Niños: policías o sicarios
¬ Luis Ángel García miércoles 14, Abr 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
En Guerrero, el reclutamiento de niños por parte de las autodefensas o el crimen organizado parece ser el destino fatídico de miles de niños, cuyo futuro no está en las escuelas, sino en los campos de adiestramiento, donde los preparan como sicarios o policías comunitarios.
Esa triste realidad no es trama de novela ni guión cinematográfico como lo fue la obra del escritor colombiano Fernando Vallejo, La Virgen de los Sicarios, quien retrató la violencia que generó el narcotráfico en el Medellín de los noventa, cuya adaptación se llevó a la pantalla grande. Vallejo describe la vida de los adolescentes que son cooptados por traficantes de droga y que utilizan a esos niños como asesinos en la guerra entre bandas rivales que se disputan comercio y territorio.
Esa realidad colombiana ya se vive en nuestro país, especialmente en Guerrero y Michoacán. Con la actitud omisa del Estado, el crimen organizado se dedica, desde hace una década, al reclutamiento de niños, adolescentes y jóvenes campesinos para esclavizarlos y utilizarlos en el cultivo de la amapola y, en sus centros de adiestramiento, los prepara como sicarios para realizar ejecuciones, enfrentar a grupos contrarios o enfrentar a las policías o a las fuerzas armadas.
Las autoridades no han podido cumplir con su obligación primigenia de garantizar la seguridad y la paz pública y preservar la vida y el patrimonio de los ciudadanos; por la violencia que castiga a las comunidades indígenas y mata a hombres y jóvenes, dejando en la viudez y orfandad a miles de mexicanos, desde hace treinta años surgieron las autodefensas o policías comunitarias que ahora, igual que el narcotráfico, recluta a niños para convertirlos en vigilantes de sus localidades.
Un video difundido por el periódico español El País y fotografías de la agencia Cuartoscuro publicadas en La Jornada testimonian el reclutamiento de al menos una treintena de niños entre los seis y los once años que con armas largas se incorporan como policías comunitarios para salvaguardar la seguridad de sus familias y comunidades ante la ineficacia de los gobiernos para garantizar su integridad o evitar su secuestro o masacres a manos de la delincuencia organizada.
En uno de los testimoniales, un niño le reclama al Presidente de la República la falta de apoyo para las nueve viudas, los 14 huérfanos y los 34 indígenas desplazados, víctimas del grupo delictivo Los Ardillos en Acotapaxtlán. El menor espetó a las autoridades: no somos criminales, queremos justicia.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) exigió al gobierno atender a la niñez reclutada en Guerrero y le recordó que, desde marzo del 2020, las autoridades se comprometieron a proteger a las comunidades indígenas y prevenir el reclutamiento por el crimen organizado.
REDIM también hizo un llamado a los funcionarios para no caer en la omisión dolosa que permite la impunidad de la macro-criminalidad en Guerrero ni aceptar el reclutamiento de niños como guardias comunitarias por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), quienes incorporan a niños menores de doce años. Algunos de ellos, hijos de los músicos asesinados y calcinados en enero de 2020, incluso una de las víctimas sólo tenía 15 años.
La organización defensora de los derechos de los niños también recuerda a los legisladores que está pendiente tipificar penalmente el reclutamiento forzado de niños y adolescentes. Como lo recomiendan los organismos internacionales. Finalmente, piden no criminalizar a esos infantes y crear programas de desarrollo social que rescaten a las comunidades.
No se ve un futuro halagador para la población más joven y desprotegida del Pacifico mexicano, ojalá pronto se recupere la gobernanza en esa zona y los niños tengan acceso a una educación de calidad y mejores oportunidades de vida, y no terminar como los sicarios adolescentes de Medellín encomendándose a la virgen María Auxiliadora.