Edomex: PRI, difícil retener; Morena, ¿fácil ganar? • II
Eleazar Flores lunes 27, Jun 2022Espacio Electoral
Eleazar Flores
[ Segunda de tres partes ]
DE AHÍ EN ADELANTE.- Contra lo que se piense, y aun con todo el apoyo tricolor, Carlo Hank no tuvo tan fácil su campaña, pues el otro priista Enedino Ramón Macedo tuvo apoyo, sobre todo en el sur y en su Santana Zicatecoyan, (Tlatlaya) ni hablar. En esos tiempos no pintaba la oposición.
Ya como gobernador, Hank inició cuesta arriba su relación con el Presidente, pero al bautizar su programa de remodelación de pueblos “Plan Echeverría”, don Luis se dejó querer y en uno de tantos eventos lo calificó como “un gran gobernador”.
Hank tuvo dos secretarios generales de gobierno, primero Jorge Jiménez Cantú y después Ignacio Pichardo Pagaza. El primero se incorporó como secretario de Salubridad y Asistencia, del presidente Echeverría y con la sensibilidad reconocida, Hank supo que él sería su sucesor, de ahí que cuando los universitarios seguidores de Pichardo se alocaron lanzándolo como posible, a mediados de los setenta, de inmediato fueron tranquilizados.
DEL MAZO II.- La sucesión abrupta fue en 1981 pues el gabinete de Jiménez Cantú tenía dos prospectos “fuertes” alentados, incluso con asistencias del presidente López Portillo. Los aspirantes eran el secretario general de Gobierno, Juan Monroy; y el director de Hacienda, Román Ferrat, yerno del prestigiado ex secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán.
El entonces poderoso líder de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez, de Villa Nicolás Romero, tenía como prospecto al director del recién creado Banco Obrero, Alfredo del Mazo González, que pocos meses antes “conoció” Palacio de Gobierno para anunciar inversiones y la creación de una sucursal en Toluca.
A finales de enero de 1981 fueron convocados a Palacio Nacional el regente Carlos Hank y el gobernador Jiménez Cantú. De algún salón salió el presidente López Portillo acompañado de don Fidel Velázquez y tras agradecerles su presencia les reconoció “estar de acuerdo” en apoyar a Alfredo del Mazo çcomo candidato a la gubernatura. Como políticos experimentados asimilaron pronto la “novedad”
La campaña -intensa, me consta por haberla cubierto como reportero-, fue otra cosa, con “piedras” al candidato y al PRI, detectadas por el experimentado delegado nacional, Manuel Garza González. Jiménez Cantú ordenó a sus funcionarios no estorbar y al final se cumplió.
Integrado a la Semip por invitación presidencial de Miguel de la Madrid, Del Mazo es sustituido por otro Alfredo, el caballeroso Baranda García, cuyo mérito fue aceptar las “reglas” no escritas del PRI y apoyar al candidato Mario Ramón Beteta, que tampoco concluyó su sexenio, víctima del salinismo, pues en plenas fiestas patrias de 1989 —septiembre 14—, lo releva Ignacio Pichardo Pagaza.
La tercera entrega será el divisionismo tricolor y la aparición de la oposición.
( Continuará )