Las elecciones del 5 de junio
¬ Luis Ángel García miércoles 25, May 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Habrá elecciones locales en seis estados de la República, los partidos políticos se aprestaron a hacer alianzas o “piratearse” candidatos. La opinión pública fue cautivada, no por las propuestas de campañas, sino por el mar de encuestas que atiborraron los medios de comunicación para predisponer a la gente en las preferencias. Si fueran certeras las mediciones, bien podríamos ahorrarnos los procesos electorales y pensar en concursos de simpatía o de manejo en redes sociales.
Como lo que importa es resaltar la personalidad de los aspirantes y desacreditar a los contrincantes, todos los competidores menospreciaron al elector y se dedicaron a financiar y filtrar campañas negras para exhibir el pasado y presente de sus oponentes; difundieron información falsa para engañar al votante. La infodemia y las fake news prevalecieron en las campañas de todos los candidatos y se olvidaron de proponer soluciones a los problemas de los gobernados. Tanto en Tamaulipas, como en Quintana Roo, Oaxaca o Hidalgo, Durango o Aguascalientes, los candidatos se dedicaron a desacreditar a los oponentes. Si tenían dinero mal habido, si los financia el crimen organizado, si tienen problemas conyugales o familiares, si son padres o esposos golpeadores, si no dan pensión alimenticia. Se sacan todos los trapos al sol, con o sin fundamento. Aplican el viejo adagio de desprestigia que algo queda, y así quieren restarles votos a sus contrincantes.
La guerra sucia es lo que priva en todas las campañas, se olvidan de las propuestas, incluso de las plataformas ideológicas, sobre todo ahora que cambiar de partido es un deporte nacional. Primero priistas, luego perredistas y ahora morenos. Se olvidan todos los pecados al ser purificados por la 4T. Como el hidalguense Menchaca que dice que es tiempo de sacar del gobierno al priismo corrupto, estructura a la que hasta hace poco perteneció el abanderado guinda y que supuestamente era inelegible porque usó el avión de un particular en actividades oficiales, recién el escándalo de la boda de Santiago Nieto en Guatemala. Pero en Morena todo se perdona menos la deslealtad.
Los debates, instrumento de las democracias participativas pasaron sin pena ni gloria, incluso con el desdén de algunos candidatos. La confrontación de ideas cedió el paso a los ataques y descalificaciones. Televisados localmente, los electores tuvieron pocas oportunidades de conocer los planes de gobierno, las soluciones propuestas por los candidatos. Perdieron el tiempo en exhibirse, descalificarse.
Tal vez nos falta cultura política y cívica para utilizar esos espacios que no saben aprovechar ni los aspirantes ni el ciudadano. Formatos rígidos, poca preparación de los participantes, impostados los candidatos, pleitos de vecindad, acusaciones sin prueba, presentación de cartulinas como niños de primaria hacen poco atractivos los debates para los potenciales votantes, que no están acostumbrados a ese tipo de programas, como lo demuestra la baja audiencia lograda.
Así que llegamos a los próximos comicios con más dudas que certezas para emitir el sufragio. Las encuestas, que no siempre son una fotografía de lo que registran las urnas, parece que es lo que más preocupa a los competidores, cegados por la idea de que lo que importa es el registro de la simpatía, aunque no haya proyecto de gobierno y cachar los votos que pierda el oponente luego de la campaña sucia.
Ese es el parámetro de nuestra democracia, con qué poco nos conformamos. Hace falta una nueva generación de políticos con visión de Estado, de candidatos con propuestas, ajenos al crimen organizado y que no se dejen presionar por las mafias como sucedió en las elecciones de 2021. Hoy las campañas son un cochinero y los ganadores no tienen representación social, busquemos nuevas formas para recobrar la gobernabilidad y renovar el pacto social. Estamos en deuda con la democracia.