Pablo, el inquisidor
Ramón Zurita Sahagún jueves 11, Nov 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Reconocido como un polemista que, en ocasiones se torna agresivo, el nuevo titular de Unidad de Inteligencia Financiera trae preocupados a políticos, empresarios y demás personajes que son investigados en el origen de sus recursos.
La preocupación consiste en que el meticuloso Pablo Gómez Álvarez se equivoca en ocasiones, ya que no gusta de leer los textos que le son entregados.
Eso inquieta a muchos, pues podría darse una de sus equivocaciones e integrar un expediente confuso o no leerlo, como aquella ocasión en que una iniciativa beneficiaba el monopolio televisivo, con la llamada “ley Televisa”, que el legislador aprobó sin contemplaciones de ninguna clase y cuando fue inquirido por ello, solamente dijo es que no la leí.
Corría el año 2006 y en abril, el Diario Oficial de la Federación dio a conocer las modificaciones a la Ley Federal de Telecomunicaciones, una controvertida reforma que fue considerada como favorable para el consolidado duopolio de la televisión.
La ley fue aprobada mayoritariamente en la Cámara de Diputados, sin objeciones y pasó al pleno del Senado, donde sucedió lo mismo y sin lectura previa, aduciendo que los legisladores ya conocían el texto.
Dicha legislación entró en vigor el 11 de abril de dicho año, dando margen a que el entonces Presidente Vicente Fox alabará la decisión de los congresistas mexicanos y avaló el avance democrático del país.
Cuando sucedió esto, los detractores de la ley criticaron dicho ordenamiento, ya que consagra la desregulación del espectro digital a favor del duopolio televisivo, constituido por Televisa y Azteca.
Pablo confesó que no leyó la iniciativa y se fue con los comentarios benéficos que le hicieron sobre ella y por eso votó afirmativamente como la gran mayoría de los entonces diputados federales.
Vicente Fox pudo haber vetado la ley por los señalamientos hechos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes contra la ley, pero decidió publicarla, haciendo que entrara en vigor a partir del 11 de abril del mismo año. Para ello Fox pretextó la democracia que imperó en su aprobación.
Lo que vino a salvar a Pablo Gómez y otros legisladores que votaron a favor de su aprobación fue la intervención de la Suprema Corte de Justicia que consideró que la ley contenía artículos inconstitucionales, lo que fue aprovechado por 47 Senadores que fueron miembros de la LIX Legislatura promovieron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una acción de inconstitucionalidad, argumentado que la llamada “ley Televisa” inhibe la competencia y fomenta el poder del duopolio televisivo mencionado anteriormente.
En el marco de la acción de inconstitucionalidad, los senadores Pablo Gómez Álvarez (PRD), Santiago Creel Miranda (PAN,) entre otros políticos declararon haber aprobado la ley “bajo presión” y en el contexto de las elecciones generales de México en el 2006.
Eso da idea no solamente de que el tema ocurra con Pablo, sino con muchos de los diputados y senadores que solamente arriban al Congreso de la Unión, para ampliar el curriculum.
En realidad, de los 500 diputados y 128 senadores, solo un grupo reducido de ellos hacen uso de la tribuna y participan en la confección de iniciativas, algunas de ellas inocuas. Otro grupo compacto son aquellos que eligen las efemérides para subir a la tribuna a leer un texto y aquellos que solamente se toman la foto.
Es verdad que muchos de los legisladores son relegados, por no formar parte de las burbujas que forman sus coordinadores de bancada, pero pocos de ellos buscan su propio espacio, los que lo hacen, con bases, alcanzan amplio reconocimiento.
Eso sí, Pablo se puede considerar como un legislador de avanzada que lucha por la democracia, como fue aquella ocasión en que intentó bajar de la candidatura al gobierno del Distrito federal al hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador, al comprobar que no reunía el requisito de residencia en la capital del país, para aspirar a gobernar la metrópoli.
Durante su paso por el Congreso de la Unión fue el artífice para eliminar la partida secreta de la Presidencia de la República, entre otros logros.