Las órdenes se cumplen
¬ Francisco Reynoso viernes 22, Abr 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Con todo y que el senador Ricardo Monreal ya es parte de la mundialmente famosa y muy querida familia Simpson, el presidente López nuevamente lo dejó fuera de su lista de posibles candidatos a sucederlo en la lujosa residencia que se construyó en Palacio Nacional.
Ayer, en la mañanera, López hizo un nuevo ejercicio democrático, de los que le gustan y sacó el destapador de “corcholatas”.
Otra vez puso en los primeros lugares a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard.
También en la mañanera, López Obrador defendió a los generales de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Según él, la detención del general Salvador Cienfuegos, el año pasado en Los Ángeles, fue ordenada por mandos menores del gobierno de Washington. Y se hizo con el afán de desprestigiar a la Defensa Nacional.
El poderío de la bota
Hace días conversamos con un funcionario del INE y está convencido de que desde hace muchos años los militares son los que mandan en México.
Son el verdadero poder, dice el funcionario que, desde las ventanas del Instituto Nacional Electoral, tiene una visión muy distinta a la que tiene acceso la mayoría de los mortales en México.
Rememora: Después del nacimiento del Partido Nacional Revolucionario, en 1929, con el que se quiso combatir el caudillismo que dejó la Revolución, los militares se cuadraron y entraron en una duermevela político.
El último Presidente que pudo tener a raya a los militares fue Carlos Salinas de Gortari.
“Era un demonio ese señor. Y sabía fajarse los pantalones”, describe.
Pero a la llegada de Ernesto Zedillo los militares se rehicieron y volvieron a la carga.
-¿Se acuerda cómo manejaron a Felipe Calderón? Lo hicieron como quisieron. El “comandante Borolas”. Y hasta la fecha lo manejan todo. Y todo es todo, enfatiza.
Indudablemente- el poderío del Ejército se ha multiplicado durante los tres años de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
-¿Quién fue el último Presidente de México salido de la Secretaría de la Defensa Nacional? Exacto: el general Manuel Ávila Camacho. El general Lázaro Cárdenas lo hizo secretario de la Defensa y luego lo impuso como su sucesor en 1940. Pero la pregunta de los 64 mil pesos es: ¿Quién será el próximo?
Dice Anayeli Muñoz, candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Aguascalientes: “¡Uyyyy qué miedo!”.
Escuadrones de la muerte
Decíamos que López Obrador dejó fuera de su lista de “corcholatas” al senador Ricardo Monreal, recién ingresado a la prestigiosa familia Simpson.
¿Por qué ese empeño en sacarlo de la carrera sucesoria?
Una versión con mucho de credibilidad es que los militares no quieren al ex gobernador de Zacatecas.
Y no lo quieren porque Monreal los pone como lazo de cochino en su libro “Escuadrones de la Muerte”.
Según Monreal, generales encumbrados en la SDN tuvieron vínculos con los señores del “narco”. Y de otras mafias.
Y consigna que era inconcebible que el general secretario y el Estado Mayor de la SDN lo ignorara.
Y era absolutamente incomprensible e increíble que de esas relaciones perversas estuviera ignorante y ajeno el Presidente de la República.
En la página 42 de su libro “Escuadrones de la Muerte”, el senador Ricardo Monreal consigna:
“Tras señalamientos y declaraciones de operadores del narco aprehendidos en México y de testigos protegidos, en mayo de 2012 fueron arraigados y posteriormente detenidos generales de alto mando del Ejército mexicano: Tomás Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia Vargas, Roberto Dawe González y Rubén Pérez Ramírez -general de Brigada-, así como el teniente coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto y el mayor Iván Reyna Muñoz, todos señalados por tener vínculos con los operadores del narco, como Édgar Valdez Villarreal (“La Barbie”), Gerardo Álvarez Vázquez (“El Indio”) y otros dos miembros de la delincuencia organizada.
“En una entrevista, Jose Francisco Gallardo Rodríguez, ex militar perseguido por promover los derechos humanos al interior del Ejército Mexicano, dio a notar que no es raro ni nuevo que se susciten pactos con cárteles al interior de la institución, que es bien sabido que dentro de ella se dan estos nexos y que igualmente se tiene conocimiento de quienes dirigen los tratos.
“Indicó que dada la importancia de los mandos, se deriva que el secretario de la Defensa Nacional estaba enterado y, con ello, el Presidente de la República”.
Más adelante, Ricardo Monreal plantea sus conjeturas. Escribe en la página 45:
“Como ha quedado de manifiesto, es tal la imbricación entre las élites políticas y militares y los capos del hampa, que resultaría difícil establecer los contornos de la dimensión gubernamental del Estado mexicano y los del crimen organizado”.
Amistades incómodas
Uno de los reproches que la oposición hace al presidente López es la libertad que le otorgó, en medio de la refriega entre soldados del Ejército y sicarios del Cártel de Sinaloa, a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el “Chapo Guzmán”.
Y también el que haya tenido la deferencia de saludar a la mamá de “El Chapo”, a la que López fue a buscar en su camioneta. La señora sólo bajó el cristal de la ventanilla y le entregó una carta.
A juicio de la oposición, la estrategia de abrazos no balazos parece favorecer a ciertos cárteles y también al Ejército.
Y en ese escenario, Ricardo Monreal, el nuevo Simpson, parece un político incómodo para las élite de la Defensa Nacional.
Por ello el presidente López lo echa de su lista de “corcholatas”. No por su gusto. Es una orden. Y las órdenes se cumplen.