“La marcha del maíz”
Armando Ríos Ruiz lunes 28, Nov 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El título resulta extraño para bautizar el movimiento del Presidente, que bien pudo llamarse la marcha de la venganza, la marcha del complejo, la marcha del dios de México, la marcha del rey de la calle y más que cualquiera podría imaginar. Se llama “La marcha del maíz”, para aludir la leyenda sobre el invento del ajedrez, en la que se cuenta que para pagar al inventor por tan ingenioso entretenimiento, fue necesario reunir una cantidad inimaginable de grano.
La misma dice que su creador, Sissa, pidió al rey, pago de un grano de trigo por la primera casilla. Dos por la segunda. Cuatro por la tercera y el doble cada vez que se avanzara. El rey pensó que era muy poco y hasta se ofendió. Pero al sumar, los silos del reino fueron insuficientes para pagar.
El Presidente debió hacer acopio de maíz en todos los rincones de México, precisamente para “maicear” a los acarreados que llegaron a la capital provenientes de todos los estados de la República, a vitorearlo. A expresar su lopezobradorismo A exhibir su devoción al personaje y a la 4T y en suma, a llenar las calles, lo mismo que el inmenso ego del convocante.
Tuve la idea de preguntar a un joven de aspecto humilde, proveniente de Guerrero, qué quiere decir 4T y me contestó que “algo así como cuatro veces trinchón”. Pregunté nuevamente qué quiere decir “trinchón” y me contestó: “Quiere decir cuatro veces cabrón”. Esto motivó las carcajadas de otros acompañantes, sin saber que reían ante una respuesta llena de ignorancia. O que los asistentes acuden al llamado de su dios y no conocen siquiera la verdadera razón por la que obedecen.
Las decenas y decenas de camiones que igual que siempre, se veían por todas partes, contrastaron con la marcha del 13 pasado, emplazada por agrupaciones civiles, porque evidenciaron el acarreo desmesurado, que debe haber costado demasiados millones a todos los que en este país pagan impuestos para botarlo en una marcha dedicada al ego presidencial.
El costo del acarreo, según el columnista Darío Celis, sería de aproximadamente mil 500 millones de pesos (habla de unos 700 mil acarreados). Desmenuza: “Con una media de 10 mil a 20 mil personas, para lo que se necesitarán entre 250 y 500 camiones por entidad. Además la paga por concepto de hotel, alimentos y viáticos en general, así como herramientas de apoyo como camisetas, gorras, banderines y pancartas, ronda los 20 millones por cada 10 mil personas.
Luego agrega que los marchistas de la zona metropolitana o de los municipios colindantes, del Estado de México, principalmente, demandarían un costo que se ubica entre dos y tres millones de pesos por cada 10 mil manifestantes.
¿Todo esto para qué? Para demostrar a quienes fueron por su propia voluntad, sin necesidad de acarreos en un número superior a los 700 mil, de acuerdo con expertos, que es mejor en eso de realizar marchas. Para demostrar que el pueblo lo adora, por más que algunas encuestas ya comienzan a desdibujarlo ante la opinión pública. Sin embargo, cualquier mexicano con disponibilidad de los recursos públicos que pertenecen a los mexicanos podría lograrlo. No se necesita ser genio. Lo único que se requiere es dinero y todo el aparato gubernamental.
Su marcha no representa absolutamente ningún triunfo. Por más que el lunes, desde el mismo gobierno surgirán voces en el sentido de que acudieron más a la marcha del Presidente que a la del 13 de noviembre, que fue puramente de los ciudadanos. Y este triunfo de a de veras, no podrá borrarlo nadie, por más que se ufanen, desde el Presidente hasta el último de sus esbirros, como recién ocurrió con sus aduladores. Ejemplo: Adán Augusto.
¿Es realmente bueno demostrar ese músculo flácido, pero lleno de recursos? Los mexicanos que sí piensan tienen la palabra.