Los linchamientos
¬ Augusto Corro lunes 17, Ago 2020Punto por punto
Augusto Corro
Los linchamientos o la aplicación de la justicia por propia mano se repiten y será muy difícil evitarlos debido a que la población está harta de asaltos, secuestros crímenes que no son castigados por las autoridades.
El problema empieza cuando las autoridades llegan tarde o no acuden a las llamadas de auxilio por parte de las víctimas cuando son agredidas por los delincuentes.
Son pues, diversas las causas que originan los linchamientos en una época de violencia a la que no se le ve fin. Sólo que aplicar la justicia por propia mano conduce, en varias ocasiones, a castigar a inocentes.
Hace varios días, un trabajador de una empresa proveedora de una cablera linchado tras señalarlo como secuestrador. Este hecho sangriento se repite en un sinnúmero de entidades.
Por ejemplo, en Puebla van 108 acciones en 36 municipios, en los que la población se hizo justicia por propia mano.
En la Ciudad de México, la cifra de linchamientos o la justicia por propia mano es mayor cuando un delincuente es detenido y castigado por los pasajeros del transporte público.
Hemos sido testigos, gracias a las videograbaciones, de las golpizas que reciben los delincuentes que asaltan o intentan cometer sus delitos en las llamadas “combis”.
Pero no todo los asaltantes corren con la suerte de recibir golpes. En otros linchamientos culpables o inocentes son golpeados hasta matarlos y luego quemarlos.
Las autoridades llegan tarde para evitar el linchamiento o de plano ni se acercan al lugar. Eso sí, los encargados de impartir justicia, no se cansan de prometer investigar los casos y castigar a los responsables. Nadie les cree.
¿Cuándo terminará la racha de asaltos en el transporte público? Nadie lo sabe. Circula un manual donde se sugiere que medidas prácticas se deben tomar para evitar pérdidas materiales e inclusive la vida.
Entre las recomendaciones se encuentra la de sólo llevar el dinero indispensable para sus gastas, dejar el celular en casa, no oponer resistencia y no mirar al delincuente. ¿Usted qué opina amable lector?
El drama cotidiano
Son miles de mexicanos afectados por la pandemia y la economía pulverizada que tienen que salir del país para conseguir empleo, sin importarles los riesgos que corren.
El albañil José “N”, de 45 años, se despidió de su familia porque partió hacia el norte en busca de mejores condiciones de vida.
Desde antes de la invasión del coronavirus ya era grave el problema en la industria de la construcción, que se agudizó al paso de los días con cancelación de obras para evitar el contagio de los trabajadores.
Se reanudaron las actividades en la citada industria, pero no hay trabajo para todos. José se vio presionado y la única salida que encontró fue la de irse de “espalda mojada”. Cruzar la frontera por el Río Bravo.
Su propia familia le advirtió del peligro al que están expuestos los indocumentados si llegan a contagiarse del coronavirus, pues con el propósito de que no se queden en Estados Unidos, no les brindan atención a los enfermos.
El fin de semana trajeron a la Ciudad de México 13 urnas de cenizas de personas víctimas del Covid-19 procedentes de Los Ángeles, California.
De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores, en los últimos cuatro meses 2 mil 45 mexicanos fallecieron a causa del corona virus en Estados Unidos.
El albañil José “N” dijo que sabe de los riesgos que corre en su aventura, pero que no tiene otras opciones que la de emigrar, porque es el sostén económico de la familia.
En julio, la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza informó que en México 21 millones 600 mil personas no tienen trabajo. ¿Usted qué opina amable lector?