Cruces de ferrocarril, peligro latente
¬ José Antonio López Sosa miércoles 6, Abr 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Desde la liquidación de Ferrocarriles Nacionales de México, las vías de la nación se encuentran concesionadas a particulares para carga, y solamente en Chihuahua opera un servicio regular de pasajeros.
Tiempo atrás, cuando FFCC operaba en la ciudad de México, los múltiples cruces de ferrocarril eran cuidados por personal de ferrocarriles; asimismo, existían plumas y alertas auditivas que funcionaban cada que el tren de carga o de pasajeros pasaba por algún cruce con avenida o calle.
Hoy día, en las ciudades del país depende el sitio, las empresas concesionarias son responsables de dichos cruces: Kansas City Southern de México, FerroMex, FerroSur y Ferrocarril de Istmo de Tehuantepec. En la capital del país la empresa concesionaria de las vías es Ferrovalle, una empresa constituida con capital de Kansas City Southern, FerroMex, FerroSur y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (al 25% cada una), por lo que sigue teniendo carácter público en algún sentido.
El problema es que tanto en la ciudad de México, como en muchas otras del país, los cruces de ferrocarril fueron abandonados, y hoy día, ni personal, ni plumas, ni alertas auditivas, tan sólo el sonido propio del ferrocarril y sus cornetas avisan del cruce.
En la ciudad de México y su zona metropolitana, Ferrovalle no ha hecho nada por hacer cruceros seguros, a pesar que por muchas calles pasa el tren de carga. A lo largo de Ferrocarril de Cuernavaca no hay una sola pluma o alerta auditiva, menos aún personal que cuide cruceros peligrosos con calles como calzada México-Tacuba, Marina Nacional, Río San Joaquín, Miguel de Cervantes o Ejército Nacional. En lo que corresponde a Ferrocarril Mexicano, al norte de la ciudad hay infinidad de cruceros al pie de la sierra de Guadalupe y hasta el entronque con el ferrocarril de Veracruz y los cruces en la zona de Ecatepec están abandonados por completo.
Así podemos continuar haciendo notar lo peligroso que es carecer de señalamientos y personal calificado en este rubro; hace poco hubo un accidente en Ferrocarril Hidalgo y calle Henry Ford, otro en Ferrocarril de Cuernavaca y Miguel de Cervantes, ¿qué hace Ferrovalle?, nada que nosotros sepamos.
Sin lugar a dudas, el tren de carga es un negocio rentable, además el terminar con el tren de pasajeros consolidó los monopolios de autobuses, sin embargo, del lado ciudadano se requieren las medidas de seguridad para que estas grandes locomotoras y vagones cumplan su cometido de forma segura. Ahí está el mensaje a Ferrovalle, urge tomen acciones, lo mismo las concesionarias que estén fallando en las diversas ciudades del país.
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