Ridículo
Alberto Vieyra G. viernes 18, Sep 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El circo de AMLO con el avión presidencial duró casi 19 meses y se convirtió en un valioso instrumento para hacer el ridículo y desviar la atención de los problemas fundamentales de México. Lo peor es que hay gente que todavía le sigue creyendo.
Aún le queda el pomposo avión presidencial y según él ya hay un cliente que pagará por el avión 2 mil millones de pesos, sólo que AMLO no hay que creerle ni el bendito. La cuestión es que el avión presidencial le ha servido a AMLO como una poderosa cortina de humo para esconder los principales problemas nacionales como la catástrofe económica, la de inseguridad pública que ha dejado más de 60 mil muertos o la de salud pública con más de 71 mil muertos por el coronavirus, asunto del cual le choca hablar al Presidente. Y ni dudar que pueda ser capaz de organizar otros 2 o 3 sorteos de la Lotería Nacional para rifar el avión, sin el avión presidencial para bolsear a los mexicanos, toda vez que la tributación fiscal se desplomó y en el ámbito oficial se truenan los dedos porque en 2021 no ingresaran a las arcas de la nación más de 1 billón de pesos, lo cual explica el recorte presupuestal durante el electorero 2021.
Ahora ya solamente le quedan en el circo, para hacer el ridículo, las marionetas del caso Lozoya y el enjuiciamiento a los ex presidentes de la República que, de acuerdo con los principales juristas de México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dirá que NO porque no se trata de un asunto de trascendencia nacional y porque además, AMLO busca perversamente debilitar a la Corte que al decir NO, no le habrá cumplido un perverso capricho al inquilino de Palacio Nacional y lo más importante, que este circo lo único que busca es la polarización del país hasta lograr un México de bueno y de malos, en vez de privilegiar la unidad y la cohesión nacional, como pilar fundamental para sacar al buey de la barranca y evitar que no sólo sea un sexenio perdido, sino una década pérdida.
Como estrategia propagandística, el circo del avión presidencial, el juicio a los ex presidentes, el caso Lozoya y tal y tal le ha servido a AMLO para evitar que su partido Morena se convierta en flor de un día en el poder.
El partido del Presidente salió peor que el partido de las tribus chichimecas, el PRD, en Morena están todos contra todos y en la gran rebatinga por el poder de ese partido que, dicho sea de paso, es una organización sin identidad política y no apta para ejercer el gran poder en México. En este momento, el INE está metido en un lio para encontrarle pies y cabezas al rompecabezas en la dirigencia nacional de Morena; se sabía que tenía una militancia de casi 350 mil ciudadanos, pero ahora resulta que muchos de los tiradores a suceder Alfonso Ramírez Cuéllar, ni siquiera son militantes del partido del Presidente. El INE deberá llevar a cabo cuando menos dos encuestas: una para depurar a los aspirantes hasta que quede el partido en manos de algún cacique, labor que se antoja muy difícil para el INE, pues no tiene ninguna experiencia en esas lides y hasta podría decirse que lo que hará el árbitro electoral de México será algo que trastoca el entramado jurídico, pues con ello se estará entrometiendo en la vida interna de los partidos políticos, con consecuencias políticas desastrosas.
Pareciera que la estrategia del gobierno amlista es desprestigiar a toda costa al árbitro electoral de México y el relevo en la dirigencia nacional de Morena se está convirtiendo en un papa caliente que podría quitarle la supremacía electoral en 2021. Me parece que el INE se metió en terreno barrido y cayó en la trampa del ridículo de Palacio.