¿Qué hacer con el Instituto Nacional de Migración?
¬ José Antonio López Sosa viernes 13, May 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Las cosas por su propio peso caen, dicen por ahí. La corrupción y putrefacción al interior del Instituto Nacional de Migración son asunto creciente y preocupante. En los últimos días hemos conocido de una perversa sociedad entre funcionarios de dicha institución y criminales, en otro orden de ideas, la entidad del gobierno federal encargada de proteger nuestras fronteras de la inmigración ilegal, así como responsable de prevenir el tráfico de personas en buena parte se dedicaba a eso precisamente, al tráfico de personas, ¿quién lo podría hacer mejor que quien conoce la estructura de un combate de facto?
Hace algunos meses, Fernando Antonio Mora Guillén, director de comunicación social envió a este periodista y a la dirección del diario, un par de cartas haciendo precisiones sobre lo que desde esta columna se publicó, citaré algunas de las partes que considero sustanciales cuando nos enteramos de los últimos escándalos al interior de Migración:
“…me permito comentarle que el año pasado se capacitó a 295 funcionarios operativos de todas sus Delegaciones Regionales del Instituto (sic) en materia de ´Protección de los Derechos Humanos de las personas migrantes´, el cual contó con la participación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUDH), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y de diferentes coordinaciones del INM…”
“…por otro lado, cabe aclarar que de diciembre de 2006 al 31 de diciembre de 2010, de 1,247 expedientes de quejas presentadas ante la CNDH y enviados al INM para su atención, únicamente el 6.8% del total de quejas se pudo comprobar la existencia de algún abuso por parte de la autoridad migratoria. Por lo tanto, en el 93.2% de los casos, la autoridad migratoria ha actuado bajo el marco de la ley y con respeto a los derechos humanos de los migrantes, situación que ha aceptado la propia CNDH…”
Evidentemente los funcionarios cesados recientemente, así como los agentes migratorios que entregaron en algún momento indocumentados a organizaciones criminales no están en la estadística del señor Mora, tampoco creo que hayan sido acreditados en los citados cursos.
Cada día se conocen nuevos abusos y cochupos al interior del Instituto Nacional de Migración, ¿no sería mejor actuar en consecuencia lejos de pretender defender lo indefendible? Ignoro si la visión del señor Mora haya cambiado en estos meses cuando todos hemos conocido los últimos escándalos protagonizados por personal del Instituto. Siempre hay tiempo para recular y es lo único que les queda por hacer, depurar una institución que día con día se muestra más putrefacta, un verdadero lastre para nuestra sociedad, el Instituto Nacional del Migración.
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