Migrantes hondureños dan portazo en Guatemala
Mundo viernes 17, Ene 2020- La vanguardia ya está en la frontera con México
- Los centroamericanos huyen de la pobreza y violencia e intentan cruzar hacia EU
Aun con la advertencia de México, de que no les otorgará salvoconductos para cruzar por su terriotorio, miles de migrantes hondureños rompieron este jueves la barrera policial en la frontera de Guatemala para unirse a cientos de sus compatriotas que salieron en caravana rumbo a Estados Unidos huyendo de la pobreza y violencia.
Los migrantes, que portaban una bandera grande de Honduras al frente, superaron sin mayores incidentes el cerco policial para cruzar el puesto fronterizo guatemalteco de Agua Caliente, sin hacer trámite migratorio.
Los indocumentados, incluidos numerosos niños, salieron desde la noche del martes de San Pedro Sula, 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa, y desde el miércoles empezaron a ingresar a Guatemala donde se han dispersado.
Las autoridades guatemaltecas informaron que hasta el momento mil 350 hondureños habían presentado la documentación requerida para pasar por Agua Caliente y el puesto fronterizo de El Cinchado, sobre el Caribe.
Aquí vamos para adelante, al sueño americano”, dijo Kelvin Ramos en la Casa del Migrante de la Iglesia Católica en el poblado de Esquipulas, fronterizo con Honduras.
Dicen que pagan bien en Estados Unidos por pintar casas”, agregó Ramos, dedicado a ese oficio en Honduras.
Aleida Serrato, delegada de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) del departamento nororiental de Izabal, explicó que los migrantes que ingresaron a Guatemala por el Cinchado se dispersaron por la carretera al paso fronterizo del selvático departamento de Petén, colindante con México.
Es mejor caminar, huir del país”, lamentó Mariano de Jesús, un migrante que esperaba pasar a Guatemala y se quejó del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, por la situación de pobreza en su país.
Mariano subsistía como ayudante de albañilería, una “chamba” (trabajo) que asegura “no vale nada”.
Miles de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, empezaron a salir en caravanas desde el último trimestre de 2018 cruzando México, huyendo de la violencia y la pobreza en sus países.
El fenómeno causó la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, quien presionó a Guatemala, Honduras y El Salvador a firmar acuerdos para detener las oleadas migratorias.
Esta nueva caravana tiene la advertencia de que no se le permitirá entrar en México, declaró el miércoles el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.
Pide EU no unirse a caravana migrante
Por su parte, el Comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, (CBP, en inglés), Mark Morgan, pidió no unirse a la caravana migrante que partió desde San Pedro Sula, Honduras, hacia territorio norteamericano.
“Estoy de acuerdo con los que abogan por los derechos humanos de los Hondureños. Al unirse a la caravana pone su vida en las manos de los criminales”, urgió Morgan en su cuenta de Twitter. “México ha sido claro que no permitirá el paso y los EU lo removerá”, agregó en un mensaje en Español.
Reportes de la prensa y televisión locales afirmaban que grupos de migrantes ya había cruzado la frontera de Honduras, avanzando hacia Guatemala.
El nuevo Presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, dijo el miércoles que el secretario mexicano de Exteriores, Marcelo Ebrard, le había dicho que México no permitiría el paso a una caravana migrante.
La Secretaria mexicana de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, advirtió de operaciones especiales y de la presencia de agentes de migración. Algunos migrantes dijeron saber que entrar en Estados Unidos sería complicado, pero indicaron que lo intentarían de todos modos.
Rompe récord repatriación de mexicanos desde EU
Fueron deportados de Estados Unidos entre 2009 y 2019, más de 2 millones 200 mil mexicanos, lo que significa la expulsión de paisanos más grande en la historia de ese país, incluso superior a la del periodo conocido como la Repatriación Mexicana (1929-1936), que provocó la salida forzada de hasta 2 millones de connacionales.
Según cifras del área de estadística del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, muestran que la administración de Donald Trump ha deportado 32 por ciento de los mexicanos en diez años, es decir, 725 mil, y solo en 2019 expulsó a 127 mil 492.
Sin embargo, las cifras de Barack Obama superan por mucho el número de deportaciones de mexicanos por año. Por ejemplo, en 2012 expulsó a 306 mil 870, número récord durante esa década. Un año antes, Estados Unidos repatrió a 388 mil 409 extranjeros a sus lugares de origen, de los cuales 74 por ciento fue de México, el punto más alto en el periodo revisado.
Pese al crudo y fuerte discurso del presidente Donald Trump contra los migrantes y específicamente contra los mexicanos —los ha calificado de criminales y violadores—, las cifras de repatriaciones en 2019 no representaron un alza significativa, aunque ese fenómeno se relaciona con la disminución de la migración hacia el vecino país del norte.
Los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos revelan que en la última década la migración de mexicanos hacia ese país descendió 60 por ciento, que explica la baja de deportaciones de mexicanos.
Los 11 millones de paisanos en Estados Unidos representan la cuarta parte de los casi 45 millones de inmigrantes registrados en esa nación hasta 2018; en contraste, al iniciar el siglo (2000), los 9 millones 177 mil mexicanos registrados significaban 29 por ciento de todos los migrantes.
Pese a la bajas en las cifras, el vecino país del norte siguen siendo la nación que más deporta extranjeros y por consiguiente la que más detiene.
En 2009 las agencias de seguridad encargadas de buscar y atrapar inmigrantes realizaron 889 mil 212 detenciones, de las cuales 731 mil 225 fueron de mexicanos (82 por ciento) y para 2017 solamente detuvieron a 220 mil 138 connacionales de 461 mil.
Es necesario aclarar que, si bien los registros apuntan casos de asesinatos, violaciones, agresiones y robo, entre algunas de las muchas razones para considerar a un extranjero criminal en proceso de expulsión, el grueso de las acusaciones vienen de asuntos administrativos sellados bajo la categoría “no criminal”.