Donde un juez está sometido, el pueblo también, advierte el mag. Rafael Guerra Álvarez
Cd. de México viernes 2, Sep 2022
- El presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México así lo aseguró en la toma de protesta de nuevos impartidores de justicia, en sesión pública del pleno
de magistrados y de consejeros de la Judicatura
Ante nuevos impartidores de justicia durante su toma de protesta, el presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX), magistrado Rafael Guerra Álvarez, advirtió que donde un juez está sometido, su pueblo lo estará también, y aseguró que cuando el juzgador obedece, la sociedad igual, por lo que los conminó a acatar únicamente los designios de la ley para ser libres.
En sesión pública de los plenos de magistrados y de consejeros de la Judicatura local, aseveró ante dos jueces y una jueza de la materias civil y mercantil, que la libertad de sus resoluciones es proporcional a la libertad del pueblo al que pertenecen, el cual así se los reclamará en todo momento.
“En sus manos está preservar la independencia de su patria, y sólo el lenguaje de la legalidad, la probidad, la equidad y la recta razón los hará merecer un lugar en la historia”, subrayó el magistrado, quien planteó a los nuevos jueces que representan la voluntad de una nación convencida de su vocación institucional, garantista, secular y liberal.
Los convocó a no permitir que la realidad de los hechos los haga olvidar sus ideales ni a que éstos les impidan ver la realidad de los hechos. Su conducta, agregó, es patrimonio público por todo lo que representa su investidura, y la elocuencia de su ejemplo será el camino para miles de jóvenes esperando alcanzar su lugar.
El magistrado les aclaró que su incorporación a la judicatura es sólo resultado de su mérito y sacrificio personal. “Pero desde un enfoque más amplio, su incorporación representa el triunfo del poder público en la interminable tarea de renovarse en el tiempo”, abundó.
Les recordó que el pueblo de México confía a los jueces parte de su voluntad para convertirla en fuerza, “y parte de su libertad para convertirla en paz”, lo cual merece “la reciprocidad de nuestra mayor devoción”.
El magistrado Guerra Álvarez impuso la toga a la jueza Rosa Linda Marure Reyes, así como a los jueces Julio César Martínez Escamilla y Jorge Ortega Camacho, quienes ante los plenos de magistrados y de consejeros de la Judicatura rindieron la protesta correspondiente.