Lo que no quería Morena: extraños se meten hasta la cocina
Miguel Ángel Rivera viernes 21, Ago 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Ahora sí no tienen otra salida.
Tanto maniobraron los “duros” o “tradicionales” de Morena para tratar de controlar la dirigencia nacional del partido y con ello elegir a los candidatos a los miles de cargos que estarán en disputa el año venidero, que descuidaron los procedimientos y plazos al grado que cayeron en lo que más temían: el control de la elección de presidente y secretaria general quedará en manos extrañas.
Por mayoría de votos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), negó la prórroga solicitada por el presidente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, para renovar la Presidencia y Secretaría General, y ordenó que el INE se deberá encargar de la realización de la encuesta nacional abierta a la militancia y simpatizantes del partido, para la elección de dichos cargos.
En sesión privada no presencial, bajo el formato de videoconferencia, las magistradas y los magistrados de la Sala Superior del TEPJF resolvieron dejar sin efecto todos los actos y disposiciones emitidos por el partido, relacionados con la elección de la Presidencia y Secretaría General del CEN, que sean contrarios a lo establecido por el propio Tribunal.
Lo que pasa es que, debido a desacuerdos y enfrentamientos internos, Morena, en particular sus dos dirigencias provisionales) se puede considerar reincidente o reiteradamente remiso para acatar las disposiciones de las autoridades electorales, el INE y el TEPJF, para poner orden en la cúpula de su comité ejecutivo nacional.
El retraso para elegir presidente nacional y secretaria general ya lleva dos años. El último presidente del partido elegido y universalmente aceptado fue su fundador, López Obrador, quien renunció al cargo en 2017 para asumir la candidatura presidencial.
En su lugar, conforme a estatutos, por prelación, quedó la secretaria general, Yeidckol Polevnsky, quien conforme a esos ordenamientos debió convocar a elecciones desde 2018, una vez realizadas las elecciones federales de ese año. El periodo completo es de cuatro años, así que la nueva dirigencia nacional estaría en condiciones de decidir las candidaturas a los cargos que estarán en disputa en los concurridos comicios de 2021, en los cuales destacan 500 puestos en la Cámara de Diputados federal y 15 gobiernos de los estados.
Por diversas razones, pero básicamente por desacuerdos entre las corrientes internas, las elecciones se han ido posponiendo, a pesar de que tanto el INE como el TEPJF han insistido en la necesidad de cumplir con el procedimiento.
En buena medida las dificultades internas derivan del intento de Polevnsky de conducir el proceso y, al mismo tiempo, ser candidata para ser elegida para permanecer al frente del partido durante un periodo completo.
En oposición se inscribieron por lo menos otros tres fuertes precandidatos a la presidencia, la presidenta del Consejo Nacional del partido, Bertha Luján Uranga, el coordinador de los diputados federales, Mario Delgado Carrillo, y el senador suplente Alejandro Rojas Díaz-Durán.
Con este elenco la contienda interna se tornó más enconada, pues muchos “morenos” la empezaron a considerar un anticipo de la lucha por obtener la candidatura presidencial de 2024, pues Delgado Carrillo es considerado un adelantado del poderoso secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, y Roja Díaz-Durán es considerado representante del coordinador de los senadores, Ricardo Monreal Ávila, de quien fue jefe de asesores y es su suplente como senador.
Polevnsky y Luján forman en el contingente de los que se consideran fundadores de la organización y se ostentan como cercanas a López Obrador, pero en vez de construir un frente único tienen fuertes diferencias, al grado que sus desacuerdos han sido factor fundamental para que hasta ahora no se realizaran las elecciones de dirigencia.
Polevnsky domina en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y Luján el Consejo Nacional. Cuando un grupo tomaba una decisión, era obstaculizado por el otro, con el resultado de casi llegar a la inmovilidad.
El estancamiento fue superado por una nueva intervención del Tribunal Electoral que declaró válido un acuerdo del Consejo Nacional por el cual se nombró nuevo presidente provisional al diputado con licencia y ex dirigente de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, prácticamente con la única encomienda de organizar las elecciones en un plazo de cuatro meses. Eso no se ha cumplido hasta ahora.
La contingencia sanitaria por la pandemia de Covid 19 dio ocasión para posponer nuevamente las votaciones, a pesar de que se mantenían otras diferencias como la decisión de quiénes tendrían derecho a participar, si sólo los militantes o estaría abierto el proceso a todos los ciudadanos. Adicionalmente, es aceptado de forma universal que el padrón del partido no es confiable, pues según el bando se dice que fue “rasurado” o “inflado”.
A pesar de prácticamente el único punto de acuerdo consiste en evitar la intromisión de personas ajenas al partido, la dirigencia encabezada por Ramírez Cuéllar tramitó ante el TEPJF una nueva prórroga y se fijó como nueva fecha definitiva para concluir el proceso de elección el 31 de agosto, previa realización de 300 asambleas distritales el 16 de agosto, o sea el domingo anterior.
Como es evidente, las asambleas no se realizaron y esto hace imposible para Ramírez Cuéllar concluir el proceso como lo tenían planeado. En consecuencia, se esperaba la venia de los magistrados electorales extender el periodo de gracia.
Esto es lo que ya no autorizó el Tribunal Electoral Federal. Lejos de ello, le retiró a la dirigencia encabezada por Ramírez Cuéllar la facultad de realizar los comicios y en vez de ello ordenó que la tarea la cumpla el Instituto Nacional Electoral (INE) mediante una encuesta abierta, antes del inicio del año electoral, que ya fue fijado para el 7 de septiembre.
Como apuntamos, es el peor de los escenarios para los dirigentes y militantes de Morena, pues ahora la designación de sus nuevos dirigentes queda a cargo de extraños, tanto por la parte organizadora como por quienes serán incluidos en la encuesta, pues puede resultar que muchos de ellos no sientan ninguna afinidad con ese partido. Claro, los organizadores del sondeo pueden preparar un cuestionario que permita eliminar a no simpatizantes, pero eso no es ciento por ciento seguro.
El Tribunal decretó, además, que podrá ser candidato cualquier militante que cumpla los requisitos estatutarios, salvo el de ser consejero nacional.
El diputado Mario Delgado confirmó estar a favor de que la dirigencia del partido se elija en una encuesta abierta para evitar las trampas, los arreglos y la simulación.
Mediante un video, el legislador recurrió al lenguaje favorito de López Obrador, al señalar que “no hay que tenerle miedo a las decisiones del pueblo, eso es muy de los conservadores”.
Antes de hacerse oficial la sentencia del TEPJF, pero ya se conocía el sentido de la ponencia, el dirigente interino de Morena, Ramírez Cuéllar, acusó al tribunal de entrometerse en la vida interna del partido y estar manipulado por legisladores, empresarios y funcionarios federales como el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta, por lo cual llamó a sus huestes a no permitir lo que llamó “esta atrocidad”.
Las múltiples acusaciones de Emilio “L” son falsas
En términos semejantes se expresaron casi todos los políticos acusados de corrupción por parte del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), como parte del sainete que, a semejanza de la rifa del avión sin avión, ahora es un juicio sin acusado.
Entre los ex funcionarios que apareció para refutar las denuncias publicitadas desde Palacio Nacional, está el ex secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien aseguró que las acusaciones son absurdas, inconsistentes y temerarias”.
En un comunicado que subió a su cuenta de Twitter,
Videgaray aseguró que las declaraciones de quien la Fiscalía General de la República menciona como Emilio “L”, son mentiras “inventadas para tratar de librar las consecuencias de sus propios actos”.
Por su parte, el ex candidato presidencial de la alianza integrada por el PAN y el PRD, Ricardo Anaya, presentó una denuncia en contra del ex director de Pemex por daño moral. “La verdad está de mi lado”, afirmó el también ex presidente del PAN.