César Duarte, el primero de 12 candidatos
Roberto Vizcaíno lunes 11, Ene 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El proceso menos conflictivo y desgastante es el último, el de candidato de unidad, el cual supone una serie de negociaciones entre los aspirantes, entre los factores de poder de cada partido político, así como el
gobernante en turno al que se pretende suceder.
La controvertida reforma electoral aprobada a fines de 2007, no sólo acabó con el gran negocio de la televisión y la radio, sino disminuyó tiempos de campaña y amarró a aspirantes y partidos.
Quizá no acabó con las viejas mañas y usos políticos, pero vaya que los sometió a un escrutinio público y un calendario más severos.
Pese a todo, el juego de las sucesiones estatales y la nacional están absolutamente abiertos y ante los ojos de todos. El ingenio de los aspirantes es tan grande como sus ambiciones, y vaya que se las arreglan para meterse en las preferencias de sus posibles votantes sin violar las nuevas normas.
Así entra México a este 2010, en uno de los momentos electorales más álgidos de su vida moderna, año en el cual se habrán de renovar poderes en 14 o 15 estados, depende de lo que dicte en algunos casos la Suprema Corte de Justicia.
Al momento se puede afirmar que habrá comicios para cambiar gobernador en: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
En esos 12 estados como en Yucatán, Baja California y Chiapas habrá además renovación de Congresos locales y de presidentes municipales.
En total 12 nuevos gobernadores, 466 diputados locales y 1,533 alcadías.
Es importante dejar claro que tras esos 2,011 nuevos cargos habrá un proceso electoral formal que deberá ser validado y sancionado por la norma y la autoridad.
Ni qué decir que cada uno de los 2,011 nuevos cargos traerá consigo nuevos equipos de trabajo, proyectos y nuevas aspiraciones.
Este panorama podría ampliarse si la Suprema Corte valida las elecciones a gobernador en Guerrero durante este 2010.
Bueno, pues este interesante proceso ya comenzó. Y quien lo estrenó fue el ex presidente de la Cámara de Diputados federal, el líder de la CNC en Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien durante el pasado fin de semana se inscribió como candidato único a la gubernatura de su estado.
Para hacerlo no sólo tuvo que convencer a sus otros contendientes, a saber: Óscar Villalobos Chávez, secretario de Fomento Social, y quien era impulsado por el gobernador saliente José Reyes Baeza como su más firme sucesor; Fernando Rodríguez Moreno, diputado y líder del Congreso local; Alejandro Cano Ricaud, diputado federal y protegido del ex gobernador Patricio Martínez; José Reyes Ferriz, alcalde de Ciudad Juárez y Héctor “El Teto” Murgia Lardizábal, ex alcalde, ex senador y diputado federal.
No. Tuvo que persuadir y negociar con el gobernador José Reyes Baeza, quien no lo quería en esa carrera.
Hoy, en los hechos, con la candidatura única de su partido, César Duarte es el más viable sucesor de Reyes Baeza en el cargo, ya que el PRI cuenta con quizá unos 100 mil votos más de preferencias que los del PAN en Chihuahua, un estado donde el PRD y el resto de los partidos prácticamente no pintan.
Seguro que Duarte tendrá como contrincante a alguno de los siguientes panistas: Clarence Lamar Jones Studds, ex alcalde de Galeana; Ramón Galindo Noriega, senador; Javier Corral Jurado, diputado federal y quien ya compitió por el cargo y perdió; Carlos Marcelino Borruel Baquera, presidente municipal de Chihuahua; María Teresa Ortuño Gurza, senadora o Juan Blanco Saldivar, ex alcalde de Chihuahua, quienes pelearán por la nominación de su partido.
Con la inscripción de Duarte Jáquez no sólo se inicia una cascada de registros de precandidatos de todos los partidos para cada uno de los 2,011 cargos en juego, sino un período e negociaciones que en algunos casos terminará en rupturas y deserciones.
Hasta hoy los estatutos de los partidos y la Ley Electoral aceptan que las candidaturas surjan por 3 vías: por elecciones internas abiertas a las bases de los partidos; por designación a través de una Convención de Delegados y por el registro de Candidatos de Unidad.
El proceso menos conflictivo y desgastante es el último, el de candidato de unidad, el cual supone una serie de negociaciones entre los aspirantes, entre los factores de poder de cada partido político, así como el gobernante en turno al que se pretende suceder.
En esta negociación juegan muchos e inesperado como insospechados factores que van desde las vidas y antecedentes de cada uno de ellos, con sus logros y errores personales, así como los de sus familiares más cercanos y aliados, hasta las encuestas y preferencias y apoyos de los dirigentes en turno.
Ni qué decir que los recursos cuentan y así quien tiene mayores riquezas económicas o mejores soportes, es quien mejor posicionado llega a la negociación.
No se puede ser un buen candidato sin dinero en la bolsa. Quien quiera llegar debe tenerlo todo: carisma popular, apoyos políticos y dinero. Así de fácil.
Así obtendrá la candidatura que le asegurará a su vez el registro oficial y el acceso a la estructura territorial electoral de sus partidos, sin la cual es imposible pensar en llegar a ningún lado.
Al parecer todo esto es lo que tiene y ha logrado César Duarte y que dejó en claro al ser inscrito durante el pasado fin de semana como candidato único para gobernador por el PRI en Chihuahua.
Ahora al tricolor sólo le quedan por solucionar sus candidaturas en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas
En Aguascalientes casi seguro quedará el senador priísta Carlos Lozano de la Torre, quien sin embargo antes deberá convencer a los otros aspirantes: Fernando Gómez Esparza, ex senador; Lorena Martínez Rodríguez, ex diputada federal; Gabriel Arellano Espinosa, alcalde de Aguascalientes.
En Durango la pelea por la candidatura priísta está entre los diputados federales Ricardo Rebollo Mendoza y Jorge Herrera Caldera; los exdiputados federales Luis Enrique Benítez Ojeda, Samuel Aguilar Solís y José Rosas Aispuro Torres; el senador Ricardo Fidel Pacheco Rodríguez; el secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar y el líder estatal del PRI Ricardo López Pescador.
En Sinaloa la pelea es dura entre dos aspirantes: Jesús Vizcarra Calderón, alcalde de Culiacán y el senador Mario López Valdéz.
En Veracruz la contienda lleva como puntero al diputado priísta Javier Duarte Ochoa, pero la quieren otros muchos entre quienes destacan: José Yunes Zorrilla, diputado federal y Héctor Yunes Landa, diputado local.
En Oaxaca los tiradores tricolores al cargo que ocupa hoy Ulises Ruiz son también por docena, pero la verdad es que sólo se ve a los diputados Jorge Franco Vargas y Eviel Pérez, así como al senador Adolfo Toledo Infanzón, aunque hay quienes afirman que el secretario de Salud, Martín Vázquez Villanueva también juega.
En Zacatecas los aspirantes tricolores son: el presidente de la Fundación Colosio, Gustavo Salinas;
el empresario Juan Diego Chávez Raigoza; el dirigente de la CNOP, Guillermo Ulloa Carreón; el líder de los pequeños propietarios José Antonio Mier Hernández y los diputados locales Miguel Alejandro Alonso Reyes y Francisco Escobedo Villegas.
En Hidalgo la pelea es entre los diputados federales Jorge Rojo y Ramón Ramírez y el alcalde de Pachuca, Manuel Sánchez Olvera.
En Tlaxcala la contienda priísta incluye al exdiputado federal Mariano González Zarur; Roberto Salcedo Aquino y a Florentino Domínguez Ordoñez.
Por la gubernatura de Tamaulipas van los diputados federales priístas Baltazar Hinojosa Ochoa y Rodolfo Torre Cantú así como los alcaldes y exalcaldes Arturo Díez Gutiérrez Navarro, Ramón Garza Barrios y Oscar Luebbert Gutiérrez, como los secretarios Manuel Muñoz Cano y José Manuel Assad Montelongo y los diputados locales Ricardo Gamundi Rosas y Felipe Garza Narváez.
Por la gubernatura de Puebla que hoy ocupa el controvertido Mario Marín, va Javier López Zavala y si se abre la posibilidad, quizá la pelea incluya a la alcaldesa Blanca Alcalá.
Por Quintana Roo los aspirantes son los diputados federales Carlos Manuel Joaquín González y Roberto Borge Angulo.
Si la Suprema Corte lo decide, entonces este año también se jugará la gubernatura de Guerrero donde los aspirantes del tricolor están encabezados por el alcalde de Acapulco, Manuel Añorve al que le siguen el presidente municipal de Chilpancingo, Héctor Astudillo Flores y el diputado federal Mario Moreno Arcos.
Toda una cascada de pretendientes a ingresar en el exclusivo Club de 32 Gobernadores. Ni uno menos. Ni uno más