Lo podrido
Alberto Vieyra G. lunes 26, Abr 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Después de casi 6 siglos que incluyen la crucifixión de Jesucristo y una interminable cadena inmoral de podredumbre social y política, el imperio romano sucumbió en el año 576 E.C, cuando Odoacro, un caudillo bárbaro, destituyó al joven emperador Rómulo Augusto y asumió el gobierno de Italia. Interminables fueron los actos de sadismo que ocurrieron en la antigua Roma.
¿Por qué hago historia? Mire usted:
Los mexicanos seguimos apresuradamente la escuela de la decadencia moral romana, cuando los actos de sadismo en la vida pública se están convirtiendo en el pan nuestro de cada día, en el paisaje cotidiano, como ha ocurrido con las bandas criminales que han convertido a México en una sociedad morbosa, a la que ya nada le asombra como no sean crímenes cada vez más sádicos.
El quehacer político en México huele nauseabundamente a podrido. El proceso electoral federal es la mejor muestra de ese lodo podrido. “No somos iguales…”, nos acatarra AMLO cuando habla del Movimiento Regeneración Nacional que más bien sería Movimiento de Degeneración Nacional. Ese movimiento político terminará muy pronto por sucumbir, pues la mayoría de sus integrantes parecen ser presas de una monumental ignorancia, pero sobre todo de una insana inconsciencia humana.
Los casos de inmoralidad como el del sexópata morenista, Félix Salgado Macedonio, acusado de abusar sexualmente a media docena de mujeres; el de Clara Luz Flores, candidata de Morena al gobierno de Nuevo León, integrante de una ponzoñosa secta que tiene en la cárcel a Keith Raniere, condenado en Estados Unidos a 120 años de prisión por delitos como tráfico sexual de personas, pornografía infantil y extorsión; el flamante candidato morenista al gobierno de Zacatecas, David Monreal, que hoy alcanza triste fama como lord nalgadas por haber sido captado infraganti tocando el trasero de su colega morenista Rocío Moreno; o el nauseabundo caso del diputado federal poblano, también el morenista, Saúl Huerta acusado de abuso sexual contra un menor de edad exhiben a Morena como un Movimiento de Degeneración Social.
Los casos de Saúl Huerta y de David Monreal nos exhiben a los mexicanos como una sociedad en plena decadencia, en plena putrefacción. Ambos niegan sus fechorías, pero las evidencias los hunden. Son ejemplos sádicos que los mexicanos bien nacidos no podemos tolerar porque esas conductas de hombres y mujeres que no tienen una conciencia educada en lo divino, contaminen a la sociedad con su podredumbre moral.
No se puede permitir que el manoseo lujurioso y perverso de David Monreal lo imiten los niños en las escuelas o hasta en los mismos hogares con sus compañeras o hermanas. Estamos ante un ejemplo perverso a no seguir.
Del sádico diputadete Saúl Huerta solamente habrá que llamar la atención para que el pueblo de México exija a la voz de ya, la desaparición del fuero constitucional en el poder público para evitar que individuos enfermos lo usen como una patente de corso para hacer barbaridades. Ojalá que los electores lo destruyan a ese inmoral morenista en las próximas elecciones federales, porque difícilmente Morena lo someterá a juicio político porqué sería un terremoto.
Estas enfermas conductas no deben extrañarnos, pues la Biblia en su segunda carta de Timoteo en su capítulo 3 en versículos del 1 al 5 nos habla de cómo serán los hombres y mujeres en los últimos días: “Pero debes saber que en los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de soportar. Porque la gente sólo se amará a sí misma; serán amantes del dinero, fanfarrones, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos y desleales, no tendrán cariño natural, no estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores, no tendrán autocontrol, serán feroces, no amarán lo que es bueno, serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán a los placeres en vez de a Dios y aparentarán tener devoción a Dios, pero en realidad estarán negando el poder de esa devoción. Aléjate de ellos”.