El avión presidencial
Ramón Zurita Sahagún lunes 20, Ene 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De pronto el avión presidencial se convirtió en el tema del momento, al no haberse vendido en los casi 14 meses del gobierno del presidente López Obrador.
Fueron dos las ofertas de campaña en torno al tema, una la ha cumplido (no usarlo como transporte), la otra no la ha podido concretar, con todo y que lo ofertó desde su triunfo electoral.
El tema ha sido debatido y resurge por el retorno del avión a México, luego de estar parado en California, a la espera de ofertas, aunque fue el propio Presidente el que sugirió varias propuestas para la forma de deshacerse del costoso medio de transporte.
Una de ellas ha sido motivo de mofas, memes, burlas, sarcasmo y hasta de insultos para el Ejecutivo federal, al establecer un mecanismo de rifa, con un bajo costo por boleto, pero con una participación de seis millones de boletos, para sacar el costo de tres mil millones de pesos, que es el equivalente a la venta directa de 150 millones de dólares.
Sin embargo, dentro de este cúmulo de información, hay ciertos puntos que no han sido aclarados y dejan dudas sobre la realidad de las versiones que corren acerca de la aeronave comprada en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Son muchos los que insisten en que dicho avión comprado por Banobras, para el gobierno de México, no ha sido liquidado en su totalidad y que se trata solamente de un arrendamiento, en que una parte corresponde al gobierno mexicano y no su totalidad.
Insisten en que este ha sido el principal freno para que inversionistas muestren interés en su compra, con todo y que el precio ofertado es el adecuado para el tipo de aeronave de que se trata.
Las versiones van y vienen, sin que nadie esclarezca la realidad del tema, si se encuentra pagado en su totalidad, si está en arrendamiento o si una de las principales empresas constructoras de aviones es en realidad la propietaria de la tan citada nave.
Con el tema del avión presidencial y las nuevas propuestas se han desatado una serie de versiones que giran alrededor de usarlo de distractor del Ejecutivo federal para que se olviden los temas de apremio como son la falta de medicamentos, el lento despegue del Insabi, el fracaso en la lucha contra la violencia e inseguridad y muchos otros asuntos pendientes, incluidos los relacionados con nuevos reglamentos y leyes.
Algunos lo toman como gracejada, otros más se enganchan, los menos los usan para denostar al Presidente, pero nadie demanda se aclare la trama que rodea al avión presidencial y si este pertenece o no al gobierno mexicano y si en realidad se puede vender y que los recursos provenientes de su venta puedan invertirse en situaciones que resuelvan carencias en algunos rubros.
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Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, es el priista que busca estar lo más cercano al afecto presidencial. En su propósito no le importa la forma en que lo hace, con tal de estar en consonancia con los mandamientos y deseos presidenciales. En ese terreno de la adulación deberá tener mayor cuidado si no quiere terminar con el repudio de sus gobernantes y de los militantes de su partido, como ha venido sucediendo con Alfredo Del Mazo, gobernador del Estado de México, otro de los grandes tapetes del Presidente.