La feria de los floreros
Armando Ríos Ruiz lunes 30, Ago 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La semana pasada, el Presidente decidió relevar a Olga Sánchez Cordero de la Secretaría de Gobernación, en donde se mantuvo casi tres años como un auténtico florero, palabra usada por el Primer Mandatario para señalar a los funcionarios que no hacen absolutamente nada. Que son meramente figuras decorativas y que alguien más utilizó para motejar a la señora, por lo mismo.
Regresó al Senado, en donde se perfila como Presidente de ese recinto legislativo. Después de ver su actuación en el cargo anterior, muchos opinan que ahí permanecerá igual, como si el dueño hubiera decidido cambiar el florero de lugar. Como ocurre a cualquier ama de casa que se cansa de ver una maceta en un rincón y opta por cambiarla.
Cuando recién llegó al puesto anterior, se especuló en el sentido de que estaba facultada para hacer un papel de excelentes resonancias, por su conocimiento de las leyes, acrecentado en esa práctica en la Suprema Corte, de la cual se jubiló con grandes prebendas.
Inclusive dijo que podía prescindir del sueldo asignado al nuevo encargo, cuando se suscitaron jaloneos por los recortes impuestos por el primer mandatario y con el dicho de que nadie podía ganar más que él. La señora estaba en condiciones de vivir sólo con los 229 mil pesos mensuales de su jubilación hasta el final de sus días. Pero también con lo que gana su esposo como notario público. Pero antes había recibido 9.6 millones de pesos por concepto de pensión
Para acabar pronto y aunque no lo propuso, podía ocupar el cargo que le ofrecieran sin cobrar un centavo. No es el caso, porque quien desempeña el trabajo que sea, tiene derecho constitucional a devengar un salario a cambio.
Decepcionó después de exponer la inconstitucionalidad pretendida por Jaime Bonilla, actual gobernador de Baja California, de extender de dos a cinco años su mandato −como lo expresó la Suprema Corte para anular esa intención−, porque después fue vista en un video departiendo alegremente con él, bromeando y poniéndose a sus órdenes, como una burla a las leyes que impedían el caso.
Hubo más en su haber en Gobernación. El asunto de los feminicidios quedó igual. Jamás ofreció posibilidad de solución y las muertes han continuado inclusive en aumento, como si la intención del gobierno fuera su exterminio para aligerar la cantidad explosiva de habitantes que diariamente se suman y como si las mujeres tuvieran que pagar por ser quienes poseen el bendito don de dar vida.
Cuando Félix Salgado Macedonio fue nombrado candidato a gobernador por el estado de Guerrero, su voz sonó enérgica en contra, por las acusaciones de violación presentadas por un par de mujeres. Pero hasta ahí. Semejaba el ruido de una manada de perros que ladran por ladrar o sólo porque uno de ellos vio o escuchó algo y comenzó a hacerlo. Su voz se perdió sin siquiera producir eco.
El lugar que deja será ocupado por el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, paisano y amigo del Presidente. Ha ostentado algunos cargos de poca monta, en su estado natal. De manera que muchos vislumbran su llegada a Gobernación, nada más y nada menos que como otro florero.
Hasta antes de gobernador, el más importante que había ocupado fue el de coordinador de la campaña de Andrés Manuel, en 2006, cuando el entonces IFE dio el triunfo a Felipe Calderón por una cantidad mínima de votos a su favor, que motivó el asentamiento del candidato perdedor en Paseo de la Reforma, con lo que causó un trastorno descomunal a los habitantes de la capital.
Cuando se fundó Morena, renunció al PRD para incorporarse al nuevo partido, por el cual contendió para el gobierno de Tabasco.
Ahora, muchos ya lo ven como presidenciable. Todo puede ser, ya que en la mente del máximo mandatario, hasta el policía de crucero podría arribar al puesto si es tocado por su mano divina. Se ha hablado de otros, desechados por la sociedad, porque la costumbre es mantener en secreto al futuro.