El martillo de Thor golpea con todo
Cine viernes 6, May 2011Vértebras del cine
Luis Diego Hernández Romero
Llegó al fin, la tan esperada adaptación del cómic de Marvel: Thor, alcanzando las las expectativas del público. Los míticos parajes de Asgard, Jothunheim y el puente Bifrost, por los que caminan los dioses Odín (Anthony Hopkins), Thor (Chris Hemsworth) y Loki (Tom Hiddleston), realzan la mística nórdica en un largometraje a la altura de éxitos como Iron-Man y Spider-Man.
Lo interesante en Thor, además de los efectos visuales y los viajes a través del puente del Arcoíris, es el desarrollo simultáneo de la historia en Asgard, mundo de los Dioses y Midgard, el mundo de los humanos, en donde Thor conoce a Jane Foster (Natalie Portman) una astrofísica dedicada al estudio de los agujeros Einstein-Rosen, y que, con la llegada de Thor, descubre que muchas veces, la magia y la ciencia, pueden ser lo mismo.
Aunque parezca que las adaptaciones de historietas pertenecen a una fiebre reciente, en realidad, es un fenómeno que ha estado presente desde los albores de ambas industrias.
A partir de los años treinta, surgieron las primeras representaciones cinematográficas de los cómics, en lo que se conocía como seriales, los cuales eran cortometrajes que aparecían semanalmente antes de la función principal. De ellos destacan Flash Gordon, Capitán América, Batman y Robin; que fueron los pioneros en dar una interpretación de las viñetas, por lo que deben ser considerados como los padres de la manera en cómo la mayoría de los cómics son adaptados, específicamente, los de Marvel.
Adaptaciones como la reciente Thor, no buscan integrar la estética visual del cómic con el cine, como sucede, por ejemplo, en Sin City, Watchmen e incluso Scott Pilgrim, sino que agrupan elementos básicos de la historieta a adaptar, como el atuendo y las herramientas del superhéroe y del supervillano, para después incorporarlo en un argumento cotidiano, con una propuesta hollywoodense, lejos de recuperar la esencial visual de la tira cómica.
No es que cintas como Thor o Iron-Man carezcan de moraleja, pues como la mayoría de las historias de superhéroes, la justicia, el bien, o la idea de los puros de corazón, prevalecen, aunque de maneras tan trilladas que parecen plástico. No se tocan fibras de conciencia ni se invita a una reflexión oscura (como V de Venganza o la última entrega de Batman, El Caballero de la Noche) sino que se enfocan una especie de cursilería moral.
Lo que fortalece a estos largometrajes es su amplitud para atraer al público. Thor, por ejemplo, tiene cualidades carismáticas y un físico extraordinario, tanto para agradar al público masculino como al femenino, mientras que el mensaje queda relegado por las escenas de acción y los efectos visuales, eso sí, extraordinarios.
Después del estreno de Thor, sólo resta esperar al Capitán América, para completar la presentación de personajes principales que Marvel realizará antes del lanzamiento de The Avengers, basada en el cómic que reúne a los principales superhéroes de Marvel, incluyendo a Iron-Man.
Cuadro por cuadro
Los problemas económicos de los estudios MGM se verán reflejados en la próxima cinta de la franquicia James Bond, ya que, para facilitar su financiación, insertarán publicidad en varias escenas. Bond 23, será nuevamente protagonizada por Daniel Craig, y dirigida por el oscarizado Sam Mendes (Belleza Americana). *** El director Marcus Nispel prácticamente dedicado a hacer remakes: Masacre en Texas y Viernes 13, volverá a atacar con Conan: El Bárbaro, una cinta que, a diferencias de sus predecesoras, promete ser un éxito. El reparto incluye a Jason Momoa, como Conan; Rachel Nichols, Rose McGowan y Ron Perlman, entre otros.