La decencia
Alberto Vieyra G. lunes 21, Feb 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Quién dijo que el quehacer político en México es para politicastros decentes? ¿Son decentes la mayoría de quienes integran una industria llamada quehacer político? ¿Un individuo que roba, mata, miente o simula, que abraza la política como un apostolado para servir a la gente y no para servirse de ella? Pero a todo esto, ¿qué es la decencia?
De acuerdo con el tumbaburrros se entiende por decente o decentes a aquellas personas que son honradas y rectas y no cometen acciones ilícitas, delictivas o moralmente reprobables. Estamos, pues, ante seres humanos rectos hasta la pared de enfrente.
Mis tres lectores y radioescuchas me vienen preguntando desde hace un tiempo sobre la práctica de la decencia, sobre todo cuando las lacras sociales llamadas partidos políticos postulan como candidatos o precandidatos a puestos de elección popular a personas con un largo historial que los exhibe como corruptos, depredadores del erario, saqueadores de la nación o corruptos de siete suelas que son capaces de comprar los cargos de elección popular para después hincharse en el poder público y ultrajar la dignidad de los incautos electores que los llevaron al poder.
Perplejo me quedé al escuchar hace un par de semanas a Roberto Palazuelos un actor, que se dice ser empresario y abogado y que se come la lumbre a puños, que en compañía de un amigo militar y de un mafioso colombiano se “chingaron” a dos supuestos delincuentes que los amedrentaban con una pistolita calibre 22. Sí, los mataron bajo la figura jurídica de que estaban actuando en “legítima defensa”.
No fue en una telenovela, fue en la vida real. Y en la vida real, el señor Palazuelos acaba de lanzar una amenaza en contra de sus críticos por ese y por muchos otros asuntos que lo exhiben como una persona indecente y un politicastro de esos de ‘mecha corta’ que ‘Dios guarde la hora’ en que tengan el poder en sus manos porque se vuelven bárbaros y sin ningún escrúpulo actúan contra todo lo que les molesta o les estorba.
Fíjese usted lo que dijo Palazuelos: “A mi ninguna guerra sucia me va a parar y todas esas gentes que están difamándome y haciendo cosas… yo estoy apuntando eh, no crean que no estoy apuntando. Y ya llegará el momento que cuando sea titular del ejecutivo, ajustemos cuentas”.
¿Cuántos estarán ya en la lista negra de ese intolerante actorcito postulado por el partido Movimiento Ciudadano del cual es dueño Dante Delgado Rannauro? ¿Cómo se le ocurre a Dante haber postulado para gobernador a un individuo que públicamente acepta haber matado a dos y que ahora amenaza convertirse en un ogro cuando tenga la patente de corso para hacer barbaridades como gobernador?
La indecente conducta de Roberto Palazuelos, según se dice en el partido de Movimiento Ciudadano que eso de Palazuelos se convirtió en polozuelos, que le vino a dar en la torre a ese partido político y el consejo político de esa lacra social mandó a la rechintola al señor Palazuelos y postuló como candidato a gobernador a un político decente. Veremos, dijo un ciego, pero la máxima dice que del plato a la boca se cae la sopa. ¡Cuánta razón tiene los dichos!
Otro deshonesto, éste de la industria de las patadas, que cobra como gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, ha sido exhibido en fotografías con 3 capos del crimen organizado, pero ese, es capítulo aparte… Sin embargo, los partidos políticos no pueden ni deben seguir ultrajando la dignidad de los electores mexicanos con hombres y mujeres que tengan cola larga y corta que les pisen porque eso se llama obtener el poder, por el poder, a costa de la degradación política y humana.