos de muertos y heridos, por más que la autoridad policíaca diga que la delincuencia siempre está a la baja.
A principios de diciembre del año pasado, un grupo irrumpió en el poblado de El Durazno, municipio de Coyuca de Catalán, en la zona de Tierra Caliente del mismo estado. Mataron a siete personas que condujeron a una escuela y dejaron mal herido a un niño. Se supo que dicha acción respondía a venganzas y al prurito de adueñarse de territorios dentro de la entidad.
Los cárteles locales dispararon alertas y manifestaron que por nada del mundo permitirían la entrada de los agresores. Inclusive hicieron correr la voz que instruía a los propietarios de diferentes negocios de un toque de queda en las noches, para evitar muertes innecesarias, mientras, las autoridades permanecían mudas. Inclusive, se presentaron mucho después de 24 horas, a tomar nota de los cadáveres de El Durazno. ¡Así de eficientes!
El grupo michoacano comenzó a hacer presencia de manera paulatina. Esto se notó debido a que negocios anteriormente respetados por la delincuencia local, comenzaron a recibir llamadas telefónicas amenazantes e instrucciones sobre las rentas que tenían que pagar en lo sucesivo, con exigencias de 50 por ciento de sus ingresos. Muchos cerraron, definitivamente.
El domingo se suscitó otro enfrentamiento entre civiles y policías estatales, en el poblado mencionado, en la sierra cercana a Santa Rosa, que dejó a tres civiles y tres agentes estatales muertos. Se supo que entre los que murieron había dos que pertenecían a la Familia Michoacana. Lo que en todo caso no encaja, es que fuera la policía en su busca y no los delincuentes del rumbo.
Los pobladores de Santa Rosa retuvieron durante más de 10 horas a 32 policías y 5 patrullas, entre ellas una blindada y bloquearon la entrada a Santa Rosa y la carretera que va a Zihuatanejo. Las poblaciones de la costa fueron advertidas de posibles embestidas más, aunque no se supo qué grupos las propiciarían. El rumor que se extendió portaba la noticia de que podría ser la Familia Michoacana, que no abandona el intento de apoderarse de la región.
Hechos parecidos se han extendido por toda la República mexicana y cada día se multiplican, por más que la señora Rosa Isela Rodríguez, la periodista convertida en secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, se divierta diciendo que gracias a su presencia en esa función, los crímenes han descendido notoriamente, aunque la ciudadanía que no se chupa el dedo observe lo contrario.
En una ocasión pregunté al prestigiado general Rodolfo Reta Trigo si estaría dispuesto a convertirse en secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México y me contestó que todos los militares que habían incursionado en ese terreno, habían fracasado. “Nosotros estamos formados para otras tareas. No servimos como policías. Para eso se necesita una educación diferente. Dice el dicho: Zapatero a tus zapatos. Donde estoy, estoy bien”.