Sophia Loren, Liza Minelli y Luis Miguel, algunas de las celebridades que forman parte de la trayectoria de Moisés Castañeda • II
* Especiales, Espectáculos miércoles 29, Jul 2020Reír… Llorar… Sentir…
Gloria Carpio
(Segunda de tres partes)
- Liza Minelli le brindó a Moisés Castañeda, un ensayo con sus músicos en el Auditorio Nacional
- “Cuando veo a Sophia Loren charlando con Carlos Slim para recorrer su exposición en el Museo Soumaya, inmediatamente pienso: “¿Qué hago?, pues la tengo que saludar, a mí no se me va”
- “Después de haber entrevistado a Luis Miguel Moisés Castañeda en su departamento de Polanco y despedirnos, él nos dijo que no nos fuéramos, nos invitó a comer, quería jugar y entonces jugamos Turista, Serpientes y escaleras, jugamos varias cosas. Era un niñote”
Es un privilegio poder charlar con Moisés Castañeda, quien es una enciclopedia de los espectáculos, un verdadero maestro del buen periodismo, ese que se ejerce con pasión, con cultura y conocimiento.
En sus más de treinta años de trayectoria periodística ha tenido grandes satisfacciones como recibir el reconocimiento de figuras de talla internacional como Sophia Loren, Liza Minelli, Ernesto Alonso, Luis Miguel, Daniela Romo, Raphael, Sarita Montiel, Yuri, e infinidad de grandes celebridades. “Yo no le llamo entrevistar, es platicar, conocerlos y que ellos reconozcan mi trabajo y la honestidad que hay detrás”, recalca el admirado Moisés Castañeda.
Hoy, les presento la segunda parte de esta entrevista, (que para mí es una joya), en la que nos habla de sus anécdotas con Sophia Loren, Liza Minelli y Luis Miguel.
Su paso por la radio en más de tres décadas (Grupo Radio Centro, Grupo Fórmula) le ha permitido entrar a los hogares del público que lo escucha y que lo hace parte de su familia.
Actualmente participa los fines de semana con Joaquín López Dóriga, con su sección “Q plan hay”.
SU ENCUENTRO CON SOPHIA LOREN Y
CARLOS SLIM, EN LA CIUDAD DE MÉXICO
—Platícanos la experiencia que viviste cuando conociste a la gran estrella Sophia Loren.
Sophia Loren vino a México en el 2015, invitada por el señor Carlos Slim, a festejar su cumpleaños número 80, por lo que fui a la conferencia de prensa en el Museo Soumaya, obviamente estaba todo el mundo ahí y las primeras siete filas fueron para los invitados de Grupo Carso, y a la prensa la mandaron hasta atrás.
Tomé fotos desde donde pude y cuando ella entró le aplaudimos, conversó y dio por inaugurada la exposición de todos sus trofeos, vestuario, en fin, todos sus objetos atesorados que le prestó al Museo Soumaya para la exposición de Sophia Loren, que además fue gratuita. Fue un regalo del señor Slim para el pueblo de México traer esa exposición, que además de que no cobraron la entrada, estuvo como un año, de hecho, fui seis veces a ver la exposición.
Terminó la conferencia de prensa, todo el mundo se fue a los bocadillos, pero Beto Hernández de la Revista ¡HOLA!, y yo de Grupo Fórmula, nos fuimos a ver la exposición sin gente para poder hacer buenas fotografías. Nos fuimos por un elevador, y por el otro elevador va subiendo Sophia Loren acompañada de su hijo Edoardo, así como del director de Conaculta, el director del Museo Soumaya y el señor Carlos Slim.
Cuando veo a Sophia Loren charlando con Carlos Slim para recorrer la exposición, inmediatamente pienso: “¿Qué hago?, pues la tengo que saludar, a mí no se me va”.
Entonces veo que la memoria de mi celular está llena, empiezo a borrar las fotos de la conferencia de prensa en friega, y me dije: “lo siento, la tengo aquí enfrente y no de lejos”, entonces ella lentamente va viendo cómo estaba montada la exposición y me acerqué para hablarle en italiano y felicitarla, eso a ella le llamó la atención porque la conferencia fue en inglés, y le encantó que le hablara en su idioma.
La felicité por su cumpleaños y le dije que, si podía tomarme una foto con ella, amablemente me saludó, me dio un beso, ella tomó mi celular y yo capté la imagen. Luego, se acercó Alberto Hernández de la Revista ¡Hola!, le hizo dos o tres preguntas y ya después Sophia Loren se fue a posar frente a sus cuadros, sus trofeos, su vestuario, para que la prensa le pudiera hacer tomas desde arriba. Y ya me quedé ahí con el señor Slim y con estas figuras.
El señor Carlos Slim me preguntó que quién era yo y qué hacía ahí y ya le dije que estaba en Grupo Fórmula y me dijo: “Ah, con Rogerio Azcárraga, a veces lo veo en el golf y le he ganado”. Él quería saber dónde trabajaba o por qué estaba en la exposición y ya le contesté y no hubo ningún problema, y debo decirte que me atreví a hacerle una pregunta, ya en confianza, cuando nos estábamos alejando, le pregunté: “Oiga señor Slim, ¿a usted le funciona su internet?”, ¿y sabes qué me contestó?, sonriendo, no lo tomó mal: “¿Tú qué crees?”.
Con el señor Carlos Slim me tomé foto dos días después, porque todo ese fin de semana que Sophia Loren estuvo en México, fue invitada por él, además de la inauguración de la exposición en el Museo Soumaya, fue a la Cineteca para un homenaje, le dieron un Ariel de Oro. Miguel Ángel Mancera, que en ese entonces era el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, le dio “La llaves de la Ciudad”. Edoardo, el hijo de Sophia Loren, dio un concierto en el Teatro de la Ciudad, obviamente ahí estuve, y a la salida la vi, la gente la estaba esperando y ahí fue cuando me volví a encontrar con el señor Slim, y sin decirle nada, me tomé una selfie con él, los únicos que me vieron feo fueron los guaruras, pero no hubo problema porque el señor Carlos Slim ya me había visto en la exposición de Sophia Loren, en la conferencia, en la alfombra roja del cumpleaños de la diva italiana, y luego en el concierto, entonces como que ya éramos cuates y ahí quedó la foto del recuerdo.
IMPRESIONANTE SU HISTORIA CON LIZA MINELLI
—Eres un gran admirador de Liza Minelli, con quien has tenido la oportunidad de convivir, platícanos.
Cuando estaba en la primaria me fui de pinta porque vino Liza Minelli al Auditorio Nacional, ella acababa de ganar el Óscar como Mejor Actriz por la película “Cabaret”, era la Mujer del Año y venía al Auditorio Nacional.
Lo que hice fue escaparme de la escuela y me colé a los ensayos, vi a los músicos llegar, la orquesta empezó a ensayar para cuando ella llegara, estuviera en su punto la orquesta y no hubiera ningún problema. Entonces estuve ahí el día 17 de noviembre de 1974 y justo a las 15:40 horas ya tenía hambre, salí de la parte de atrás del Auditorio Nacional a comprarme algo de comer y en eso llegaron las motos con una limusina enorme y venía Liza. Entonces me dije: “de aquí no me muevo, de aquí nadie me saca”. Yo llevaba un disco donde se notara el autógrafo, porque mi idea era que me firmara el disco, nunca pensé en foto, pensé en la firma, entonces busqué el “Winter Garden”, que es portada blanca y cuando ella baja de la limusina y bajan todos, nada más le dije: “Liza, soy tu fan, ¿me puedes dar tu autógrafo?”, me dijo: “sí, claro”, me lo firmó y me preguntó: “¿tú qué haces aquí?” y le dije: “pues vine a ver tu ensayo”, tuve que aprender que la palabra rehearsalera ensayo, porque no lo sabía, y me brindó el ensayo, me senté en primera fila y nada más se acercó la gente que venía con ella, y me dijo que estaba prohibido tomar fotos y video, por lo que no saqué mi camarita súper ocho y me dediqué a disfrutar de ese ensayo que duró dos horas.
Liza Minelli bromeó, fumó Marlboro, se tomó tres coca colas de bote, bromeó con los músicos mexicanos, se los presentó el señor Funch, que era su director de orquesta, y en la noche ya fui al concierto. Te estoy hablando del primer encuentro con Liza.
Años después volvió a México para ofrecer un concierto único en el Auditorio Nacional, y entonces cuando me entero que viene a México, le pregunté a Pepe Zepeda y Marco Barrera, de Ocesa, por qué no lo había tenido Ocesa para un concierto en el Auditorio Nacional, y me dijeron que cuando Ocesa recibe propuestas de presentar a un artista en México, lo que hace la empresa es ver si va a tener “el jale”, por el tipo de público, pero el público de Liza era un público mayor y a lo que quería llegar la empresa era llegar a un público joven.
Bueno, Liza Minelli no vino con Ocesa, vino con un productor independiente. Cuando me entero que vendrá a México, empiezo a decir en el programa de Maxine Woodside, “Todo para la mujer”: “faltan 100 días para que venga Liza”, y así cada vez que iba al programa iba mencionando cuántos días faltaban para el concierto de Liza Minelli en el Coloso de Reforma”. De dicho conteo que hacía en el programa, se enteró Yuri, el productor que trajo a Liza Minelli a México, se enteró de la propaganda gratuita que le estaba haciendo como un fan y que me invita al concierto, aunque yo había comprado mis boletos en la fila 10, me invitó al concierto y estuve más cerca, en la fila siete, y después acabé en la primera fila frente de Liza, porque vi en la primera fila a alguien conocido que quiero mucho y me acerqué a saludar, atrás dejé a mi hermana y con quienes iba, me acerqué a saludar y era Daniela Romo, que estaba en primera fila, a su derecha estaba un sobrino de Tina Galindo, y de lado izquierdo había un lugar vacío, y en otro la hermana de Liza Minnelli. Entonces ahí estaba el lugar vacío y enfrente estaba el micrófono y me dice Daniela: “no te vayas, siéntate aquí conmigo”, ¿tú qué crees que hice? ¿me fui a mi lugar que compré? ¡No! Me quedé con Daniela, fue un concierto muy especial porque además de tener a Liza Minnelli a 1 metro y medio enfrente y en el mero centro, comenté con Daniela todas las canciones, las cantamos juntos y del otro lado estaba Tina Galindo con quien me presenté y le dije: “yo sé que tú vives en Satélite”, fue muy bello compartir un concierto con Daniela Romo, porque ambos somos fans de Liza.
Y un poco antes de que terminara el concierto, llega una persona de la oficina de Yuri, el productor, y me dice: “Moy, aquí nadie va a pasar al camerino más que tú, eres el único que se lo merece”, por toda la propaganda que le había hecho. En ese momento me dije: “qué regalazo”. Entonces me voy a la parte posterior del escenario, del lado izquierdo, y estaba lleno, la gente quería entrar y saludar a Liza Minelli, y Maxine Woodsde, que además de que tenía buenos boletos, ella prefirió irse al palco del Auditorio Nacional. Cuando me llaman, para que vaya al camerino de Liza Minelli, yo jalo a Daniela Romo y Daniela feliz, entramos entre la gente y Daniela Romo ve a Maxine, y la jala. Ya después adentro vimos a Sergio Mayer, su esposa y más gente, pero los primeros que entramos al salón de música, de los juguetes, el que está ahí en el Auditorio Nacional fuimos nosotros, ahí nos hicieron esperar a Liza y pues ya le dijeron quién era yo, nos tomaron la foto y pude platicar con ella, incluso ahí estaba la productora Lucy Orozco, de Televisa, porque es muy amiga de Liza.
Le empecé a platicar a Liza la historia de aquel niño que se coló a aquel ensayo y que ella me lo brindó y que me firmó mi disco.
Después vino al Teatro Metropólitan, conseguí boletos en primera fila, atrás de mí estaba Rocío Banquells.
COMPARTIÓ EL PAN Y LA SAL CON LUIS MIGUEL
—Eres de los pocos periodistas que ha convido con Luis Miguel.
Estaba en Radio Centro y parte de mi trabajo, además de aprender a programar las estaciones, tuve la oportunidad de aprender más música, de cada artista. Conviví con Rocío Jurado, José Luis Rodríguez “El Puma”, Lola Beltrán, con quien tú me digas, y con todo el gusto del mundo tuve que conocer sus discografías para poder hacer el balance y hacer los siete programas que se transmitían, o se transmiten todavía, en Stereo Joya.
Cuando surgió la oportunidad de ir al departamento de Luis Miguel, era para grabar el programa de “En concierto”, fue un sábado cuando él podía, nos dio la cita, llegamos a su “depa” de Polanco, ahora ya no es de él, ahora vive en ese penthouse Alfredo Palacios.
Llegamos a grabar, hicimos nuestro trabajo, estuvimos esperándolo, porque llegó tarde, él venía de Tequesquitengo, y llegó tal cual, con el traje de esquiador, y nada más nos pidió por favor que lo esperáramos porque se iba a bañar, y bajó muy, muy amable, muy atento. Cumplió con el trabajo, estuvo hablando de lo que queríamos que hablara, del nuevo disco, lo que había vivido y su trayectoria. Esto fue en el año 87, cuando todavía daba entrevistas.
Cuando terminamos de hacer el trabajo nos despedimos y él nos dijo que no nos fuéramos, nos invitó a comer, quería jugar y entonces jugamos Turista, Serpientes y escaleras, jugamos varias cosas. Era un “niñote”, yo creo que quería matar el tiempo mientras estaba la comida.
SU EXPERIENCIA CUANDO FUE INVITADO A CONOCER EL CUARTO
DISCO DE BOLEROS DE LUIS MIGUEL, EN LA CASA DE GIANNI VERSACE
—¿Qué te invitó de comer Luis Miguel?
Milanesas cordon-blue y crema de tomate, muy rico. Pero mientras, él se sentó en el piano que tenía y se puso a cantar canciones de los Beatles, entonces nada más nos pidió que no lo grabáramos y cumplimos porque si te está invitando a quedarte y a compartir con él, pues lo último que vas a hacer es eso. Ese fue el encuentro con Luis Miguel.
Después hubo varios encuentros con él. La última vez que lo vi, fue cuando presentó su disco en la casa Versace, en Miami (fue en el año 2001, cuando lanzó su cuarto disco de Boleros).
La disquera Warner Music llevó a varios periodistas a asistir a la conferencia de prensa y nos hospedaron en el hotel de Madonna, muy padre, y ahí nos fuimos a la conferencia a la casa de Gianni Versace.
Luis Miguel salió a cumplir con la conferencia, contestar las preguntas y se despidió. No hubo más que un hola, un adiós, y se acabó. En primera fila estábamos Martha Figueroa y yo, previamente ya nos habían preguntado quién participaría, y la disquera elegía las preguntas, tenía un buen orden para evitar atropellos. Había gente de España, Estados Unidos, Sudamérica, y la disquera obviamente le quería dar importancia a uno o dos medios de cada país.
De México, le tocó preguntar a Martha Figueroa y a alguien de Ventaneando. Al estar en primera fila me daba cuenta cómo Luis Miguel da su ángulo derecho, y del otro lado tenía un audífono, y cada vez que alguien le hacía alguna pregunta, que obviamente había sido previamente autorizada, él contestaba. Yo creo que alguien las contestaba o no sé qué le decían, pero se oía el ruido, te digo que estábamos en primera fila. Y eso lo notamos Martha y yo, dijimos: “¿Qué onda con este cuate? No está contestando él las preguntas”, o le están pasando el tip, o no sé, o según la pregunta era lo que iba a contestar, lo estaban dirigiendo.
Hubo un momento que dije que no volvería a hablar de Luis Miguel, que fue cuando se presentó en el Auditorio Nacional y después de ofrecer cuatri canciones se retira del escenario y ya nunca más sale (fue en noviembre de 2015 cuando presentaría su gira “Deja Vu Tour”). Recuerdo que en esa ocasión me habían dado lugar en la fila siete, cuando a la prensa siempre nos mandan a balcón. Ya después supimos por qué pasó todo eso y fue impresionante ver el apoyo que le brindaron sus fans, sus amigos que siempre han estado con él como Soberón, Miguel Alemán Magnani, entre otros.
Su bioserie por Netflix fue todo un éxito y ya estamos esperando la segunda parte.
LE QUISIERON COMPRAR EN MIL DÓLARES LA PORTADA
DEL DISCO DE LUIS MIGUEL “FIEBRE DE AMOR”,
QUE TIENE AUTOGRAFIADA POR EL SOL Y LUCERITO
—Tienes los autógrafos de Luis Miguel y Lucero en la segunda portada del cuarto disco de “El Sol”, que sacó en 1985, que contiene las canciones de su segunda película “Fiebre de amor”, cinta que protagonizó con Lucerito. Incluso ese disco que tienes con dichos autógrafos te lo quisieron comprar en mil dólares.
Así es, Luis Miguel y Lucero me autografiaron ese disco, y justo cuando llevo la portada del disco autografiada al programa “Todo para la mujer”, de Maxine Woodside, hubo un señor de Los Ángeles, California, que me quiso comprar mi portada autografiada en mil dólares, y yo le decía, pero los autógrafos dicen “Para Moisés”, pero él insistía en comprármelo y me negué porque es para mí un recuerdo, así como muchos otros que tengo. Y los recuerdos no tienen precio.
- *** Si quieren conocer las anécdotas de Moisés Castañeda con Miguel Bosé, así como lo que nos contó de Juan Gabriel, entre otras historias enriquecedoras, no se pierdan mañana la tercera y última parte de esta entrevista realizada a uno de los grandes maestros del periodismo de espectáculos como lo es Moisés Castañeda
“Cuando me percato que tengo cerca de mí a Sophia Loren, veo que la memoria de mi celular está llena, empiezo a borrar las fotos de la conferencia de prensa en friega, y me dije: ‘lo siento, la tengo aquí enfrente y no de lejos’, entonces ella lentamente va viendo cómo estaba montada la exposición y me acerqué para hablarle en italiano y felicitarla, eso a ella le llamó la atención porque la conferencia fue en inglés, y le encantó que le hablara en su idioma”
“Liza Minelli bromeó, fumó Marlboro, se tomó tres coca colas de bote, bromeó con los músicos mexicanos, se los presentó el señor Funch, que era su director de orquesta, y en la noche ya fui al concierto. Te estoy hablando del primer encuentro con Liza”, nos cuenta muy emocionado Moisés Castañeda, quien años después tuvo el privilegio de ser invitado especial a pasar a saludar al camerino a Liza Minelli, en el Auditorio Nacional.
“Debo confesar que después de convivir unos minutos con el señor Carlos Slim, durante la visita de Sophia Loren a México, me atreví a hacerle una pregunta, ya en confianza “Oiga señor Slim, ¿a usted le funciona su internet?”, ¿y sabes qué me contestó?, sonriendo, no lo tomó mal: “¿Tú qué crees?”.
“Cuando surgió la oportunidad de ir al departamento de Luis Miguel, era para grabar el programa de “En concierto”, fue un sábado cuando él podía, nos dio la cita, llegamos a su ‘depa’ de Polanco, ahora ya no es de él, ahora vive en ese penthouse Alfredo Palacios”.