Tráfico de armas y seguridad nacional
¬ Luis Ángel García lunes 23, May 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El mundo enfrenta nuevos jinetes apocalípticos: el narcotráfico, el comercio ilícito de armas, la trata de personas y el robo de combustible. El crimen organizado obtiene ganancias netas por dos billones (millones de millones) de dólares al año. La quinta parte de esas utilidades lo representa el tráfico de armas.
En Estados Unidos, la fabricación de armamento pasó de 3.8 a 11.5 millones de rifles, pistolas y escopetas. Las exportaciones de esos productos bélicos se incrementaron en 240 por ciento desde el 2000.
Junto con las muertes por sobredosis de droga sintética como el fentanilo -el año pasado fallecieron 120 mil jóvenes estadounidenses-, los homicidios dolosos con armas de fuego representan serios problemas de seguridad nacional para la Casa Blanca. En 2020, 45 mil norteamericanos fallecieron por arma de fuego. La venta de cualquier armamento es legal dentro del territorio de la Unión Americana, y el incremento en la adquisición de esos productos se debe a la inseguridad que también viven ellos -la jefa de Gobierno presume que la CDMX es más segura que muchas ciudades del mundo, incluidas varias de EUA-, y al racismo violento. Acabamos de conocer el caso de un joven supremacista blanco que videograbó el ajusticiamiento que hizo en un supermercado, en Búfalo, de al menos diez ciudadanos de raza negra u origen latino; incluso cuando hiere por error a un blanco, se disculpa y le dice: “sorry”.
El problema de seguridad interior y nacional no es privativo de los EUA, también afecta sobremanera a México. Se cree que en el mercado ilegal en nuestro territorio se comercian medio millón de rifles, pistolas, escopetas, municiones y accesorios; el 70 por ciento de las armas usadas en actos delictivos aquí, son de fabricación americana e ingresaron por la frontera norte.
Actualmente vivimos una crisis de inseguridad que se agrava por la violencia que genera el crimen organizado, a través de sus sicarios, quienes son responsables de más de 120 mil homicidios dolosos en la presente administración.
El tráfico de armas es en sí un negocio muy jugoso para las mafias, pero si a ello se suma la trata de personas, el narcotráfico y el robo de combustible, cobra más relevancia el uso de las armas de fuego. Pero culpar exclusivamente a las armeras americanas de nuestros problemas de seguridad pública y nacional es un error. Cierto, el setenta por ciento del armamento detectado tiene su origen en la Unión Americana, pero también hay mercancía que proviene de otros países exportadores como Rusia, Alemania, China, Francia, Reino Unido, España, Ucrania -increíble-, Italia e Israel.
El tráfico de armas es un problema de crimen organizado transnacional, por lo que la solución debe ser multifactorial. Para empezar, detener el contrabando en las fronteras terrestres, marítimas y aéreas. Son muy porosas las aduanas de los puertos, que es por donde más cantidad de armas ingresa al país, pero también por las fronteras terrestres se debe cuidar la nueva modalidad del contrabando hormiga, es decir, la introducción de una o dos armas y cierta cantidad de municiones en autos particulares, autobuses o camiones de carga.
Mientras no detengamos el tráfico de armas, difícil será descabezar los otros jinetes apocalípticos. La violencia criminal de las mafias atenta contra la seguridad nacional y ello puede provocar la ingobernabilidad. Recordemos que el Pentágono alertó sobre el control de la delincuencia organizada en la tercera parte del territorio nacional. Urge recobrar la gobernanza o adiós al pacto social.