Un desgreñadero
Alberto Vieyra G. viernes 25, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En un auténtico desgreñadero está convertido el partido del Presidente de la República y ante la amenaza de un inminente resquebrajamiento político.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación metió al INE y a Morena en un problema mayúsculo, toda vez que al margen de sus estatutos y con una sospechosa militancia, en la que ni están todos los que son, ni son todos los que están, deberá elegir mediante una encuesta al nuevo jerarca nacional y a su segundo de abordo el 2 de octubre para tomar posesión de sus cargos 2 días después, pero se antoja prácticamente imposible, puesto que el INE no tiene la menor experiencia en esos menesteres, aunque se supone que la dichosa encuesta nacional la deben de llevar a cabo 3 empresas dedicadas a la encuestomanía y ha transcendido que no más de cinco nombres estarán en el juego de la baraja y entre ellos figuran Porfirio Muñoz Ledo, Alejandro Rojas Díaz-Durán y Mario Delgado, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, quien ha dejado al garete los asuntos camerales para hacer campaña por la dirigencia nacional de Morena, mientras que en el caso de las mujeres, para que haya equidad de género, como hoy es la moda política, solamente figura de renombre la señora Citlali Ibáñez Camacho, nombre que por cuestiones de descendencia familiar de los Ávila Camacho cambió por Yeidckol Polevnsky.
Por la supremacía partidista, en Morena se están dando hasta con la cubeta y el trapeador en una canibalesca lucha entre social-demócratas moderados y una izquierda radical y extremista, amante de la política del todo o nada.
En el desgreñadero morenista cobraría notoriedad Porfirio Muñoz Ledo, quien si llegara a la dirigencia nacional de Morena se convertiría en el único personaje a nivel mundial que ha dirigido a 3 partidos políticos con registro nacional. Muñoz Ledo es un caso emblemático mundial de transfuguismo político, un hombre culto que se ha puesto la chaqueta de más de 5 partidos políticos, comenzando por el PRI. Hoy, Muñoz Ledo acaba de amenazar que si llega al timonel morenista expulsará de ese partido al actual canciller mexicano, Marcelo Ebrard. ¿El motivo? Muñoz Ledo lo odia por dos razones: Primera, por sus millonarios trinquetes en la construcción de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México y porque en la cancillería mexicana ninguneó al hijo de Porfirio Muñoz Ledo, quien se perfilaba como titular de relaciones exteriores, pero Ebrard lo convirtió en cónsul de México en Vancouver, Canadá. Así que es un pleito de poder a poder hasta desgreñarse.
Ahora que, en honor a la verdad, Muñoz Ledo con sus 86 años a cuesta ya se ve cansado y sus opositores ya lo zopilotean, entre ellos Mario Delgado, a quien Muñoz Ledo le ha enderezado no pocas verdades. No faltan quienes me aseguran que el “dedo sagrado” de Palacio Nacional apunta hacia Mario Delgado, un mercenario político harto incongruente que rinde culto al personaje televisivo de la Chimoltrufia, pues, así como dice una cosa, dice la otra. Por lo que se refiere a doña Citlali Ibáñez, anda en boca de todos por sus trinquetes por más de 300 millones de pesos que se robó o derrochó en obras y compra de inmuebles en Morena.
El único que se salva de tener cola larga y corta que le pises es Alejandro Rojas Díaz-Durán que, aunque no se ha sacudido la tutela de Ricardo Monreal, el líder morenista en el Senado, resulta ser el hombre más congruente para dirigir a Morena, pues su intención política es hacer que ese partido se evite a toda costa que el Presidente de la República siga dividiendo a los mexicanos. Oiga usted eso merece hasta una misa, pero estamos a semana y media de que el INE ponga fin al desgreñadero en Morena y si ello no ocurre, el partido del Presidente será echado del paraíso en las elecciones federales de 2021. Les pesará a los morenistas y al partido de AMLO los más de 74 mil muertos por el coronavirus y los más de 75 mil que han dejado en 18 meses de desgobierno las mafias criminales, pues acuérdese usted que “los muertos no hacen ruido, pero es más grande su penar”.