Una víctima
Alberto Vieyra G. martes 22, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En Chihuahua, AMLO se reveló ante campesinos como un vil represor que tiene manchadas las manos de sangre y todo para cumplirle, en primer lugar, a Donald Trump a quien le tiene pavor y más ahora que Washington le exige al gobierno azteca resultados en su lucha antinarco bajo la amenaza de “no certificar a México” esto es, de ponerle una estrellita en la frente. AMLO se siente víctima y chilla ante sus adictos los pejechairos.
Pero, además lejos de resolver el conflicto de la presa La Boquilla, sigue terco en sus rifas de ilusión y ya anuncia otra macro rifa que le servirá para desviar la atención de los problemas nacionales. Y claro que cuando el gobierno gringo le aprieta las tuercas a AMLO, ello le sirve para justificar que tienen los gringos más derecho al agua de la presa La Boquilla que los agricultores en la región más grande del país, en la que, dicho sea de paso, llueve cada vez menos y las sequías han convertido al campo chihuahuense en un desierto. Prácticamente ya se perdieron los cultivos en momentos en que el general invierno amenaza con fuertes heladas y nevadas, como resultado de los 54 frentes fríos que habrá en la temporada invernal.
Los hombres del campo chihuahuense me dicen con visibles muestras de indignación que AMLO no quiere arreglar el asunto de la presa La Boquilla, porque privilegia a los gringos y la corrupción por la venta del agua, esto el huachicol del que ha hablado AMLO está a cargo de la Conagua que protege a siniestros personajes. Es más, los hombres del surco chihuahuense no quieren que ni siquiera se pare en Chihuahua.
El asesinato de una mujer agricultora y a su marido que en un momento dieron también por muerto por parte de la Guardia Nacional ha hecho que se multipliquen en el campo mexicano los conflictos que le darán terribles dolores de cabeza a AMLO, que lejos de reconocerlos se hace pasar como una víctima acusando de todos sus males e ineptitud a los conservadores fifís.
El año pasado, a los hombres del campo en Guerrero les proporcionó fertilizantes a cambio de votos, pero ya en los últimos meses del año, cuando las cosechas estaban pérdidas y como es notorio, el campo mexicano no es el campo de Andrés Manuel López Obrador. Pareciera que su campo es vender cachitos de Lotería, pues como dijera el llamado “Jefe” Diego Fernández de Cevallos: “AMLO como gobernante se parece a un cachito de la Lotería”, institución a la que podría llevar a la quiebra, como ya llevó a Pemex y al país. Fernández de Cevallos hace mofa de que AMLO compró un cachito con 7 ceros que reflejan las 7 catástrofes que ha provocado en el país.
La gente de a pie, que hace cera y pabilo de los gobernantes chindinguas cuentan que al inicio del ciclo escolar por televisión se acuño el siguiente chistorete que no tiene desperdicio:
Se realizó a nivel nacional un examen a los alumnos para demostrar que México no vive una catástrofe educativa y en el examen el personaje central sería Pepito el de los cuentos. El maestro de español preguntó al emblemático alumno “A ver Pepito, ¿cuál es el sujeto en la siguiente oración: “El gobernante salió malo”, ¿dónde quedó el sujeto, Pepito?… Sin pensarlo mucho, Pepito respondería: ¡En Palacio Nacional, maestro!”
Conflictos como el de La Boquilla, en Chihuahua brotan como hongos en todo el campo mexicano que vive hoy un desastre. Normalistas en Michoacán toman carreteras y vías del ferrocarril, lo cual refleja la monumental ingobernabilidad y miles de integrantes del llamado FRENAAA, Frente Nacional Anti-AMLO toman plazas y delegaciones del gobierno federal en el país en demanda de que AMLO renuncie ya. Ante el nuevo desplegado de los intelectuales de México, acusan al Presidente de sembrar odio y coartar la libertad de expresión. Andrés Manuel López Obrador afirmó que en lugar de sentirse ofendidos deberían ofrecer disculpas por callar ante el saqueo del país por parte de los gobiernos neoliberales. Sí, AMLO culpa a todo mundo. Le saca al bulto haciéndose la víctima y no tardará en que comience a decir que “no me dejan gobernar”.