Listos en Edomex
Ramón Zurita Sahagún miércoles 11, May 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Registrados ya los tres candidatos que contenderán al gobierno del Estado de México, falta solamente el visto bueno del Instituto Estatal Electoral para definir si proceden o no las candidaturas de estos personajes.
Será entonces cuando Luis Felipe Bravo Mena, Alejandro Encinas Rodríguez y Eruviel Ávila Villegas inicien sus respectivas campañas electorales en busca de llegar a la silla que ocupa hoy Enrique Peña Nieto.
El 3 de julio será cuando los mexiquenses definan en las urnas el partido y el candidato que quieren los gobierne por los siguientes seis años, partiendo del 15 de septiembre próximo.
De acuerdo a los primeros sondeos, es el priísta Eruviel Ávila quien encabeza las preferencias electorales, con una amplia diferencia sobre sus adversarios de izquierda y derecha, respectivamente.
En segundo lugar se sitúa el perredista Encina Rodríguez, quien es avalado también por los partidos Convergencia y del Trabajo.
Para el panista Bravo Mena los momios no le son favorables al arranque de las campañas, por lo que se considera difícil que 45 días le basten para borrar esa diferencia.
Las campañas electorales en el Estado de México serán a marchas forzadas, ya que los aspirantes al gobierno estatal tendrán que recorrer los 125 municipios en un período corto de tiempo.
Por eso, tendrán un valor fundamental las estrategias desarrolladas por cada uno de los partidos y la forma en que cubrirán todo el territorio mexiquense, el más poblado del país.
Un factor que pudiera operar a favor de los opositores del PRI, es que los dos candidatos de oposición (Encinas y Bravo), ya contendieron por el gobierno estatal, aunque eso ocurrió hace 18 años, cuando una gran parte de los actuales electores eran niños de brazos, otros gateaban y muchos más ni siquiera vivían en esa entidad.
El perredista Encinas y el panista Bravo contendieron contra el priísta Emilio Chuayffet Chemor y fueron borrados en las urnas por la diferencia abismal entre los sufragios recibidos por el tricolor y los que se emitieron a favor del perredista y del panista.
Antes de ello, Bravo Mena buscó la alcaldía de Naucalpan, sin éxito, ya que fue vencido en las urnas.
Después de ese fracaso del hoy ex secretario del presidente Calderón, los panistas se apropiaron del ayuntamiento de Naucalpan y de todo lo que se llamó el corredor azul que incluía los ayuntamientos de Tlalnepantla, Atizapán, Cuautitlán y llegaron a extender su dominio a Toluca y Ecatepec, sin poder conquistar el gobierno estatal.
Sus candidatos, José Luis Durán Reveles y Rubén Mendoza Ayala se quedaron cortos ante los priístas Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto, respectivamente, con todo y que Mendoza Ayala inició con más de 20 puntos de diferencia a su favor sobre Peña Nieto.
En la pasada elección local, donde se votaron los ayuntamientos y las diputaciones locales, el priísmo recuperó toda la zona importante de los municipios que mantenían perredistas y panistas y además de ello controla el Congreso local.
Y es que los perredistas dividieron el territorio con los panistas durante la época de sequía de los priístas, quedándose con el oriente, donde se incluían los municipios de Nezahualcóyotl, Chalco, Valle de Chalco, Texcoco, Los Reyes y Ecatepc, donde se estableció una alternancia, pasando primero de manos priístas a los panistas, luego los priístas recuperaron, ganaron los perredistas, para que los tricolores nuevamente se asentaran y produjeran el candidato de su partido al gobierno estatal en la persona de Eruviel Ávila.
El control de la izquierda en la que está considerada como una de las zonas más marginada del estado, se pensaba sería duradero, aunque en la pasada elección local el priísmo fue por todo y lo reconquistó.
Ahora, la lucha se centrará entre un priísmo bien posicionado, respaldado por la imagen de un gobernador reconocido y aceptado no solamente en territorio mexiquense, sino también fuera de él y los candidatos expuestos por dos partidos que jugaron a la integración de una alianza que fue avalada en las urnas por un sector de la población y por las propias dirigencias de los partidos, tanto a nivel nacional como local y que, finalmente, no prosperó por los caprichos de algunos personajes.
Los panistas querían llevar como candidato a Bravo Mena en dicha alianza, mientras que los perredistas sostenían a Encinas y ninguno logró convencer al adversario de desistir de su promoción. Ahora, cada quien irá con sus propios recursos y candidatos, por lo que se avizora una etapa difícil para ambos, en lo que en algún momento fue considerada como la madre de las elecciones y un adelanto de cómo se darán las cosas en la ya no tan lejana elección presidencial de julio del 2012.
Por lo pronto, la primera aduana serán las autoridades electorales que definirán si procede o no la candidatura de Alejandro Encinas, de quien se sospecha no reúne los requisitos de residencia para competir por el gobierno del estado y al que los priístas anunciaron que no impugnarán para no convertirlo en víctima, en tanto que los panistas podrían proceder a hacerlo para victimizarlo, precisamente y buscar su crecimiento electoral.
VERDES, INCONFORMES
Para nadie es secreto la forma en que se maneja el Partido Verde, ubicado ya como un satélite del PRI y que cumple con las funciones que antes tuvieron el PARM, el PST y hasta el PPS.
Lo sorprendente, es que a unos días del inicio de las campañas en el Estado de México, un grupo de militantes se inconforme con su dirigencia y anuncien su ruptura con la dirigencia estatal.
Mucho tendrá que dialogar el dirigente nacional Jorge E. González Martínez, para evitar que sus planes en esa entidad se vean alterados por esta situación.