La misma gata
Alberto Vieyra G. viernes 10, Ene 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El domingo 2 de julio de 1989, el PRI perdió por primera vez en su historia una gubernatura: La de Baja California, a manos del panista México-Norteamericano Ernesto Ruffo Appel. Los californianos, hartos de unos delincuentes priistas, encabezados por Xicoténcatl Leyva Mortera, que hoy por cierto está detrás del trono gubernamental del igualmente mafioso, Jaime Bonilla, aplastaron al PRI con una votación de 204 mil 120 votos contra 162 mil 94 que acumuló la priista Margarita Ortega Villa.
A Luis Donaldo Colosio Murrieta, como jerarca nacional del PRI le tocaría reconocer esa debacle electoral.
La elección californiana de 1989 fue todo un paradigma político-electoral pues los ciudadanos, muchos con filiaciones priistas o panistas defendieron rabiosamente sus votos conquistados en las urnas. Después de haber caído el telón de las elecciones, se formaban enormes cinturones de personas claro, con alguna filiación partidista y sólo permitían que junto a las urnas estuviesen los presidentes de casillas y demás representantes de las mismas. No podría haber equivocación en el recuentro de ningún voto. Después de contabilizados los sufragios, un vehículo propiedad de la Autoridad Electoral entraba hasta el lugar mismo dónde se encontraban las casillas y ya documentados los paquetes electorales, ese vehículo era custodiado con decenas de vehículos más, unos atrás y otros adelante hasta llegar al distrito electoral, donde eran entregados finalmente los paquetes.
La de Baja California fue algo así como el gran laboratorio electoral de México para lo que sería un año después el naciente Instituto Federal Electoral (IFE), que a partir del 11 de octubre de 1990 se reprodujo la misma conformación ciudadana en las casillas electorales de México. Hoy se acatarra a los mexicanos asegurando que contamos con un árbitro electoral ciudadanizado e independiente. Eso es mentira, porque la mayoría de los ciudadanos representan a la ponzoñosa partidocracia. Sí, un INE ciudadanizado, pero pintado de muchos colores partidistas, lo cual no significa que sea un INE ciudadanizado o sin partido, sino mas bien un Árbitro Electoral partidista.
Desde la conformación de los representantes que hoy conforman el Consejo General del INE, cada lacra social, -entiéndase partidos políticos- tienen un representante y lógicamente que el partido mayoritario en el poder es el que lleva la batuta en el INE, donde el consejero presidente se supone que es apartidista, pero no lo es desde el momento en que recibe órdenes del Presidente de la República en turno o de los titulares de gobernación.
Al cumplirse este año 3 décadas de la creación de el IFE, en octubre de 1990, y ahora INE que es la misma gata pero revolcada, la aristócrata o “fifí” burocracia que conforma el INE anda que no le calienta ni el sol porque para este año, 3 consejeros del árbitro electoral de México concluirán sus mandatos y lógicamente que Andrés Manuel López Obrador, quien ha dado sobradas muestras de ser un “metichón” en las instituciones independientes, buscará meter a sus cuates para tener el control absoluto del INE y además, López Obrador les ésta pegando en donde mas duele a los consejeros electorales buscándoles reducirles los groseros y escandalosos sueldos de más de 400 mil pesos al mes y bajándole la lana al INE para controlarlo tarde o temprano.
Sí, los consejeros electorales del INE y demás organismos electorales en todo el país tienen “sueldazos” groseros. Usted y yo mantenemos a una maldita burocracia electoral que nos cuesta un ojo de la cara y también el otro. Y otro, pero es que AMLO pretende bajarles la lana para hacer que el gobierno, como ocurría hasta 1988, vuelva a tener el control de los procesos electorales en México. ya vio usted que uno de los ejes fundamentales de la 4T es, ir como el cangrejo pa´tras, pa´tras o lo que es lo mismo “de Guatemala a Guatepior”.