A pesar de desaires de funcionarios federales, Monreal resulta fortalecido
Miguel Ángel Rivera jueves 1, Sep 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
La mayoría de senadores de Morena eligió para presidir su Cámara al poblano Alejandro Armenta Mier, pero el verdadero vencedor fue el zacatecano Ricardo Monreal, quien consolidó su liderazgo a pesar del evidente boicot del Ejecutivo federal.
Lo peor para el líder y guía de la llamada Cuarta Transformación (ya saben quién) es que se evidenció la división que se ha generado dentro de las filas del partido oficial, que de seguir así pone en riesgo la que consideran segura victoria en las venideras elecciones presidenciales de 2024.
A reserva de que se conozcan otros factores de la situación interna en Morena, por lo pronto la votación de ayer en el Senado dejó ver un enfrentamiento entre dos grandes bloques: los duros y los (así definidos por el ex gobernador de Tlaxcala José Antonio Álvarez Lima) blandos.
Originalmente, se inscribieron para disputar la presidencia del Senado cuatro candidatos: el mencionado Armenta Mier, el también zacatecano José Narro Céspedes; el ex conductor de los programas sociales de la 4T Gabriel García Hernández, y el mexiquense Higinio Martínez Miranda.
Hasta allí, la lucha se presentaba como esfuerzos individuales por alcanzar un cargo que serviría como plataforma para consolidar futuros proyectos o como compensación en el caso de Higinio Martínez, a quien el “gran elector” marginó para dar la candidatura a su Delfina Gómez.
A final de cuentas, Narro y García declinaron en favor de Martínez, con lo cual se evidenció el bloque en contra de Mier-Monreal.
Si se toma en cuenta el número de votos que sumó el poblano (36) contra 28 que se decidieron por el mexiquense, se aprecia la división en las filas “morenas” en dos bloques, pero sobre se confirmó que su promotor, el coordinador de la bancada, Ricardo Monreal, tiene el respaldo mayoritario a su firme actitud de respeto a la Constitución y a todas las leyes, así como su proclividad a buscar acuerdos antes que imponer la fuerza de la mayoría.
Armenta sustituirá a otra partidaria de la negociación y los acuerdos y que regresó al Senado luego de un deslucido paso por la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien llegó como “cuña” pero optó por llevar las cosas en paz, en vez de disputar la coordinación a Ricardo Monreal, quien se mantiene como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado (Jucopo).
Para la primera vicepresidencia del Senado Ana Lilia Rivera ganó la votación interna del grupo parlamentario de Morena con 47 votos sobre Verónica Camino Farjat, que logró 17.
Luego de hacer intensa campaña para llegar a la presidencia, luego de declinar a favor de Higinio Martínez, el zacatecano Narro Céspedes tuvo como premio de consolación mantenerse en la directiva, pero como secretario, junto con Verónica Camino.
El triunfo del poblano Mier, considerado el candidato de Monreal, confirma la validez de los reclamos de éste para que la candidatura presidencial se decida por un método democrático con participación de la base de militantes de Morena y no mediante encuestas que nadie conoce hasta que se anuncia a los supuestos “triunfadores”.
La asonada del martes no desalentó a los simpatizantes de Monreal
El resultado de la elección de presidente del Senado puso en evidencia que falló la revuelta, si no provocada pero sí tolerada desde Palacio Nacional, que se evidenció con la ausencia de los integrantes del Gabinete de Seguridad en la reunión plenaria de los senadores “morenos”, quienes tuvieron que cancelar ese cónclave.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no hizo ningún comentario acerca del vacío que hicieron los integrantes de su gabinete de seguridad al cónclave de los senadores “morenos”, lo cual se interpretó de manera generalizada como una descalificación al coordinador que pretende convertirse en candidato presidencial.
En cambio, uno de los ausentes, tal vez el más notorio por ser una de las “corcholatas” presidenciales, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, negó formar parte de una asonada contra el senador Monreal por no haber asistir a la reunión plenaria de los legisladores de Morena de la llamada Cámara alta.
Lo que tal vez da más significado a esas declaraciones es que el titular de Gobernación fue entrevistado a las puertas de Palacio Nacional. El tabasqueño negó divisiones dentro del partido oficial y explicó que no pudo reunirse con los senadores debido a un compromiso familiar fuera de la Ciudad de México. En cuanto a los otros ausentes dijo desconocer las razones, pues regresó a la capital ayer por la mañana y no tuvo oportunidad de informarse.
El que sí expuso motivos fue César Cravioto, suplente del ahora secretario general de Gobierno de la Ciudad de México —e incondicional de la también “corcholata” Claudia Sheinbaum— Martí Batres, que fue el primero en confrontarse con Monreal al tratar de mantenerse como presidente del Senado, conflicto que se desvaneció cuando “desde arriba” se decidió el retorno de Olga Sánchez Cordero a la denominada Cámara alta.
Cravioto señaló que la ausencia de los funcionarios del gobierno federal no era un desaire a los senadores “morenos”, sino un mensaje político.
“Yo tengo un líder político se llama Andrés Manuel López Obrador y estoy aquí para respaldar todo lo que mande el presidente de la República, todo”, resaltó Cravioto quien así expuso los motivos de los “duros”, en desacuerdo con Monreal, quien luego de los desaires reafirmó: “no somos comparsa ni apéndice del Ejecutivo”.
“Este momento debemos asumirlo con responsabilidad, yo no quiero ser extensión del Poder Ejecutivo, no lo quiero, yo quiero que seamos un órgano de control constitucional y quiero que honremos la Constitución, que seamos un poder autónomo… Somos un órgano equilibrador, no somos comparsa, ni somos apéndice del Ejecutivo”, dijo el líder de los senadores morenistas, quien ya antes había marcado distancia respecto de Palacio Nacional al señalar, por ejemplo, que no basta un decreto o una reforma a las leyes secundarias para validar el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, pues es necesaria una reforma constitucional, para la cual la llamada Cuarta Transformación no tiene los votos suficientes.
Luego de recibir el respaldo de la mayoría de sus compañeros de fracción, Armenta Mier ofreció que en colaboración de la elegida primera vicepresidenta, Ana Lilia Rivera y con el resto de los integrantes de la Mesa Directiva, “honraremos los principios de soberanía que tiene esta Cámara”.
Agregó que seguirá construyendo, como lo han hecho el Monreal y Sánchez Cordero, la relación de fraternidad partidaria, pero también de respeto y acompañamiento institucional.
“El poder emana del pueblo y se divide en Ejecutivo, Legislativo y Judicial para su aplicación y para el respeto pleno de los Derechos Humanos de los mexicanos. En ese sentido lo haremos”, dijo el legislador poblano, que también envió un mensaje a Palacio Nacional: “honramos los principios de Morena y tenemos lealtad plena al presidente Andrés Manuel”.
Lo sucedido —más bien lo que no ocurrió— en la plenaria de los senadores marca una notable diferencia respecto de la Cámara de Diputados, donde la Presidencia de la Mesa Directiva se decidió sin mayores contratiempos, a pesar de que hubo algún intento de los “duros” de Morena de retener esa importante posición para uno de los suyos.
A final de cuentas se impusieron los partidarios del diálogo y los acuerdos, que hicieron valer previo compromiso de que la Presidencia se turnara, cada año, entre las bancadas de Morena, PRI y PAN. Este último tendrá esa posición en la persona del también ex secretario de Gobernación Santiago Creel, quien aspira nuevamente a ser candidato presidencial.
Fuera de supuestas o reales divisiones, el gobierno del presidente López Obrador tendrá que atender otros problemas que afectan a todo el país, como es el estancamiento, cuando no retroceso, de la economía nacional.
Por ejemplo, se tiene que tomar en cuenta que el Banco de México (Banxico) mantuvo sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana en 2022, en una estimación central de 2.2 por ciento, pero para 2023 sus previsiones bajaron de 2.4 a 1.6 por ciento.
El informe del banco central prevé que el menor crecimiento será resultado en buena medida de una caída de la economía de los Estados Unidos.