Luz y sombras de la reforma electoral
¬ Francisco Reynoso martes 8, Nov 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
La iniciativa de reforma electoral que propuso el presidente López Obrador tiene aspectos positivos.
Todo mundo habla de los puntos negativos, perversos, regresivos y que devolverían el control de los procesos y la manipulación de los padrones a la Secretaría de Gobernación. Como en los buenos tiempos de Manuel Bartlett y su “caída” del sistema.
Y la inmensa mayoría de los expertos y analistas destacan su inoportunidad. Porque México está a poco de la sucesión presidencial, que el propio López adelantó, y resulta muy negativo precipitar una reforma a las reglas del juego que se apliquen en la contienda de 2024.
Entre los aspectos positivos que tiene la iniciativa de reforma electoral de López destaca la elección de diputados al Congreso de la Unión, mediante el sistema de representación proporcional directo.
Según López, su propuesta es que desaparezcan los diputados plurinominales que son imposiciones de las cúpulas de los partidos.
La verdad, empero, es que los que desaparecen son las candidaturas uninominales, las de mayoría relativa. Y de pasar la propuesta de López, todos, los 300 uninominales, se convertirían en plurinominales.
López propone que la elección sea por entidad, no por distrito. Estrado de México tiene 41 distritos electorales y ahora cada candidato hace campaña en su circunscripción y ahí la gente vota. Con la reforma los partidos proponen una lista con 41 candidatos y dependería de la cantidad de votos obtenidos en la entidad para determinar la cantidad de diputados.
Si la lista nominal de México fuera de 60 millones de ciudadanos, cada una de las 300 diputaciones necesitaría un respaldo mínimo de 200 mil votos.
En Aguascalientes, con tres distritos, el PAN tendría que obtener 600 mil votos para llevarse “carro completo”.
En el Estado de México, con 41 distritos, Morena o el PRI requerirían 8 millones 200 mil votos para ganar todas las posiciones.
Otro aspecto importante de la propuesta de López es que acabaría la paridad de género obligatoria. Ahora las lista plurinacionales deben armarse con una mujer en el 1, un hombre en el 2, un gay en el 3, un indígena en el 4, un joven en el 5, etcétera.
La elección de listas completas incluiría una segunda vuelta alternativa -es propuesta del PAN-. Consiste en que la gente votaría por Pancho López en el distrito uno y, como segunda opción, por Luis Pérez.
Ganarían las curules los candidatos más votados, no los que dispusieran los partidos políticos y sus cúpulas.
No perderán su negocio
Los partidos chicos que viven de mamar la la ubre de las vacas grandes no apoyarán la propuesta de López porque se les acabaría el negocio.
El Verde Ecologista y PT principalmente, han vivido de los plurinominales. Apoyar la reforma lopezobradorista sería darse un balazo en el pie.
Y más porque también López propone reducir el número de regidores en los 2 mil 471 municipios del país. Y según su numeralia, la in mensa mayoría de ellos tendría un sólo regidor; el cabildo lo integrarían el alcalde, la síndico y el regidor. Adiós al equilibrio de poderes en los ayuntamientos de México.
La iniciativa de López plantea dejar a los partidos políticos sin recursos ordinarios. No tendrían recursos para rentas, agua, luz, teléfono y empleados.
¿Aceptarán eso Verde, PT, Movimiento Ciudadano? Nunca.
Sin embargo, el gran obstáculo para que pase esta reforma electoral, con todo y que el PRI se vendiera a López, es la desaparición del INE para crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) con siete consejeros en lugar de 11, que se elegirían mediante voto popular en todos el país. Los candidatos los propondrían: Una lista las cámaras de Diputados y Senadores, otra la Suprema Corte de Justicia de la Nación y otra el Presidente de la República.
Obviamente, la maquinaria de la 4T llevaría al consejo general a por lo menos 5 de los 7 candidatos lopezobradoristas.
Irremediablemente se volvería a los tiempos en los que la Segob manejaba y manipulaba los procesos, “embarazaba” urnas, ejecutada operaciones carrusel y, si había necesidad, tiraba el sistema.
Otro guadañazo a la República
El señor López plantea desaparecer los organismos públicos locales electorales. Y que sea el INEC, controlado por el gobierno de la 4T, el que organice y controle las elecciones locales en los estados de la República.
Y propone suprimir a los tribunales electorales locales para que sea el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que diga la última a palabra en todas las controversias y reclamos.
Los partidos de oposición, al menos PAN, PRD y MC advierten que la reforma de López no pasará. No tendrá la mayoría calificada -dos terceras partes más uno- para aprobar reformas a la Constitución, aunque el PRI, con “Alito” Moreno a la cabeza, se una a Morena y se coloque de tapete en las cámaras del Congreso de la Unión.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos