El INE, en peligro
¬ Luis Ángel García lunes 29, Mar 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Las próximas elecciones de junio serán el referéndum de las políticas públicas del gobierno, luego de la peor recesión económica desde 1932, más de doscientos mil mexicanos muertos por la pandemia y la mala estrategia de las autoridades para enfrentarla, el fracaso del programa de seguridad, un clima de violencia histórico, incremento de feminicidios y un narcotráfico incrustado en las estructuras políticas y sociales.
Pero el régimen tiene mucho interés en imponer su proyecto político transexenal y por ello se aferra al control en el Congreso para contar con la aprobación de todas las iniciativas que envía y donde sumisamente se aprueban; el Poder Legislativo ha dejado de ser un contrapeso real del Presidente. Con el apoyo de 30 millones de votos en 2018, tuvo la sobrerrepresentación parlamentaria necesaria para aprobar todas las leyes que convienen a la 4T, aun a costa del bienestar general. Hasta las aberraciones jurídicas cuentan con la complacencia de los legisladores.
El proyecto político del gobierno considera que le basta con la popularidad presidencial para arrastrar el sufragio ciudadano. Sin embargo, encuestas serias señalan una disminución del porcentaje de aprobación del Ejecutivo. El humor social ha cambiado, hay mucho resentimiento de la gente, crece la desilusión y el desencanto. La abrumadora mayoría con que contaba Morena hace dos años ha desaparecido. El gobierno tendrá que recurrir a una elección de Estado para ganar.
Por eso han emprendido una campaña de desprestigio contra el árbitro electoral, el INE, último baluarte de nuestra democracia. Desde el púlpito de Palacio Nacional se ha pretendido descalificar al órgano ciudadano por diversos acuerdos que afectan al partido en el poder. Primero se le quiso desaparecer como a otros institutos autónomos, con el peregrino argumento de que no era esencial su función y de que había avalado los fraudes electorales, después se pretendió obligar a reducir los salarios de los funcionarios como se hizo en la administración pública con la burocracia. Ambos embates fracasaron y por ello se le redujo el presupuesto.
Ante diversas resoluciones del instituto electoral que afectaron a Morena como partido o a sus militantes, el Ejecutivo recurrió a otro incondicional, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, órgano que debiera ser independiente y autónomo, pero que con un magistrado presidente “carnal” -al que se le ha acusado de enriquecimiento ilícito-, la última instancia para resolver controversias electorales ha dejado de servir a la democracia y a la justicia. Su imparcialidad es un membrete, ya que defiende y acata las peticiones presidenciales. En este sexenio no se respeta la división de poderes ni se aceptan los contrapesos que debe tener todo sistema político.
El INE acaba de revocar cerca de cincuenta candidaturas de Morena a cargos de elección popular, entre ellas las de los aspirantes a gobernadores de Guerrero y Michoacán, lo que despertó la ira del poder omnímodo del mandatario federal e instigó a sus huestes, ejércitos cibernéticos, plumas pagadas, militantes y legisladores a defenestrar al presidente y consejeros del INE por atreverse a aplicar la ley.
Rápidamente, Morena y sus esbirros del PT se aprestaron en el Congreso a proponer un acuerdo donde exigen la destitución de los consejeros electorales porque no se apegan a los caprichos del Presidente. Estén seguros de que, tanto el primer mandatario como su partido, no descansarán hasta lograr la eliminación del órgano electoral autónomo. En el proyecto político de la 4T y su populismo no tienen cabida las instituciones democráticas.
Por eso, este 6 de junio debemos votar en conciencia para derrotar no sólo al abstencionismo sino a Morena y a sus partidos satélite. No más legisladores agachones. Un triunfo contundente en las urnas no lo podrán evitar ni con la ayuda del TEPJF. Salgamos a votar sin miedo, ellos están nerviosos.