Anticipo para 2024
Armando Ríos Ruiz lunes 1, Ago 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Prácticamente desde que comenzó el presente sexenio o desde que el actual Presidente comenzó a realizar derramas de dinero a los adultos mayores, a jóvenes sin oficio ni beneficio, a estudiantes y a mucha gente que realmente lo necesita en un país pobre (algunos son meros zánganos), muchos atinados analistas políticos dijeron con un gran acierto, que se trataba de la compra de votos más cara de la historia de México.
Y efectivamente, las derramas son multimillonarias. Junto con otros programas puestos en marcha, han dado al traste con la economía que, para acabarla, se ha visto sometida a los efectos de la inesperada pandemia. En otros países no existe el delirio del continuar inmersos en la única actividad que se sabe hacer: Campañas políticas, sin que los problemas reales importen.
A lo mejor no importan porque no hay capacidad ni inteligencia suficientes para idear fórmulas de resarcimiento. Lo que ocurre aquí parece único en el mundo. No conozco aún otro lugar en donde suceda lo mismo: soslayar los problemas reales y sólo hacer política. Tampoco sé de otro en donde un Presidente se dedique a dilapidar los recursos económicos con un dejo enfermizo que lo impulsa a derrochar. Como si fuera fácil reponer lo que se tira.
Y quién sabe si hacer campañas sea lo único que sabe hacer nuestro mandatario, toda vez que resulta demasiado fácil utilizar el dinero de los mexicanos para regalarlo con un fin obviamente avieso, como lo que representa emplearlo en la compra de sufragios cuando se necesitan.
Gracias a ese dispendio, ahora volverá a someter a sus huestes a una austeridad, que consiste en ahorrar al extremo. El dinero que ha tirado a un pozo sin fondo ya no alcanza. La proximidad de elecciones el año entrante y luego el que sigue, debe tenerlo sumamente preocupado. También la recesión de Estados Unidos, que alcanzaría a nuestro país. Pero también la menguada economía mexicana, con pronósticos devastadores, si está consciente de ambos casos.
El señor de Palacio ha hecho una escuela en la que abrevan muchos de sus incondicionales funcionarios. Principalmente sus consentidos. Como tirar la piedra y esconder la mano. Como hacer cosas inconvenientes y luego negarlas. Como decir mentiras y esperar el coro de bienvenida de sus loros. Etc.
La votación que se realizó en Coyoacán para elegir consejeros que asistirán al Congreso Nacional de Morena, no es más que preludio de lo que ocurrirá el año entrante y luego el siguiente que habrá elecciones. Tal vez hasta se trata de un pequeño laboratorio o de un ensayo. Muy burdo, pero lo único que pueden discurrir mentes prodigiosas como la de la señora Sheinbaum.
Los ancianos acarreados en camiones que no podrían desmentir fueron pagados, descendieron, unos en sillas de ruedas, otros con muletas, otros en brazos de hijos y nietos, la mayoría con diversas enfermedades. En fin, presentaban un cuadro deplorable y lastimero, con la amenaza de que perderán las pensiones si Morena pierde las elecciones en 2024.
La candidata preferida del Presidente, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pidió denunciar irregularidades en el proceso interno de su partido. ¿Serviría de algo? Obviamente que no, aunque se confirmaran las sospechas de ciudadanos que piensan que fue ella misma, eco de su jefe, la que ordenó el comportamiento que se observó. Es el estilo de los funcionarios actuales.
Alguien recordó que el Presidente se condolió cuando apresaron a Rosario Robles y medio mundo en México supuso que la exhibición de lástima fue a propósito, para ocultar que quien estaba y continúa detrás de la detención, es el mismo que lanzó lamentos apoyados en un festejo interno.
Esta es parte de las enseñanzas de la escuela presidencial, que servidores públicos como la científica copian al pie de la letra, porque son faltos de inteligencia y de imaginación. O simplemente vislumbran que es la mejor forma de cultivar el amor del gran elector.