Entre Colombia y México
¬ Claudia Rodríguez viernes 1, Abr 2011Acta Pública
Claudia Rodríguez
Mucho se ha dicho que el escenario del narcotráfico entre Colombia y México no tiene mucha similitud, sobre todo por aquello de las guerrillas activas en pleno crecimiento de la delincuencia organizada en el país de América del Sur. Mas el acuerdo sobre la cobertura de la violencia en México tiene muchas similitudes con uno que se firmó en Colombia en 1999.
El de Colombia:
1. La cobertura informativa de actos violentos, ataques contra la población, masacres, secuestros y combates entre los bandos por parte de los medios de comunicación, será mediante la constitución de un pool informativo para evitar la escalada de exclusivas y el llamado síndrome de la chiva, que sólo favorece los intereses de grupos armados.
2. En conformidad con lo anterior, no realizaremos cubrimientos en directo, con el fin de evitar el protagonismo de los violentos.
3. Evitaremos acorralar informativamente a los familiares de las víctimas de hechos violentos, porque ese proceder intensifica el clima dramático y emocional sin contribuir a la solución del problema.
4. No interrumpiremos las emisiones regulares con informaciones extraordinarias o avances incompletos, porque generan desorientación en la opinión pública e incertidumbre. Se debe informar cuando los hechos sucedan, no antes: no presentaremos rumores como si fueran hechos, ni declaraciones de testigos presenciales, hasta confirmar su veracidad. La emisión de un rumor sin verificar puede ser catastrófica
El de México:
1. Condenar y rechazar la violencia motivada por la delincuencia organizada, enfatizar el impacto negativo que tiene en la población y fomentar la conciencia social en contra de la violencia.
2. Omitir y desechar la información que provenga de las organizaciones delictivas con propósitos propagandísticos y no ser instrumento o parte de los conflictos entre grupos criminales.
3. Presentar siempre este tipo de información en su contexto correcto, en su justa medida y según su importancia.
4. Asignar en la información relacionada con la delincuencia organizada a cada quien la responsabilidad que le corresponda sobre los hechos de violencia.
5. Manejar siempre la información de los detenidos presentados por las autoridades bajo el supuesto de que los involucrados son inocentes en tanto no cuenten con una sentencia condenatoria o estén confesos.
6. Respetar los derechos de las víctimas y de los menores de edad involucrados en hechos de violencia, y nunca proporcionar información que ponga en riesgo su identidad.
7. Promover que la población denuncie a los delincuentes y participe, dentro de su ámbito, en la prevención del delito y la reducción de la violencia.
8. Instituir protocolos y medidas de seguridad de sus periodistas y reporteros al cubrir información proveniente de la delincuencia organizada.
9. Solidarizarse ante cualquier amenaza o acción contra reporteros y medios.
10. No difundir información que ponga en riesgo la viabilidad de las acciones y los operativos contra la delincuencia organizada o que comprometan la vida de quienes la combaten o las de sus familias.
La diferencia, empero, es que el de aquí nació empujado por los colosos televisivos sin opción a debate en el marco de algo que fue nombrado Iniciativa México II y el de Colombia fue iniciativa de académicos e investigadores de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de La Sabana, con opción a debate.
Las similitudes nacen de la copia, las diferencias de construir o no, sobre bases plurales y democráticas.